La importancia de la integración comercial africana

22/11/2017 | Opinión

agriculture_africa.jpgLas negociaciones para la creación de un área continental de libre comercio entre 55 países a principios del próximo año siguen avanzando. La idea, adoptada por la Unión Africana en 2012, es crear un mercado único que incluya la libre circulación de bienes, servicios y personas. El mercado africano abarca 1.200 millones de personas y un PIB combinado de más de 3.5 billones de dólares estadounidenses.

Los mercados grandes crean más puestos de trabajo, ya que provocan un mayor crecimiento del comercio de bienes, servicios y activos. Un acuerdo bien diseñado podría generar un impulso del desarrollo industrial, promover la transformación económica y crear riqueza en África. Los beneficios no serían inmediatos, sino que requerirían esfuerzos continuos a nivel nacional, regional y continental.

Los grandes mercados regionales también son esenciales para la industrialización. Esto se debe a que atraen inversiones en empresas que pueden diversificar sus gamas de productos y estimular la creación de industrias relacionadas, como el suministro de repuestos, la distribución de bienes y la prestación de servicios de asesoramiento. Además, los encargados de estas tareas pueden ser dependientes de una empresa al iniciar su actividad, pero también pueden convertirse ellos mismos en empresas independientes.

Si se tiene en cuenta las dificultades que supone la integración regional del comercio de 55 países africanos, se puede afirmar que África ha logrado avances significativos adoptando un enfoque creativo. Sin embargo, los informes de conversaciones recientes y la desaceleración de los esfuerzos de integración regional son inquietantes.

Es probable que algunos delegados gubernamentales intenten incluir medidas de protección para algunos productos e industrias. Si esta mentalidad configura el acuerdo final, cuyo plazo de firma se ha fijado a finales de 2018, el proceso de integración se vería debilitado, al ir en contra de los avances recientes en los esfuerzos de integración comercial en África. En 2015, por ejemplo, tres bloques comerciales regionales, formados por 650 millones de personas en 26 países, firmaron el acuerdo histórico creador de la Zona Tripartita de Libre Comercio, con un PIB combinado de más de 1,5 billones de dólares.

Retos para el acuerdo

Sin embargo, el acuerdo comercial debe elaborarse cuidadosamente, dado que África comienza con un comercio intrarregional bajo, del 15%, en comparación con el 19% en América Latina, el 51% en Asia y el 72% en Europa. Por ello, una negociación apresurada puede derivar en un acuerdo con demasiadas excepciones de protección de ciertas industrias, ya sea mediante el uso de barreras no arancelarias o de medidas de seguridad para proteger a las industrias locales.

Hoy en día, algunos países africanos utilizan barreras no arancelarias para frenar las importaciones de bienes como el maíz, la leche, el azúcar, los productos alimenticios, los derivados del petróleo, el acero y el hierro. Los productos sensibles y excluidos, como el azúcar y los productos lácteos, podrían cubrir hasta 600 líneas arancelarias (códigos de productos utilizados a nivel nacional). En consecuencia, estas excepciones deben usarse con moderación, de manera que se permita a las industrias nacionales acceder a los mercados regionales y globales más grandes, ya que son necesarios para su crecimiento.

Además, este acuerdo comercial debe abordar los efectos que podría tener en las industrias ya existentes, en el medio ambiente, y en temas de paz y seguridad. Asimismo, es necesario que proporcione el espacio necesario para que los gobiernos puedan promover políticas sociales, como la creación de empleo, que deberían tratar de equilibrar los objetivos sociales con la competitividad a nivel internacional.

Las preocupaciones relativas al aumento de las importaciones extranjeras, en lugar de una mayor integración regional, también deben evaluarse cuidadosamente para evitar que la zona de libre comercio se convierta en un cauce de importaciones, lo que podría socavar los objetivos de África de aumentar su capacidad industrial y comercial. En la actualidad, casi el 85% de los productos comercializados en África provienen de fuera del continente y solo el 15% se producen localmente, lo que genera una factura anual de importación de alimentos de más de 35.000 millones de dólares.

Sin embargo, el foco de las negociaciones no debería ser el miedo a las importaciones, sino que se debería centrar la atención en aumentar las exportaciones en los nichos de mercado existentes, mediante la creación de nuevas industrias, como las industrias que suministran alimentos procesados semielaborados que los importadores convierten en productos finales. Algunas firmas africanas, como la Agro Chemical and Food Company en Kenia, también producen productos químicos especializados que se utilizan en una variedad de industrias médicas y de fabricación.

Dejar atrás el proteccionismo

El crecimiento del mercado es la alternativa al proteccionismo, lo que crea la necesidad de obtener un conocimiento más profundo de los mercados mediante la recopilación de información clave, eliminando las barreras comerciales, reduciendo los subsidios y mejorando la calidad de la infraestructura. También implica la creación de capacidad para gestionar las normas de origen de los productos, evitar la entrada ilegal de mercancías, gestionar los procedimientos aduaneros y comerciales, así como la presentación de informes.

Además, las negociaciones deben cambiar su enfoque proteccionista y favorecer una mayor integración comercial regional. Una forma de hacerlo es crear un comité o panel de expertos de alto nivel, formado por el gobierno, el sector privado, grupos de expertos y la sociedad civil, para incluir otras perspectivas relevantes sobre temas como la infraestructura, la capacidad tecnológica y el crecimiento industrial. Esto ayudaría a ampliar el alcance de las negociaciones y a reflejar las necesidades actuales del comercio de África como un instrumento para la transformación económica.

Este comité se guiaría por la investigación basada en la evidencia, así como por las propias experiencias comerciales regionales de África. Hay muchos ejemplos que muestran que África está reconociendo los riesgos de usar prohibiciones y exenciones que restrinjan el comercio regional, como la decisión de Zambia de revertir la prohibición de importar frutas y verduras.

El comité también necesitaría aprovechar las lecciones que se pueden extraer de la experiencia de otras regiones del mundo. Como argumento en el libro Emergent Africa: Evolution of Regional Integration, África tiene mucho que aprender de la integración comercial regional, especialmente la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.

La perspectiva del bloque asiático sobre la integración trasciende el enfoque tradicional de la libre circulación de bienes e incluye medidas tales como la creación de parques industriales para fomentar el desarrollo en ese ámbito. La región también ha desarrollado acuerdos en temas de tecnología que cubren campos clave, como las tecnologías de la información y las telecomunicaciones. Esto es particularmente importante debido a la importante función que tienen la ingeniería y la tecnología en todos los aspectos del comercio, lo que abarca el diseño, la producción y la distribución de productos a través de cadenas logísticas internacionales.

El futuro queda abierto

Los desafíos a los que se enfrentan los negociadores comerciales africanos no son fáciles. Los esfuerzos de integración regional de África son los más complejos jamás emprendidos, ya que no se trata solo de emular las reglas de negociación utilizadas en otras regiones del mundo, sino también de rehacer el continente para crear nuevas interacciones entre Estados soberanos de una manera flexible. Esto contribuirá a un futuro más abierto con posibilidades cada vez mayores de utilizar la integración comercial regional para aumentar la prosperidad.

Francis Mangeni – Calestous Juma


* Francis Mangeni es Director de Comercio, Aduanas y Asuntos Monetarios del Mercado Común para África Oriental y Meridional (COMESA). Además es coautor, junto con Calestous Juma, del libro Emergent Africa: Evolution of Regional Economic Integration.

* Calestous Juma es profesor de Práctica de Desarrollo Internacional en la Harvard Kennedy School de la Universidad de Harvard

Fuente: Quartz Africa

[Traducción, Elvira Vara]

[Fundación Sur]


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