En 1914, hace casi cien años, la ciudad de Dakar sufría una terrible epidemia de peste bubónica. Los colonizadores franceses, incapaces de poner freno a la mortandad, tomaron la drástica e impopular decisión de trasladar a todos los negros que se hacinaban en casas insalubres a un lugar a las afueras de la ciudad. Así nació Medina (el nombre se lo puso el gran marabú de Tivaouane El Hadji Malick Sy en honor a Medina, la ciudad santa del Islam) el primer barrio de Dakar, un lugar que ha sido cuna de grandes artistas como Youssou N’Dour y que hoy, gracias a la iniciativa de sus jóvenes más inquietos, luce orgulloso una treintena de murales que intentan convertir a este enclave, humilde pero siempre combativo, en una galería de arte al aire libre.
La idea surgió en 2010, hace dos años. Modou Ndiaye, un joven al que todos llaman “Patín” en el barrio por su afición a recorrer rodando las calles de la Medina, creaba una asociación denominada Yataal Art y, junto a medio centenar de jóvenes, organizaba un primer evento contra la contaminación bajo el lema “Limpiar está bien, pero no ensuciar es aún mejor”. La idea era concienciar a sus vecinos de la necesidad de mantener el barrio en condiciones. Se organizó una marcha seguida de una gran acción de limpieza, un desfile de moda sobre patines, un concierto y la realización de un mural colectivo.
La iniciativa sentó bien y decidieron repetirla cada dos meses. A las actividades ya reseñadas se unieron un torneo de fútbol infantil, teatro, exposiciones de pintura, etc. “La idea es convertir a la Medina en un lugar artístico, una especie de museo al aire libre”, asegura Modou, quien recita la nómina de artistas que han salido de este barrio, desde el archifamoso cantante y hoy ministro Youssou N’Dour hasta los percusionistas Doudou Ndiaye Roze y Mbaye Gueye Faye, pasando por el estilista Cheikha o el músico Omar Pène. Así, al poco tiempo nació un segundo mural de la mano del artista gráfico Hassim Mbaye.
“Al principio, me costaba encontrar gente dispuesta a ceder su casa para que les hicieran un mural, pero ahora tengo lista de espera”, asegura Modou Ndiaye. Un año más tarde, en diciembre de 2011, Yataal Art une fuerzas con el Festival XEEX (significa combate en wolof, la lengua nacional), un evento anual que también intenta sensibilizar en cuestiones medioambientales a través de la cultura, cuyo responsable es el español afincado en Dakar desde hace dos décadas Nicolás de la Carrera. Fruto de este enlace se logró reunir a una treintena de artistas gráficos en una zona de Medina llamada Damels, muy cerca del mercado de pescado de Soumbedioune, y hacerle un lavado de imagen.
Los artistas se reunieron con sus botes de pintura y toda su creatividad y empezaron a trabajar de manera frenética. Bajo el lema “arte en lo cotidiano” allí estaban desde grafiteros tan conocidos como Iker Muro, Txemy o el ecuatoguineano Ramón Esono hasta artistas como Dauda Dusmore, los senegaleses Miserable Graff, Trois TTA o el colectivo DKR. Y el resultado de aquella fiebre pictórica está ahí aún, impreso en las paredes de las casas, peluquerías o talleres mecánicos de Medina
La iniciativa tuvo tanto éxito que una visita guiada a los distintos murales del barrio fue incluida como actividad en la Bienal de Arte de Dakar, Dak’Art 2012, que tuvo lugar entre mayo y junio del año pasado. Gracias a un plano en el que se indicaba la ubicación exacta y el autor de cada grafiti, los visitantes podían recorrer una parte de la Medina y disfrutar, a la vez, de una inmersión en la cara más popular de la capital senegalesa.
Yataal Art ha seguido con sus actividades, como miniconciertos de hip hop de tres minutos cada uno para los jóvenes del barrio que nunca han tenido la oportunidad de actuar en ningún sitio, una actividad denominada Stop Cladestinité para alertar de los peligros de la emigración en cayucos hacia España o el Día Mundial del Medio Ambiente, en el que participó el nuevo ministro del ramo, Ali Aidara. En la escuela del barrio, llamada Serigne Amadou Aly Mbaye, más murales y palmeras recién plantadas evidencian que Yataal Art también pasó por allí.
“Nuestra filosofía es un programa para cada uno y un evento para todo el mundo, aunar a todos los artistas del barrio para que se comprometan con nosotros. Para el centenario de la Medina queremos tener con nosotros a Youssou N’Dour, hacer muchas actividades y seguir concienciando”, explica Modou. A pocos metros del barrio, un enorme canal de aguas fecales, el Canal 4, evacua todo su contenido en el mar, justo al lado del mercado de pescadores. El olor es inolvidable. Modou sonríe. “Queda mucho trabajo por hacer porque el problema es doble: el Estado tiene que aportar medios para cambiar las cosas, pero la gente también debe saber que no hay que tirar basura a la calle o quemar los contenedores cuando hay una protesta. Este es el reto”.
Cuando habla de los contenedores quemados, recuerdo que en febrero de 2012, justo la noche en que estallaron los incidentes por la aprobación de la candidatura del ex presidente Abdoulaye Wade a las elecciones presidenciales, tuve que atravesar en plena noche una Medina llena de neumáticos ardiendo, mesas que volaban desde las casas hasta la calle y personas encolerizadas. Hoy, en esta tranquila mañana de enero, el paisaje es totalmente distinto. Los niños juegan al futbolín en la calle, los corderos ramonean aquí y allá y las mujeres hacen la colada a la vista de todos. La vida circula por las aceras. Y Modou se despide con una sonrisa y con la promesa de que pronto habrá más murales y más arte en la Medina.
Original en : Blogs de El País: África no es un País