La justicia en Mozambique viola el derecho constitucional del «superior interés» de miles de niños

En Mozambique miles de niños están atrapados en una flagrante violación de su Derecho Constitucional que obliga a las autoridades de Justicia a tener siempre presente «el superior interés del niño». «Lo que encontramos es que buena parte de los niños fueron juzgados y no se les aplicaron medidas de seguridad sino que se aplicaron penas de prisión, normalmente la pena más dura de 3 años», revela un estudio académico realizado para el ministerio público en los tribunales

«Encontramos en Beira un caso de un niño que cuando empezamos a hablar con él percibimos que tenía una perturbación. Era un niño más o menos desarrollado y sucedía que sufría de una pequeña perturbación mental y por eso tenía comportamientos que no siempre eran los más adecuados en términos de indisciplina entonces lo metían de castigo en la celda de los más peligrosos y era abusado sexualmente » reveló Aires José Mota do Amaral, uno de los coautores del estudio “ Menores en conflicto con la ley en Mozambique” elaborado por el Centro de Estudios Sociales Aquino de Bragança (CESAB) para la Procuradoria General de la República, que muestra como los menores de edad son maltratados por la Justicia mozambiqueña .

Para el jurista y antiguo magistrado el problema de los niños en Mozambique comienza en el hecho de que al niño no se le considera menor siempre aunque tenga menos de 18 años de edad. «Si tiene voz grave se dice que está bastante crecido, si tiene barbicha ya no es niño. No toda la gente en su cotidiano entiende, asume y percibe lo que es un niño «.

El segundo problema es que: «Mucha gente no conoce lo que dice la Constitución de la República sobre el niño. Hay una regla fundamental que está en la Constitución que dice que todas las entidades administrativas, judiciales y de todo orden, en el desarrollo de su trabajo tienen que tener presente siempre, siempre y siempre el superior interés del niño «.

«Encontramos a muchos niños que perdieron un principio fundamental de su superior interés, que es el derecho a la libertad. Y, como consecuencia de esto, encontramos a niños presos «constató Aires José Mota do Amaral en la presentación de este estudio que indica que en 2015 existían 1.389 niños detenidos en los diversos establecimientos penitenciarios de nuestro país.

Sin embargo @Verdade reveló recientemente que hay más de 4.000 niños recluidos entre los 28.845 ciudadanos que forman parte de la población reclusa en Mozambique, de acuerdo con las estadísticas de crimen y justicia de 2017 publicadas por el Instituto Nacional de Estadísticas.

«El niño en conflicto con la ley sistemáticamente presenta una gran vulnerabilidad, toda la gente lo maltrata»

El estudio, que además de Aires José Mota do Amaral tiene como autores a Beatriz Cruzio, Concetta Lorizzo, Lukas Muntingh y João Carlos Trindade, trazó el perfil de los menores mozambiqueños recluidos «(…) Esencialmente son niños de poca o muy poca instrucción, no tiene el dominio de la lengua nacional, son niños que tienen un nivel de conocimiento muy débil del portugués. La madre no vive con su padre, el padre no vive con su madre, el padre es alcohólico, la familia está separada y los niños viven con la abuela o el abuelo, y normalmente no tiene una situación social y familiar que le dé alguna estabilidad. Cuando estudiaron fueron malos estudiantes «.

«Lo que encontramos es que buena parte de los niños fueron juzgados y no se les aplicaron medidas de seguridad, sino que se aplicaron penas de prisión, normalmente la pena más dura de 3 años. (…) En un caso se aplica la pena máxima, en otros casos se aplica la pena casi mínima, con todas las atenuantes posibles. Esto da idea de la valoración que en algunos sectores de nuestra sociedad se da a este tipo de comportamiento «afirmó Aires do Amaral.

Para los autores del estudio: «El niño en conflicto con la ley sistemáticamente presenta una gran vulnerabilidad, toda la gente le maltrata. Este principio de la salvaguardia del interés superior del niño bastaría a menudo. Muchos de los niños que entrevistamos, y fueron decenas, no saben quién les defendió en sus juicios., y los que lo saben, nos dijeron que no habían hablado con el defensor sólo lo conocieron en la sala del juicio. Un niño que habla mal portugués, no se da cuenta de lo que está sucediendo, entra en la sala de juicio y está absolutamente aterrado. «Buscamos y no logramos encontrar un solo proceso en que la defensa haya recurrido la sentencia condenatoria, no hay recursos».

El hecho de no hablar portugués, requiere ser apoyado por un traductor, por desgracia se ha comprobado en muchas ocasiones que no se utilizó intérprete, ya que su uso podría alargar el juicio. Por lo tanto, todo está hecho en un lenguaje que no es comprensible para el niño y las cosas funcionan de esta forma, esta es una constatación absolutamente importante en el sentido de que intentamos encontrar una solución «, declaró el antiguo magistrado» Sólo garantizando un juicio equilibrado y, justo estaremos salvaguardando el superior interés del niño, fuera de eso es todo una mera retórica circunstancial pero que no resuelve el problema «.

Los académicos constataron que «hay un fraquísimo trabajo de reinserción social con los niños. Hemos estado, por ejemplo, en el Centro penitenciario de Boane, que es para niños, el objetivo era tratar y trabajar con los niños y crear condiciones para su reinserción social, pero la verdad es que allí sólo encontramos guardias prisioneros. No encontramos a nadie suficientemente habilitado para decirnos que trabajo están haciendo de recuperación de los niños con vistas a su reinserción social «.

En la óptica de Aires del Amaral, el hecho de que actualmente todos los que trabajan en los centros penitenciarios sólo actúen por miedo, intimidación y violencia en nada contribuye a la reinserción y la recuperación de quien sea.

«Es un ambiente que no beneficia en nada, a nuestro entender, la recuperación del niño »

Los académicos encontraron en el sistema de Justicia nacional una «absoluta falta de articulación entre comunidad, tribunales comunitarios y nuestras instancias formales de aplicación de la ley».

«Aquí las cosas fallan, y a nuestro entender esto va a repercutir en esta problemática de las medidas alternativas a la pena de prisión. Sin un trabajo articulado entre la comunidad y todas las instancias de justicia formal va a ser difícilr aplicar «, concluyó Aires do Amaral.

Fuente: A Verdade

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