«Las personas con hambre no pueden aprender o producir nada, excepto, tal vez, violencia», (Pearl Bailey).
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) reveló que alrededor de 180.000 alumnos en Malí dejarán la escuela si se detiene el programa de comidas escolares. Esta declaración se produjo después de que la agencia de la ONU se quejara de la falta de fondos para continuar con el programa en Malí.
Según la directora del PMA en Malí, Silvia Caruso, las comidas escolares son las únicas comidas nutritivas que los niños Malí reciben al día. Hizo hincapié en que el programa motiva a los padres a enviar a sus hijos a la escuela. Posteriormente afirmó que el organismo necesita alrededor de 3 millones de USD para reanudar su programa de comidas escolares en Malí.
«Este programa, alivia económicamente a las familias y motiva a los padres a enviar a sus hijos a la escuela. Los maestros nos dicen que no hay comida, hay un riesgo significativo de que los padres no envíen a sus hijos a la escuela «, declaró Caruso.
Y añadió: «Instamos a nuestros seguidores a no olvidar a los niños de Malí. Ir a la escuela les ayuda a recuperar su infancia, y las comidas escolares juegan un papel importante en mantenerlos en la escuela. Se necesitan 3 millones de USD con urgencia para reanudar el programa de comidas escolares».
Desde 2012, el PMA y sus asociados han sido capaces de proporcionar comidas escolares a un promedio de 170.000 niños al año en el conflictivo Malí septentrional y central.
La inseguridad y la prolongada escasez de lluvias han llevado a incesantes crisis de seguridad alimentaria en Malí. El informe de la ONU indicó que más de una cuarta parte de la población sufre inseguridad alimentaria severa desde 2010. Debido a esto, el PMA se asocia con los agricultores locales para comprarles alimentos frescos para su programa de comidas escolares.
En general, Malí ha sido calificada como una de las naciones con los más altos niveles de inseguridad alimentaria. El informe indicó que el 15% de los niños de Malí sufren desnutrición aguda y el 69% de la población vive bajo el nivel de pobreza. Además, una encuesta nacional en 2014 reveló que la prevalencia promedio de desnutrición aguda global (GAM) en niños menores de cinco años llega al 13%. La Organización Mundial de la Salud clasifica el GAM entre el 10 y el 14% como grave, y por encima de 15% como una emergencia crítica.
En un intento por lograr el segundo y cuarto Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), éste establece que los gobiernos, así como las organizaciones no gubernamentales (ONG) tienen que apoyar el esquema de alimentación del PMA, lo que evitará la malnutrición y asegurará una educación de calidad para los niños en Malí. De otra forma el aprendizaje va a ser muy difícil para los niños y esto elevará el nivel de analfabetismo en el país.
También es necesario tener en cuenta que si estos niños no están en la escuela, pueden ser víctimas de reclutamiento por grupos terroristas que representan un peligro para el Estado. Revistas académicas han demostrado que los Al-majiris (niños pobres) en el noreste de Nigeria estaban siendo reclutados por los insurgentes de Boko Haram.
Por lo tanto, el programa de comidas escolares del PMA es un medio para lograr diversos fines y debe ser compatible con el progreso de África.
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Fundación Sur