Botsuana tenía la esperanza en que la cumbre extraordinaria de la Comunidad para el Desarrollo del África Austral, SADC, tuviera algún éxito al facilitar la formación de un gobierno en Zimbabue, de acuerdo con el acuerdo de reparto de poder firmado el pasado 15 de septiembre.
Un comunicado de la oficina del presidente de Botsuana, Seretse Khama Ian Khama, afirma que la formación de un gobierno en Zimbabue permitirá a todas las partes implicadas empezar con su trabajo para ocuparse de las apremiantes necesidades del país.
El comunicado asegura que el vicepresidente, Mompati Merafhe, en una entrevista que le hicieron en Suráfrica dijo que seguían existiendo diferencias de opinión en la región sobre Zimbabue, pero añadió que la resolución de la cumbre ha reflejado un “consenso” y no “unanimidad” ente los estados miembros.
El comunicado cita al vicepresidente Merafhe diciendo que el acuerdo de reparto de poder en Zimbabue no puede ser implementado, y sería lógico para la democracia, en estas circunstancias, que se les dejara tomar el curso de la celebración de unas nuevas elecciones bajo la supervisión internacional.
El vicepresidente también dijo que Botsuana está preocupada por las recientes acusaciones, vertidas por las autoridades zimbabuenses, sobre que Botsuana está dando refugio o entrenando a jóvenes de la oposición zimbabuense para lograr por la fuerza un cambio de régimen en el país.
Merafhe describió las acusaciones como un intento desesperado de desviar la atención de los problemas reales a que se enfrenta Zimbabue. “La noción de que Botsuana quiera entrenar a extranjeros en su territorio para derrocar al gobierno de un país vecino es ridícula para cualquiera que conozca el viejo compromiso del país con el principio de no interferencia en los asuntos internos de otros países. Botsuana también tiene una reputación pidiendo la resolución pacífica de las disputas en la región”.
El vicepresidente declaró que la situación política de Zimbabue está teniendo un impacto negativo en Botsuana, que se está gastando 1.200.000 millones de pulan (unos 300.000 euros) al mes en mantener a 1.000 refugiados zimbabuenses.
Botsuana también tiene que enfrentarse al gran número de zimbabuenses inmigrantes ilegales que continuamente cruzan la frontera en busca de oportunidades.
Desde 2005, 175.000 zimbabuenses han tenido que ser repatriados. Como parte de este proceso, Botsuana ha tenido que construir un centro para los inmigrantes ilegales que le ha costado 62 millones de pulan, además de incurrir en importantes costes operacionales.
La existencia de un gran número de zimbabuenses desesperados y desempleados merodeando por las calles de Botsuana, ha contribuido a la escalada del crimen.
Entre enero y octubre de este año, más de 12.000 zimbabuenses ilegales han estado relacionados con delitos y crímenes. Durante el mismo periodo, la policía ha documentado 65 incidentes de haber cortado la valla que separa la frontera entre Zimbabue y Botsuana, para robar ganado, por lo cual se produjo un brote de varias enfermedades del ganado, por toda la frontera, durante 2002 y 2003.
(Daily News, Botsuana, 12-11-08)
