En septiembre de 1906, el misionero belga Joseph Van der Haeghe fundaba en la colina de Lukananda la primera misión católica de Nyangezi. Este Misionero de África, los conocidos Padres Blancos, se establecía en una colina aislada en medio de un círculo de montañas. Así nacía la Iglesia católica en esta zona del este del Congo. La diócesis de Bukavu la considera lugar de peregrinación y, desde 2007, cada Viernes Santo – al final de esta semana – organiza una peregrinación a este lugar al que los primeros misioneros trajeron la fe. Muchos de los peregrinos son catecúmenos que se bautizarán en la Vigilia Pascual.
Mons. François-Xavier Maroy, arzobispo de Bukavu, República Democrática del Congo, recordaba que la Iglesia siempre ha sido “una referencia para el pueblo, ha tenido un papel de ‘catalizador de esperanza’”. A su paso por París la semana pasada, el arzobispo agradecía a la Iglesia en Francia, Holanda, España, Italia, Bélgica y Alemania, por lo que ya han hecho y por su Apoyo moral y espiritual, y, en referencia a la situación dramática que está viviendo el este del Congo, les pedía que hicieran presión sobre los gobiernos para que se identificara a los responsables de la misma. Sólo en 2012, más de medio millón de personas abandonaron sus hogares por el recrudecimiento de la situación de violencia en el este del Congo.
(OMPRESS, R. D. del Congo)