Expertos de derechos humanos se reunieron a finales de noviembre en Londres para atender las conferencias de la Iniciativa para la Prevención de Violencias Sexuales de la ONU. Su posición fue tajante con Sudán del Sur, a la que pidió retirar de las instituciones de manera inmediata a aquellos que estén implicados en casos de violaciones. Aseguraron que solo con esto se podría mostrar el compromiso del país por frenar las violencias sexuales.
Especialmente contundentes fueros las declaraciones de la presidenta de la Comisión de la ONU sobre Derechos Humanos de Sudán del Sur, Yasmin Sooka. En su discurso aseguró:
“En ninguna parte del mundo se encuentran tantas mujeres que experimentan ser violadas en grupo repetidamente, año tras año desde 2013, son rechazadas y estigmatizadas, sufriendo en silencio, mientras los hombres responsables son promovidos y recompensados. No tiene sentido que el Gobierno presente una serie de declaraciones, compromisos, promesas y planes nacionales si no se toman medidas contra los altos cargos que son responsables de la violencia reiterada contra las mujeres y las niñas. No es suficiente, de vez en cuando, juzgar a un puñado de oficiales subalternos sin responsabilizar a los que están al mando. Este año hemos sido testigos de la violencia sexual más deshumanizante en Sudán del Sur de la que el Gobierno es responsable debido a que durante muchos años no ha hecho que las personas rindan cuentas”.
De acuerdo con los informes de Naciones Unidas, las violaciones grupales es una de las prácticas principales de violencia sexual en el país. Sin embargo, la gran mayoría de los casos no llegan a ser denunciados porque tanto las víctimas como las familias tienen miedo a ser rechazados socialmente o sufrir ostracismo por parte de la comunidad. Por último, los expertos aseguraron que la impunidad de estos delitos se extiende a toda la esfera política, tanto dentro del gobierno como de la oposición.
Fuente: Sudan Tribune
[Traducción y edición, Celia Amador Chamorro]
[CIDAF-UCM]
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