La Mutilación Genital Femenina no conoce fronteras en África Occidental

6/02/2009 | Crónicas y reportajes

Las leyes contra la mutilación genital femenina están haciendo que la práctica se vuelva clandestina y cruce las fronteras, según UNIFEM.
Un estudio publicado en 2008 observó el flujo de niñas entre Burkina Faso y los países vecinos de Mali, Níger, Ghana y Costa de Marfil. Excepto Mali, todos estos países del estudio tienen leyes contra la mutilación genital femenina, MGF, aunque el vigor de estas leyes varía mucho de unos a otros.

La ilegalización de esta práctica ha “predispuesto profundamente el discurso de la escisión femenina”, según el estudio. En las encuestas, entrevistas y conversaciones informales, la gente niega que la práctica continúe. Las escisiones en grupo ya no se anuncian en los mercados. Pero todavía se practica y viaja a cualquier sitio a donde la gente cree que no será castigado o no se advertirá.

“Pensamos que está empeorando”, asegura Francis Bogie Boogere, un especialista en violencia sexual, de la UNIFEM en Burkina Faso.

El estudio señala que además de la legislación contra la MGF, los lazos étnicos a través de las fronteras apuntalan las redes sociales y culturales que ayudan a que las escisiones crucen las fronteras. El movimiento Peul se mueve entre Burkina Faso y Níger; el Gourmantche, entre Burkina y Níger; el Dagara y el Lobi, entre Burkina y Ghana, mientras que los trabajadores burkinabés en Costa de Marfil van a su país para practicar la MGF a las niñas y vuelven. Cuando el norte de Costa de Marfil se convirtió en un territorio sin ley, durante la guerra civil, la MGF prosperó en la zona.

Los Mossi y los Yagse, dos comunidades de Burkina Faso encuentran en Mali “la situación ideal para mutilar a sus hijas a plena vista”, asegura en estudio. Entre julio y noviembre, cuando miles de jóvenes burkinabés cruzan a pié, en carros de bueyes, bicicleta o minibús para recoger algodón en Mali, y durante las vacaciones escolares, las niñas se funden en el flujo de personas.

Boogere ha recogido pruebas anecdóticas de tráfico de clítoris cortados para brujos de Costa de Marfil. “Las cortadoras en Benín y Togo, conocen a doctores tradicionales que tienen contactos con gente rica de Costa de Marfil, que creen que este fetiche les hará más ricos”, cuenta a IPS. Este comercio podría minar los esfuerzos para terminar con esta práctica perniciosa que se inflige a miles de niñas en el África Occidental cada año, asegura preocupado.

Desde que los habitantes del África Occidental no necesitan pasaporte ni visado para viajar por la región, las familias pueden cruzar fácilmente las fronteras con sus hijas. Algunos cortadores utilizan rudimentarias casas de huéspedes para sus visitantes. O viajan a realizar escisiones en masa, o las familias y el extirpador se encuentran a mitad de camino al cruzar la frontera.

Los cortadores del grupo étnico de los Mossi tienen reputación de ser los mejores. El estudio describe cómo las comunidades de migrantes de los Mossi organizan en secreto el viaje de extirpadores famosos a Ghana y, mediante un complejo sistema de información codificada y alertas, les esconden si corren el riesgo de ser arrestados.

Efecto bumerang

Las leyes anti mutilación ayudan a concienciar a la gente del perjuicio de la escisión pero también causan “una mutación negativa a la clandestinidad del fenómeno”, según el estudio. El secreto hace que los cálculos sean peores, pero parece que las niñas están sufriendo la mutilación a edades más tempranas, según Boogere.

En Burkina Faso, que prohibió la mutilación en 1996, “la clandestinidad es una consecuencia imprevista de la ley”, asegura Alice Tiendrebeogo, una profesora, historiadora burkinabé, y antigua ministra de Educación.
Esta es una de las razones por las que Mali, donde el 80 % de las niñas son mutiladas, está tomando el camino más suave de convencer a la gente para que abandone la práctica, mediante campañas de la comunidad, explica Diarra Affusatou Thiero, una jueza del Tribunal Supremo y antigua ministra de la Promoción de la Mujer, la Infancia y la Familia, entre 1997 y 2002.

“No queremos aprobar una ley sólo para decir que tenemos una, pero que luego no sea respetada y aplicada”, comentó a IPS.

“nuestras suegras, nuestras abuelas y madres llevan a nuestras hijas a que sean mutiladas mientras que estamos en el trabajo o de viaje. ¿Cómo puedo llevar a mi suegra ante los tribunales? Perdería a mi marido, a mi familia. Sería desgraciada. Es complicado. Es mejor sensibilizar para que se produzca el cambio”, añade.

Aún así, precisamente porque Mali “no tiene mecanismos de represión por la escisión sigue siendo El Dorado para los practicantes Burkineses”, continua el estudio.

La región no tiene mecanismos para abordar las MGF que cruzan las fronteras. Sólo las leyes de Ghana permiten la acusación si la mutilación se practica en cualquier parte fuera del país. En los demás sitios, los legisladores no prevén la estrategia de cruzar las fronteras de la gente que se resiste a cambiar.

En noviembre, en un encuentro de primeras damas de los siete países del África Occidental, UNIFEM y los gobiernos lanzaron un plan de acción regional, en las zonas fronterizas, en el que se involucraba a los gobernadores y ONG.

El principal asunto es que ambos lados de la frontera deben estar vigilantes”, asegura Tiendrebeogo. Sin embargo, asegura el estudio, la solución no es la represión, sino convencer a la gente para que abandone la práctica. Las emisoras de radio comunitarias son fundamentales en este enfoque, ya que llegan a la gente en su propia lengua y emiten cruzando todas las fronteras.

También es esencial un mayor compromiso público de los políticos, líderes religiosos y tradicionales, a los que el estudio considera “flojos”. Hasta el momento, las campañas son esporádicas, no son participativas y están mal adaptadas a los objetivos. “La escisión a través de las fronteras es una consecuencia inesperada y perversa… y una prueba de la ineficacia de los planes y estrategias que se están utilizando”, concluye en estudio.

Mercedes Sayagues

Publicado en IPS News, Suráfrica, el 6 de febrero de 2009. Día Internacional Contra la Mutilación Genital Femenina

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