La importancia de la mujer negra en la historia del Reino Unido, por Afribuku

17/11/2016 | Bitácora africana

Autora invitada: Bisila Noha (*) (Lon-art)*

En una entrevista hace años, Morgan Freeman decía que no quería un mes de la Historia Negra, ya que esta es parte de la historia americana; que deberíamos dejar de referirnos a la gente negra como gente negra, de igual modo que no nos referimos a los blancos, como blancos, si no por su nombre. Seamos todos personas. A secas.

Bastante acertado el punto de vista de Morgan Freeman. Sin embargo, la cruda realidad —al menos en el Reino Unido— es que la Historia Negra ha sido omitida de la psique general, de la identidad nacional, especialmente en el caso de las mujeres. Así, eventos como el Mes de la Historia Negra ofrecen la oportunidad de poner a la comunidad negra, su cultura, tradiciones y logros en el punto de mira, así como hacerlos fácilmente accesibles para el público general.

En Lon-art, llevamos desde 2010 organizando talleres educativos y eventos con comunidades para promover la cultura, el arte y los idiomas, siendo los temas de género una de las principales áreas en las que se centra nuestro trabajo. Si ser mujer todavía sigue siendo complicado a día de hoy, ser mujer negra pone las cosas aún más interesantes.

En un país como el Reino Unido cuya tradición de migraciones se remonta siglos atrás y cuyo pasado con respecto a las minorías que hasta aquí emigraron no es nada turbulento —especialmente en comparación con Estados Unidos—, uno podría pensar que la comunidad negra, o al menos personalidades dentro de esta que han contribuido positivamente en el desarrollo del país, han recibido el reconocimiento que se merecen, independientemente de su sexo.

Nada más lejos de la realidad. Cuando empezamos a diseñar el contenido de los talleres para el Mes de la Historia Negra de este año, a través de los cuales queríamos dar visibilidad a mujeres negras notables, nos dimos cuenta de la poca información que se puede encontrar.

Pongamos por ejemplo a Olive Morris, activista quien, con tan solo 17 años, comenzó una admirable labor en pro de los derechos de la comunidad negra. No solo fue una de las líderes del movimiento de las Panteras Negras de Brixton, barrio negro londinense por excelencia, sino que, además, fundó diferentes organizaciones tanto en Londres, como en Manchester, para luchar en contra del racismo a todos los niveles y, sobre todo, para empoderar a las mujeres. Lo más admirable de todo es que todo lo que Olive consiguió lo hizo en tan solo 10 años, ya que falleció a los 27 de cáncer.

También podríamos hablar de Claudia Jones, activista por los derechos civiles autora de la primera gaceta para la comunidad negra en el Reino Unido (The West Indian Gazette, o WIG, de sus siglas en inglés). En 1959, un año después de haber creado WIG, organizó un carnaval caribeño en el ayuntamiento de Saint Pancras como protesta en contra de los ataques racistas que estaban sucediendo en Londres. Televisado por la BBC, este evento inspiraría el famoso Carnaval de Notting Hill.

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Sin olvidarnos de Mary Seacole, cuyo nombre está empezando a aparecer con mayor frecuencia, ya que, tras 12 años de lucha, la organización Mary Seacole Memorial Statue Appeal ha conseguido que se erija una estatua en su memoria. Debemos recordar a Seacole, ya que, en 1854 —un año después de que estallara la guerra de Crimea— viajó a Londres para ofrecer sus servicios como enfermera para trabajar junto a la de sobra conocida Florence Nightingale. A pesar de contar con referencias que avalaban su valía, su ayuda fue denegada. No obstante, Seacole no sucumbió a la discriminación, recolectó fondos para poder viajar a Crimea y, una vez allí, creó el Hotel Gran Bretaña para atender a soldados británicos.

Mujeres como estas son mujeres que han pasado a la nada en lo que a reconocimiento social se refiere.

En Londres, existen diferentes organizaciones en según qué barrios, pequeñas instituciones que trabajan por preservar la historia de la comunidad negra en Londres y en el Reino Unido, como los Black Cultural Archives (Archivos de la Cultura Negra, en español) en Brixton, cuya labor es crucial. No obstante, si estas historias no pasan a formar parte de la Historia del país con mayúsculas, si las grandes instituciones y museos estatales no muestran estas historias, difícilmente la población media —esto es, la mayor parte de la población— podrá acceder a ella. Y, por ende, nunca serán parte de la identidad nacional del país.

Si algo nos ha quedado claro tras haber organizado el evento y, sobre todo, después de la charla que ofrecimos, para la que contamos con Sarah Jackson, fundadora del Museo sobre Mujeres del Este de Londres, es que quien decide qué hechos son dignos de pasar a los anales de la Historia es la élite, esto es, hombres blancos. Por tanto, logros obtenidos por grupos como las mujeres negras raramente van a ser considerados relevantes, dada la desconexión que existe entre estas dos esferas. Y, consecuentemente, ha sido y es complicado que las nuevas generaciones puedan imaginarse capaces de conseguir cosas aparentemente sencillas, ya que no tienen referentes con los que identificarse.

Así, el objetivo de nuestros talleres del Mes de la Historia Negra era presentar a estas mujeres y a sus historias. Que, a través del arte —ya bien fuese haciendo marionetas, estatuas de cerámica, disfraces de carnaval o pancartas—, los participantes visualizaran y en cierto modo se hicieran partícipes de las vivencias y logros de tan inspiradoras mujeres, hasta entonces desconocidas para ellos.

Tenemos que re-pensar la Historia, cuestionarla y cambiar los paradigmas para que esta sea inclusiva. Así, quizá sea injusto, o triste, que se siga celebrando el Mes de la Historia Negra, o el de la Mujer. Sin embargo, mientras estas historias no formen parte de las historias del día a día y no calen en los distintos niveles de la sociedad, son estos eventos los que les hacen justicia.

*Bisila Noha Pascual (Zaragoza, España, 1988). Licenciada en Traducción e Interpretación, con un Máster en Relaciones Internacionales y Diplomacia de la Escuela Diplomática de Madrid, ha trabajado tanto en embajadas y consulados en Europa y EE.UU., como como traductora especializada en Marketing e Historia, o en agencias de traducción y publicidad en Londres. Es en la capital Británica donde ahora reside y donde es parte de Lon-art, una organización sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es promover el arte, la cultura y los idiomas a través de talleres educativos y eventos comunitarios, para generar cambios positivos en la sociedad.

Original en : Afribuku

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