El asesor especial de la ONU para la Prevención del Genocidio, Adama Dieng, declaró el viernes que teme un estallido de violencia étnica en Sudán del Sur e hizo un llamamiento a la reconciliación para prevenir el genocidio.
«Una polarización extrema en el seno de grupos tribales ha aumentado en algunos lugares» a raíz de los combates a principios de julio en Juba que enfrentaron a las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, de etnia dinka y a los leales al líder rebelde Riek Machar, de etnia nuer, comentó el Sr. Dieng en una conferencia de prensa en la capital de Sudán del Sur.
«Una retórica inflamatoria y llena de estereotipos se ha visto acompañada por homicidios y violaciones dirigidas a miembros de ciertos grupos étnicos, así como ataques violentos contra personas o comunidades sobre la base de su presunta afiliación política», agregó el asesor especial de la ONU, después de una visita de una semana.
Según él, «lo que comenzó como un conflicto político se ha convertido en lo que podría convertirse en una guerra étnica». «Existe un riesgo significativo de escalada de la violencia étnica con potencial para convertirse en un genocidio».
Dieng afirma haber identificado «todos los ingredientes para una escalada de violencia»: “obstrucción a la puesta en práctica del acuerdo de paz, crisis humanitaria, una economía estancada y la proliferación de armas», además, la presencia de varios grupos armados que el gobierno central no controla.
Independiente desde 2011, Sudán del Sur se hundió en diciembre de 2013 en una guerra civil que ha dejado decenas de miles de muertos y más de 2,5 millones de desplazados. Un acuerdo de paz, firmado el 2015, había aumentado las tímidas esperanzas de pacificación.
Durante su visita, el Sr. Dieng mantuvo conversaciones con miembros de la Misión de la ONU en el país (UNMISS), funcionarios de gobierno y representantes de la sociedad civil y las comunidades locales. También viajó a Yei, al suroeste de Juba. En Yei, «se ha informado de homicidios, ataques, amputaciones, mutilaciones y violaciones dirigidas en algunos casos por los uniformados y en otros no», contó Adama Dieng. «Hay casos de bárbaras prácticas con machetes” que recuerdan al genocidio de Ruanda en 1994, agregó.
«El genocidio es un proceso, no es algo que suceda de un día para otro, es un proceso que lleva su tiempo y se puede prevenir», anotó el Sr. Dieng. «Se debe hacer frente a algunos de los factores que podrían proporcionar un terreno fértil para el genocidio».
forbesafrique.com
Fundación Sur
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