Varios miembros de la oposición de Burkina Faso se han opuesto al plan del partido político del presidente, Blaise Compaore, de revisar la constitución.
“El pueblo burkinés debe negarse a cualquier jugueteo con la constitución desde el principio”, señaló Benewende Sankara, el líder del principal partido de la oposición, Unión para el Renacimiento/Partido Sankarista.
El partido de Compaore, el Congreso para el Progreso y la Democracia, CDP, terminó el pasado día 25 su cuarto congreso con la proposición de hacer una “revisión y reflexión” sobre la constitución, con la implicación de ampliar el mandato presidencial sobre la mesa.
El CDP “tiene derecho a hacer pronósticos relativos a su visión del futuro del país, pero querer eternizar a Blaise Compaore en el poder es inaceptable”, protestó Sankara, cuyo partido tiene cinco de los 111 escaños parlamentarios.
“Dieciocho años después de la adopción de la constitución, el 11 de junio, de 1991, nos parece importante hacer una revisión y reflexionar sobre los diferentes aspectos constitucionales, con miras a profundizar en la democracia”, alega el CDP en un comunicado emitido en Uagadugú, después de la celebración de su congreso.
Hermann Yameogo, otro oponente del régimen, asegura que en lugar de alterar la constitución o decir que todo va bien, “debemos reconocer que Burkina está en crisis y comprometernos con la reforma de las instituciones, el ejército, la economía, la diplomacia, en definitiva con volver a fundar el país”.
Agravamiento de la crisis
“Pero esta re-fundación no debe confundirse con hacer una monarquía del poder del CDP”, añadió el líder de la Unión Nacional para la Democracia y el Progreso, un partido sin representación parlamentaria.
Compaore, cuya permanencia en el poder está limitada a dos legislaturas de cinco años cada una, bajo la reforma constitucional del 2000, fundó el CDP en febrero de 1996, para unir a una docena de grupos políticos aliados.
Ahora el partido sufre divisiones internas, provocando que el presidente de 58 años, que llegó al poder mediante un sangriento golpe de estado, en octubre de 1987, hiciese una apelación a la unidad al comienzo del último congreso.
El comunicado emitido por el gobierno no menciona la revisión constitucional y simplemente informa del resto del congreso. Pero el periódico privado, L’Observateur Paalga, ha sido muy claro al respecto: “Existen serias sospechas de que Blaise Compaore quiere jugar de nuevo a prolongar su mandato o preparar a su hermano, François, para la sucesión”.
El periódico advierte que “para muchos burkineses, las manipulaciones de la constitución raramente llevan a una profundización en la democracia”.
(News24, 28-07-09)
