Dos nuevos informes de la ONU, publicados en pasado día 9 de septiembre, revelan que una serie de violaciones de los derechos humanos, cometidos a finales de 2008, en la República Democrática del Congo, RDC, por las fuerzas gubernamentales y las milicias denominadas CNDP, podrían suponer crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, según indica un comunicado de la ONU.
Según la Alta Comisaria de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, “Estos dos informes muestran la urgente necesidad para el gobierno congoleño y la comunidad internacional de proceder a implantar “reformas esenciales” del sistema judicial y del sector de la seguridad en el país.
Los dos informes, producidos conjuntamente por la Misión de la ONU en la RDC, la MONUC, y la oficina del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Derechos del hombre, HCDC, cubren una serie de incidentes que tuvieron lugar en el Kivu Norte y el Kivu Sur, entre octubre y diciembre de 2008, durante el conflicto armado que opone a las fuerzas gubernamentales, FARDC, y al Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo, CNDP, dirigido en aquella época por Laurent Nkunda y su colaborador, Bosco Ntaganda.
Según la ONU “uno de los informes trata sobre las acciones de las fuerzas gubernamentales, de las que algunos elementos se han entregado al saqueo a gran escala, así como a llevar a cabo ejecuciones arbitrarias y violencia sexual contra la población civil que se supone que tienen que proteger en Goma, en Kanyabayonga y las poblaciones cercanas, mientras que la población huía del avance de las fuerzas del CNDP, a finales del mes de octubre”.
El informe señala igualmente que “el hecho de que las matanzas tuvieran lugar simultáneamente en muchos sectores de Kiwanja y que estuvieran precedidas, muchos días antes de que se produjesen, por las amenazas públicas de las autoridades del CNDP, que en caso de ataques de los Mayi Mayi, la población sería considerada responsable, podría sugerir que en cierta medida “la operación rastreo” constituía una represalia tolerada por la comandancia del CNDP”.
“Las acciones del CNDP podrían ser equivalentes a crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad y forman parte de los numerosos casos de brutalidad en el este de la RDC, que continúan quedando ampliamente impunes”, ha declarado Pillay, “Yo estoy profundamente preocupada porque los miembros del CNDP, que han estado implicados en estos crímenes, particularmente Bosco Ntaganda, contra el que hay un mandato de arresto internacional, emitido por el Tribunal Penal Internacional, siguan estando en libertad, y sean integrados en las FARDC”.
(Agence de Presse Africaine, 10-09-09)