La independencia de África, un asunto sin resolver

14/12/2010 | Opinión

Este año diecisiete países están celebrando su 50 aniversario de la independencia de las potencias europeas. Muchos lo han llamado una “celebración de frustración” debido a la crisis económica en el continente, a pesar de su gran potencial. Incluso los más optimistas han mostrado inconvenientes después de cincuenta años de independencia.

Según Jean Ping, presidente de la Comisión de la Unión Africana, cincuenta años “es mucho y a la vez muy poco” y además añadió “es el tiempo que tardaron en progresar otros países y regiones después de la independencia”.

Su declaración está abierta a debate, ya que una gran parte de Asia ha experimentado un sorprendente progreso económico en una generación.

El parlamento Panafricano también ha conmemorado el 50 aniversario de la proclamación de la independencia de los diecisiete países africanos de sus países colonizadores europeos. En su discurso, Ali Hassan Mwinyi, lamentó que los países africanos fueran política pero no económicamente independientes.

Sin embargo, cuando se observa el funcionamiento de la gobernanza mundial, incluso la independencia política es discutible. Cuando se trata del establecimiento de una agenda política o de políticas económicas, uno se percata rápidamente de que el camino hacia la independencia es todavía difícil de alcanzar, a no ser que los ciudadanos africanos y las autoridades lleven a cabo una acción colectiva, en solidaridad, para hacer escuchar nuestras voces y se dé un trato justo a la gobernanza mundial.

La integración económica

Para que África se desarrolle, sus líderes africanos han de hacer los cambios políticos internos necesarios y acelerar la integración de la economía para posibilitar las economías de escala. África participa en el comercio mundial en un 2%, mientras que el comercio interno africano representa sólo un 10% en comparación con un 40% en Norteamérica y un 60% en Europa Occidental.

Obviamente no hay nada malo en el comercio con el exterior, sin embargo hay algo que no encaja, y es que África se ha encargado de proveer al comercio mundial con sus recursos naturales. Eso es todo lo que todavía hacemos hoy, 50 años después de la Independencia.

Muchos gobiernos del continente no han acertado a la hora de establecer políticas y estructuras que permitieran a sus países beneficiarse de los recursos naturales respaldándose en las ayudas y los ingresos de los recursos naturales, en lugar de añadir valor a los recursos naturales y construir instituciones fuertes y transparentes necesarias para el desarrollo a largo plazo.

Muchos países han hecho grandes progresos con respecto al clima de inversión con el objetivo de atraer a inversores, pero aún hay mucho trabajo por hacer ya que estas mejoras van dirigidas a inversores extranjeros, mientras que las medianas y pequeñas empresas (PYMES) y la economía irregular, que forman la columna vertebral de la economía de África, han sido ignoradas y se les ha prestando muy poca atención en esta reforma.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la economía irregular comprende el 72% de los empleos en África subsahariana. Por lo tanto, es fundamental que los gobiernos mejoren el clima de inversión y reduzcan los costes para hacer negocios, no sólo para las grandes multinacionales, sino para que también las PYMES y la economía irregular sean más eficientes, productivos y generen más empleo.

Nuevos recursos

África tiene un potencial económico enorme: mil millones de ciudadanos, en su mayoría jóvenes; una tremenda riqueza mineral; una gran capacidad de producción de energía hidroeléctrica y miles de recursos solares y geotérmicos, además del 60% de las tierras sin cultivar del mundo, y mucho más.

Sí, sabemos que África tiene un gran potencial para lograr la aceleración de la economía a largo plazo; sin embargo para que esto ocurra, los líderes africanos deben hacer grandes cambios en el mundo de los negocios de África para alcanzar la tierra prometida a largo plazo, y lograr un crecimiento económico fuerte y sostenido que mejore el nivel de vida.

Los líderes africanos han acogido muy bien la continua presencia de China en su continente, debida a la necesidad de China de nuevos recursos para mantener el crecimiento de su economía y su parecida ideología a África de “No importa la democracia”, a diferencia de la ideología de las potencias occidentales. Esto es estupendo para China, pero, ¿En qué sale África beneficiada? África necesita más que un cambio de socios occidentales a orientales.

Un cambio de los socios de África no resolverá los muchos problemas de África: la creación de riqueza para luchar contra la pobreza, la construcción de infraestructuras y la mejora del clima de inversión para las PYMES y la economía irregular. África debe seguir la cadena de valor de sus recursos y obtener tantos beneficios como sea posible de ellos, esa es la esencia de todo desarrollo y crecimiento económico, todo consiste en crear riqueza, añadir valor a los recursos y diversificar la economía, no exportar los recursos de materias primas para estimular industrias extranjeras.

No obstante, hay aspectos positivos en cuanto a la perspectiva de la economía africana. Ésta ha crecido una media de un 4.9% anualmente desde 2000 hasta 2008, más del doble de lo que creció la última década. Esta aceleración del crecimiento se ha debido, especialmente, al boom de los recursos y a una mejora de las políticas.

El índice de “buen gobierno” 2010, elaborado por la Fundación Mo Ibrahim también ha dado buenas noticias en dos de los cuatro indicadores del grupo: 40 de 53 países africanos han progresado en cuanto a las oportunidades económicas sostenibles y el desarrollo humano.

Podemos despertar al gigante dormido sólo si cambiamos la forma de actuar y en lugar de respaldarnos en las ayudas y exportación de recursos de materias primas, creamos industrias mundialmente competitivas capaces de generar empleo para nuestros jóvenes, que requieran un potente liderazgo y una acción colectiva.

Por OBADIAS NDABA

El auto res Director Regional de la Alianza Mundial de Juventud África.

Publicado en Africa Review, Kenia, el 29 de noviembre de 2010.

Traducido por Alicia Roca Canales, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción/Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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