La Junta militar de Mauritania liberó el día 21 de diciembre al presidente derrocado, Sidi Mohamed Ould Cheikh Abdallahi, de su arresto domiciliario. Los líderes del golpe de estado del pasado 6 de agosto, que echó del poder a Abdallahi, el primer presidente elegido democráticamente en el estado islámico, habían declarado a principios de diciembre que liberarían a Abdallahi como parte de las negociaciones para evitar las sanciones de la Unión Europea, pero se han negado a restituir a Abdallahi en la oficina de la presidencia, como piden la Unión Europea y los Estados Unidos, entre otros grandes donantes.
Abdallahi, que ganó las elecciones multipartidistas del año pasado, ha estado bajo arresto domiciliario desde mediados de noviembre, en su casa de Lemden, 200 kilómetros al sur de la capital, Nuakchot.
El presidente derrocado fue llevado por oficiales de seguridad, el día 21, desde Lemden hasta la casa en la que vive su familia en Nuakchot, que se encuentra bajo vigilancia de los soldados, y se le comunicó que estaba libre del arresto domiciliario.
“El presidente ha decidido volver a Lemden”, aseguró Cheikh Ibrahim Ould Bah, un miembro del Frente Nacional Pro Abdallahi, para la Defensa de la Democracia, FNDD, añadiendo que Abdallahi salió inmediatamente después de ser liberado, para su ciudad natal, Lemden, con algunos amigos.
No se han producido comentarios oficiales al respecto por parte de la junta militar en el poder, el Consejo de Estado dirigido por el general Mohamed Ould Abdel Aziz, líder del golpe de estado del 6 de agosto, en el séptimo exportador de minerales ferrosos del mundo, que también comenzó a producir petróleo en 2006.
El pasado 21 de noviembre, la Unión Europea amenazó con la imposición de sanciones individuales contra Abdel Aziz y otros miembros de su administración militar, si no restauraban el gobierno constitucional.
La Unión Europea dice que evitará las sanciones que perjudiquen a la población de tres millones de personas de Mauritania, y seguirá pagando a Nuakchot más de 100 millones de dólares al año por derechos de pesca, apoyando el presupuesto del estado.
El pasado día 19 de diciembre, los Estados Unidos declararon que suprimiría los beneficios comerciales a Mauritania a partir del 1 de enero, en respuesta al golpe de estado.
Washington, que considera un buen aliado al país de Mauritania en su guerra contra el terrorismo en el Sáhara, ya ha cortado la ayuda militar y de desarrollo y ha prohibido a los miembros de la junta que protagonizaron el golpe de estado viajar a los Estados Unidos.
(IOL, 22-12-08)