Issa Tchiroma Bakary, líder del Frente Nacional de Salvación de Camerún y miembro de la Asamblea Nacional de Camerún, demandó a las autoridades de Yaundé, la capital de Camerún, la puesta en libertad de hasta 2000 manifestantes que fueron detenidos durante las protestas electorales. Al mismo tiempo, acusó al régimen de practicar “matonismo político” con el fin de silenciar a los adversarios políticos.
Bakary, antiguo ministro de Información, se niega a reconocer la victoria de Paul Biya, anunciada oficialmente el pasado 12 de octubre. El opositor ha manifestado que, a no ser que sus demandas fueran escuchadas, el país «se encontrará en un estado de legítima defensa». La oposición considera que se ha producido un “fraude electoral” y ha llamado a sus seguidores a secundar las protestas. Según informes de Naciones al menos 48 personas habrían sido asesinadas durante las manifestaciones, aunque el gobierno mantiene que solo fueron cinco.
Desde el ejecutivo camerunés se alega que las detenciones se llevaron a cabo “en el marco del mantenimiento de la orden”, después de que las personas incumpliesen la ley al acometer actos de vandalismo y saqueo. Uno de los miembros del Comité Central del partido gobernante, la Agrupación Democrática Popular de Camerún, declaró que las denuncias de la oposición no tienen fundamento y solo intentan reunir fuerzas para derrocar al gobierno legítimo.
Fuentes: AlJazeera – Qiraat African – All Africa
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