Es una perogrullada afirmar que en la justicia en Ruanda ha sido siempre la justicia del más fuerte. Hoy, más que nunca, es una justicia politizada, instrumentalizada y etnizada, por mucho que el gobierno actual grite a quien quiere escucharle que en Ruanda no hay etnias. Desdichadamente, la justicia internacional, a través del Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) se ha convertido también en la “justicia del vencedor” y en “un tribunal de los vencidos”.
El combate de los actores del Norte que trabajan por la eclosión de una verdadera justicia en Ruanda consiste en resistir al chantaje y al dictado del poder establecido y de sus socios, que imponen un discurso “políticamente correcto”. Deben ir a contracorriente y exigir que sólo se haga justicia.
(Publicado en revista Dialogue nº 247, pp.27-43)
Traducido por Ramón Arozarena