La invisible viga del ojo propio, por José Naranjo

25/01/2012 | Bitácora africana

Como algunos sabrán, desde hace unos meses estoy viviendo en Senegal. Durante mis vacaciones de Navidad que pasé en España, un amigo valenciano me preguntó «¿Qué tal todo por África?». Y antes de que pudiera responderle, me espetó: «La pena de esos países es toda la corrupción de los políticos y el despilfarro, ¿no?». Me quedé callado y asentí con la cabeza. En ese momento, como si fuera una película a toda velocidad, pasaron ante mis ojos los trajes de Camps y las trapacerías de la CAM, el aeropuerto de Castellón y la Fórmula-1, los sueldos de los altos cargos y el agujero negro de Canal 9. Y le respondí: «Bueno, no creo que en tu comunidad autónoma estén para dar muchos ejemplos de honestidad y contención del gasto».

Mi amigo no lo decía con mala intención, de eso estoy seguro. Sólo estaba amoldando su pensamiento al tópico de una África negra corrupta y brutal, llena de miserias y tragedias humanas. Que no pudiera ver la viga en el ojo propio no es sino un síntoma de nuestra mirada sobre el continente vecino. Y no digo con esto que la corrupción no exista en África, solo digo que pensemos cinco segundos antes de ponernos a dar lecciones a nadie.

Este comentario viene a cuento de la Copa de África de fútbol que se está celebrando estos días en Guinea Ecuatorial y Gabón. Más allá de las justas y necesarias denuncias acerca de las violaciones de Derechos Humanos de la cruel dictadura de Obiang, he escuchado estos días algunos comentarios de blancos bienintencionados que van en esta línea: «Pero con todo el hambre y las necesidades que hay en África, mejor se dejaban de fútbol y dedicaban su dinero y energías a otra cosa». Vamos, como si los africanos no tuvieran derecho a organizar y disfrutar de sus propias competiciones deportivas.

Sin entrar en el origen de los problemas de África, con responsabilidades que apuntan a todas direcciones, incluida la nuestra, solo comentar que más les valdría a algunos repensar hacia dónde se encamina nuestro fútbol europeo, donde hay pibes de veinte años que ganan millones y millones de euros al año mientras millones de personas malviven rodeados de nada, sin esperanza de salir del agujero, y televisiones que sacan pastizales y clubes que se endeudan hasta las cejas y todo una vertiginosa y disparatada borrachera de cifras astronómicas que nada tienen que ver con la magia y la belleza del buen fútbol.

Esa suerte de pensamiento neocolonial sigue lastrando nuestra mirada sobre África. En unos casos es más evidente; en otros, se desliza sutil entre los pliegues de la conciencia. Y a los africanos, como es lógico, les molesta mucho esa condescendencia que sigue viéndolos como niños incapaces de gestionar sus asuntos y que no oculta otra cosa que los espinosos intereses económicos de un sistema que sigue necesitando vencedores y vencidos, ricos y pobres, explotadores y explotados, para perpetuarse como una condena que no nos permite avanzar.

Original en Guinguinbali

Autor

  • José Naranjo Noble nació en Telde (Gran Canaria) el 23 de noviembre de 1971. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid en 1994, ha seguido profesionalmente el fenómeno de la inmigración africana hacia Canarias, tanto desde la óptica de las Islas como desde los países de origen y tránsito de los irregulares. Así, para elaborar sus reportajes, publicados en diversos medios de comunicación, ha viajado por el sur de Marruecos, el Sahara, Argelia, Malí, Senegal, Gambia, Cabo Verde y Mauritania, donde ha recogido los testimonios de centenares de personas. Por este trabajo le fueron concedidos los premios Antonio Mompeón Motos de Periodismo 2006 y el Premio Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española 2007, en este caso junto al también periodista Nicolás Castellano.

    Buena parte de su trabajo está recogido en los libros Cayucos (Editorial Debate, 2006), con el que fue finalista del Premio Debate, y en Los invisibles de Kolda (Editorial Península, 2009). Además, es coautor de los libros Inmigración en Canarias. Procesos y estrategias (Fundación Pedro García Cabrera, 2008) y Las migraciones en el mundo. Desafíos y esperanzas (Icaria, 2009).

    Es redacror de la revista digital de información sobre África Guinguinbali donde tiene su blog Los Invisibles , que reproduciremos en Bitácora Africana

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