La líder de la oposición ruandesa, Victoire Ingabire, arrestada el pasado día 14 de octubre, está detenida en condiciones “intolerables e inmorales”, según ha declarado su partido el día 17 de octubre.
Ingabire, líder del partido Fuerzas Democráticas Unidas, FDU-Inkingi, todavía no reconocido por las autoridades ruandesas, fue arrestada el pasado jueves, por acusaciones de pertenecer a un grupo terrorista.
“Las condiciones de detención de Victoire Ingabire Umuhoza, son intolerables e inmorales”, asegura el partido FDU Inkingi en su página web, añadiendo que sus carceleros le han negado el acceso a un colchón y sábanas, y ha pasado día y noche con las manos esposadas y sentada”.
También expresan su preocupación por que no saben si está siendo alimentada. “El gobierno no le da comida y a nuestra gente no se le permite entrar a verla”, explican.
Después del arresto de Ingabire, la organización HRW pidió a las autoridades ruandesas, el día 16 de octubre, que permitiera a la oposición llevar a cabo sus legítimas actividades.
“Si la van a acusar, que lo hagan basándose en evidencias sólidas, no como castigo por ser crítica con el gobierno”, añade el comunicado de la organización HRW, que demanda que se permita visitar a Ingabire.
Según otras fuentes, Victoire “no come ni bebe lo que le dan (todo el mundo teme el envenenamiento indetectable, especialidad de la aristocracia extremista tutsi) y no permiten que los suyos la vean ni le lleven bebida ni alimentos”.
Acoso y violencia contra la oposición ruandesa
Ingabire no es la única opositora acosada en Ruanda. Los tres partidos de la oposición que pretendían enfrentarse a Kagame en las elecciones presidenciales del pasado agosto, el partido Verde, las FDU Inkingi y el Partido Social Imberakuri, han sufrido detenciones, acosos e incluso el asesinato. Sólo se permitió registrarse a uno de ellos, el Partido Social Imberakuri, cuyo presidente, Bernard Ntaganda, está igualmente encarcelado y la semana pasada fue trasladado urgentemente al hospital central de Kigali, porque su estado de salud está muy deteriorado, desde el pasado 24 de junio, que fue encarcelado.
El vicepresidente del Partido Verde fue decapitado antes de las elecciones y el líder de otro partido, el Pacto para la Defensa del Pueblo, el opositor Deogratias Mushayidi, un periodista tutsi crítico con el gobierno, acaba de ser condenado a cadena perpetua por cargos que nunca están claros y tras un juicio en el que sus abogados no han tenido acceso al acusado.
Dependiendo de las fuentes de información se acusa a los opositores de estar relacionados con unos extraños ataques con granadas que tuvieron lugar en febrero y marzo en la capital de Ruanda, Kigali; de relacionarse o pertenecer a grupos terroristas; o de negacionismo del genocidio. En el caso de Deo Mushayidi, según la agencia de noticias ruandesa gubernamental, se le condena a cadena perpetua por causar inseguridad en el estado, incitar a la población a odiar al gobierno y utilizar documentos falsos.
La realidad es que los pocos opositores que son juzgados, como Deo Mushayido, no han tenido ni de lejos un juicio justo, según denunció en su día Amnistía Internacional. Ingabire e Intaganda, ni siquiera han tenido la oportunidad de responder ante un tribunal.
(AFP/Diversas fuentes, 18-10-10)