La moda nigeriana llegará a España, por Rumbo a Nigeria

26/07/2013 | Bitácora africana

Escrito por Isabel Moyano

Telas y más telas. Ya os conté un día que la industria de la peluquería era la base de la economía nigeriana, pero ahora cambio un poco de parecer. Las pelucas comparten protagonismo con las telas en la carrera por conseguir el primer puesto en el ranking.

Maldito el día en que me topé con las telas nigerianas. Comprar telas y hacerte modelitos es la nueva afición, o adicción (según se mire), de la casa. Encontrar el costurero o costurera adecuado, un sueño difícil de alcanzar. La verdad, poco realista.

Las telas las venden por yardas. La medida estándar son 6 yardas, unos 5 metros casi y medio. Los precios varían en función de la calidad y de las ganas que tenga el tendero de intentar colártela. Función tuya es pelear por conseguir un buen precio. Cuando vino Irene, la hermana de Bo, ambos hicieron un máster en calidad de telas. Se recorrieron un montón de tiendas, preguntando aquí y allá. Y la conclusión fue que la mejor tela es aquella que en el filito de abajo pone “Hi-Target”. Partiendo de esa base, si te vas al mercado y te gusta una tela, lo primero que debes hacer es mirar qué tipo de tela es. Y si no sabes bien si es buena o mala, tírate el pisto, muchas veces funciona. Te haces la entendida y le dices al tendero que esa tela no es Hi-Target. Con poco que intentes regatear, te bajará el precio creyendo que entiendes de telas.

Las telas en Nigeria son increíbles, tienen unos estampados que te atrapan. Entras en la tienda y no te puedes ir sin haber comprado, al menos, una. Coloridas, alegres, llamativas. Empiezo a hablar como una adicta, y es que he de reconocerlo, soy una Telalcohólica o Teladicta. Dícese de aquella Mbakara que no para de comprar telas para hacerse vestiditos, camisetas, pantalones, camisas, pijamas, shorts, colchas, toallas,… Vamos, cualquier cosa que se pueda hacer de tela, se puede convertir en un oscuro objeto de deseo. En definitiva, consumismo a la nigeriana revestido de una humilde excusa: “es que tengo que renovar vestuario”. Pero, ¿qué vestuario vas a renovar si luego siempre llevas lo mismo? En fin, para salir de este apuro, más me vale echar mano de un buen refrán. Y como dice éste, “mal de muchos, consuelo de tontos”, yo me contento con saber que no soy la única adicta en casa. Y aunque creía que esta debilidad por las telas sólo afectaba a las chicas, me he dado cuenta de que estaba muy equivocada. ¡Los chicos también están enganchados!

Pero es que son tan bonitas… Además, es el mejor recuerdo que podemos llevarnos de Nigeria. Ahora, que cuando desembarquemos en España con la moda nigeriana, a ver cuánto nos dura. La gente pensará, “¿Y esas telas? ¿De dónde las ha sacado? Desde que se fue a África nunca volvió a ser la misma.” Pero bueno, ya nos iremos adaptando. No nos queda otra.

Como os decía, lo de conseguir un tailor, o costurero, que cosa en condiciones, o simplemente que siga tus instrucciones, es tarea mucho más ardua. La visita al costurero siempre te sale cara. No sólo porque en la mayoría de ellos tienes que esperar durante horas para que:

1.- Repare en tu presencia.

2.- Te escuche.

3.- Te entienda.

4.- Tome nota de tus medidas.

5.- Apunte el diseño que quieres que te haga.

Sino también, porque muchas veces, reservas la tela más chula que jamás hayas visto con la esperanza de encontrar al costurero perfecto. Ese que cose a la luz del día, y no con la linterna en la boca terminando un trabajo a oscuras que requiere un poco más de atención. Ese que repara en el detalle de repasarte la tela por dentro para evitar que el punto se te escape. Ese que apunta que quieres un cuello de barca y no un cuello-soga que te impida respirar. Ese que no se queda con tu tela y te hace la camiseta 6 centímetros más corta porque dice que no le llegaba con lo le diste. Ese que entiende que el dibujo es así y no asao. Ese que no lleva un creativo hortera en lo más adentro de su ser que le obliga a poner lentejuelas donde no debería haberlas. En fin, que ese costurero, por ahora, no existe. Hemos encontrado uno que ha superado la primera prueba. A ver si no se desencamina y se convierte en el tailor de los Mbakaras.

Original en : Rumbo a Nigeria

Autor

  • Rumbo a Nigeria

    Rumbo a Nigeria es un blog creado por Isabel Moyano, una linarense afanada en viajar. Un espacio donde poder contar todo lo que me ocurra antes, durante y después de mi aventura en Nigeria. Mi deseo y anhelo es poder disponer de tiempo y medios suficientes para alimentar este blog. Escribir todo lo que me vaya sucediendo, será mi propósito. Dejo Linares para conocer Nigeria. ¿Qué me espera? Eso estar por ver.

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