Con el tema «La lucha contra el terrorismo,» el G7 se reunió el 26 y 27 de mayo en Italia. Ibrahim Boubacar Keïta habría aceptado de buena gana una invitación para ir allí, pero no fue invitado. Un revés diplomático para el presidente de Malí, que no se habría perdido la reunión de Taormina (Italia), donde había claramente espacio para los que cuentan en la lucha contra el terrorismo.
Ningún país africano está en el G7, pero varios jefes de Estado del continente estaban invitados a comparecer: el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, el vicepresidente de Nigeria, Yemi Osinbajo, el primer ministro etíope, Haile Mariam Desalegn, el presidente tunecino, Beji Caid Essebsi, y el presidente de Níger, Mahamadou Issoufou.
Ibrahim Boubacar Keïta no fue invitado, mientras que su país está plagado por el terrorismo. Este hecho es indicativo del fracaso político internacional del presidente IBK. ¿De qué otra forma entender que Malí se mantuviera fuera de dicha reunión en un momento en el que países menos afectados por el mal terrorista estában invitados a la mesa de debate?
El Presidente Emmanuel Macron, que estubo en Malí el 19 de mayo, parece que puso su mirada en otros líderes africanos. El presidente francés, de hecho, se ha reunido con dos líderes africanos. Las discusiones se han centrado en la situación de seguridad del Sahel, la lucha contra el terrorismo y cuestiones de migración.
Fuente: MaliWeb
[Traducción y edición, Fernando Martín]
[Fundación Sur]
Artículos relacionados:
– La alianza de los yihadistas en Mali
– Acuerdo Mali-UE sobre el retorno de los solicitantes de asilo
– Situación de Mali: un verdadero falso regreso al orden constitucional
0 comentarios