El Sáhara Occidental es un territorio en el noreste de África, que fue colonia española desde 1884. En 1973 se formó allí el Frente Polisario. En 1975, España, presionada por Marruecos y Mauritania, firmó un acuerdo para el traspaso de la parte norte del Sáhara Occidental a la jurisdicción de Marruecos y de la parte sur, a la de Mauritania. Un año después, el Frente Polisario proclamó la creación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que fue reconocida en diversas épocas por decenas de países, pero la ONU se niega a reconocerla como tampoco reconoce su anexión por Marruecos y exige celebrar un referendo de autodeterminación. Este referéndum es lo que también busca el Frente Polisario, aunque Marruecos insiste en una autonomía. El Consejo de Seguridad instituyó en 1991 la Misión de las Naciones Unidas para el Referendo del Sáhara Occidental, cuyo mandato se prorroga desde entonces. Sin embargo, esta misión está habilitada para supervisar el acatamiento del alto del fuego en la región. Sin embargo, la amenaza latente por la inestabilidad que causa la situación en el Sáhara Occidental llevaba 6 años de negociaciones aparcadas.
Debido a todos los hechos acontecidos y a las demandas en la zona del Sáhara, los días 5 y 6 de diciembre tuvo lugar en Ginebra una mesa redonda sobre el problema de Sáhara Occidental con la participación de Marruecos, el Frente Polisario, Argelia y Mauritania. Pues Argelia es el mayor apoyo de los saharauis y donde viven cerca de 170.000 refugiados de esta comunidad, mientras que Mauritania se esfuerza por mostrar una neutralidad total. Sin embargo, Mauritania se beneficiaría económica y comercialmente de una pronta resolución a este conflicto latente.
Tras las discusiones, el enviado del secretario general de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Horst Köhler, salió con una sensación muy positiva y declaró que la ONU considera posible lograr una solución pacífica al problema del Sáhara Occidental: «Estoy convencido de que es posible (lograr) una solución pacífica a este conflicto. Todas las delegaciones han reconocido que la cooperación y la integración regional en vez de la confrontación son las mejores vías para resolver muchos retos importantes a los que se enfrenta la región”. Además, Estados Unidos apoya a Köhler en la búsqueda de una solución para lo que supone el último territorio pendiente de descolonización en África. Aquí se puede acceder al vídeo donde Horst Köhler comunica su perspectiva con la prensa
Tanto Marruecos como el Frente Polisario felicitaron a Köhler, por haber facilitado dos días de reuniones, las cuáles consideradas “constructivas”. Sin embargo, ambas partes han partido desde sus posiciones iniciales, posiciones que a primera vista dan la sensación de tornar irreconciliables.
Al término de las reuniones, el Ministro de Asuntos Exteriores y jefe de la delegación marroquí, Naser Burita, comunicó a la prensa: “Un referéndum no está en el orden del día. Marruecos no ha establecido condiciones, sino parámetros para una solución realista, pragmática y duradera. Todo lo que no reúne estas condiciones no está sobre la mesa”. A la misma pregunta, la opinión del jefe de la delegación del Frente Polisario y presidente del Parlamento saharaui, Jatri Aduh, resultó ser la opuesta; pues según Aduh, el pueblo debe ser consultado «sobre cuál desea que sea su estatus final. El referéndum es el camino más directo y democrático… no creo que haya alternativa».
Debido a la incompatibilidad de ideas de Marruecos y el Frente Polisario, se considera que el mayor logro que presentó Köhler fue que ambas partes se muestren dispuestas a resolver este asunto. Y es por esta razón que ambas partes acudirán a una segunda ronda de negociaciones en el primer trimestre de 2019, y será Köhler quien decidirá cuándo.
Lo que está claro es que resolver el estatus del Sáhara Occidental conviene a toda la región, la cual ve el conflicto como un freno a su desarrollo económico y una amenaza latente a su seguridad. La clave de cualquier progreso está en acercar las posiciones de marroquíes y saharauis, y bajo el marco que ha establecido el Consejo de Seguridad de la ONU para la resolución de este contencioso.
El ministro marroquí opina que las resoluciones de la ONU han dejado totalmente atrás la idea del referéndum, para así privilegiar una solución “realista, duradera, y pragmática”. De acuerdo con Burita, “la autodeterminación se hará a través de una negociación”. Por su parte, el Frente Polisario ha cuestionado la posición marroquí y le ha pedido “salir de su intransigencia”.
Sin embargo, Marruecos se considera a sí mismo el portavoz legítimo de los intereses de los saharauis dentro del territorio que ocupa desde 1975, tras la precipitada partida de España. Para evidenciar este hecho, incluyó a dos representantes electos saharauis promarroquíes en su delegación.
La próxima ronda de reuniones en el primer trimestre de 2019 determinará en gran medida lo que hagan las 5 potencias del Consejo de Seguridad cuando les toque discutir sobre la renovación del mandato de la fuerza militar de la ONU, cuya misión es la de vigilar el cumplimiento del alto el fuego vigente en el Sáhara Occidental. La renovación semestral de esta misión, previamente anual, ha contribuido sin duda alguna a que las dos partes acepten volver a sentarse juntas, ya que la extinción de ese contingente representaría una amenaza real a la paz de la región.
Carlo Allegri
Fuente: Sputnik Mundo y Euronews
[Edición, Sara Gil Martín-Serrano]
[Fundación Sur]
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