En 2012, el G8 lanzó la «Nueva Alianza para la seguridad alimentaria y la nutrición». Según el G8, la nueva alianza se centraría en aumentar la productividad agrícola e intentaría sacar a 50 millones de personas de la pobreza. Las empresas de agroindustria son vistas como los actores claves para lograr estas metas y muchas grandes empresas participan en esta alianza, mientras que los principales productores de alimentos en los países africanos, los agricultores familiares, no han sido consultados.
Vía Alianza del G8, el sector privado ha podido obtener concesiones de los gobiernos africanos «habilitando» sus inversiones en la agricultura africana. Diez países africanos han acordado cambiar las leyes sobre semillas, tierra e impuestos (más de 200 compromisos públicos han sido tomados) e incluso poner las tierras a disposición de inversiones comerciales de las grandes empresas agroindustriales. La iniciativa del G8 ha facilitado los contactos entre la agroindustria y los políticos, mientras que los agricultores familiares fueron excluidos de las discusiones sobre su futuro.
Aquí están algunos ejemplos de lo que los estados africanos, bajo la iniciativa del G8, se comprometieron. Malawi y Ghana han prometido abrir tierras cultivables para una inversión a corto plazo. (Malawi 200.000 hectáreas y Ghana 10.000 hectáreas). Etiopía ha prometido modificar las leyes agrarias para facilitar arrendamientos a largo plazo y Mozambique facilitará los procedimientos para la adquisición de la tierra. Burkina Faso, Costa de Marfil, Etiopía, Ghana, Mozambique, Nigeria y Tanzania se comprometieron a cambiar sus leyes sobre semillas. Esto aumentará la dependencia de los agricultores familiares con respecto a las semillas importadas y evitará la innovación en el tratamiento de las semillas locales. Benín, Costa de Marfil, Malawi, Senegal y Tanzania han prometido mejorar los servicios para los inversores, ofreciendo incentivos fiscales y modificar las normas para facilitar las inversiones de las grandes empresas de agroindustria.
Todo esto puede incrementar el acaparamiento de tierras en todo el continente, porque no hay ninguna barrera de seguridad para proteger los derechos a la tierra de la población local y, en particular, de las familias de agricultores. Someter la agricultura africana a las compañías extranjeras obligará a los agricultores locales a comprar semillas y fertilizantes caros en los mercados internacionales cambiantes. Además, esto conducirá a la desaparición de semillas locales y por consiguiente a la desaparición de variedades locales de comida, aumentando aún más el riesgo de hambre y la pobreza. Así, en lugar de reducir la pobreza y el hambre, la Alianza del G8 es capaz de producir el efecto contrario en África, porque ofrece el control de los recursos naturales de África a las empresas extranjeras y no impide el acaparamiento de tierras lo que pone en peligro la soberanía alimentaria de las poblaciones locales.
Pueden encontrar aquí más información sobre los compromisos de los países africanos. (Sólo en inglés)
Pueden encontrar aquí más información sobre la implicación de la agro-industria en la iniciativa del G8. (Sólo en inglés)
Grupo de Trabajo Biocombustibles-Acaparamiento de Tierras
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