La huella de China en Africa

28/11/2017 | Crónicas y reportajes

La huella de China en el exterior está creciendo con su proyecto de infraestructura del Cinturón y Ruta de la Seda o Belt and Road Initiative (NRS), con inversiones de 1 billón de dólares estadounidenses en Asia y Europa para reactivar antiguas rutas comerciales a través de una enorme red ferroviaria y marítima

En octubre, el Partido Comunista Chino consagró la «Iniciativa de un solo cinturón, un camino» de Xi Jinping (NRS) en su constitución. La medida nuevamente demuestra cómo el amplio plan que une a China y Europa a través de las rutas terrestres y marítimas ahora está en el corazón de la política exterior de China y la estrategia de desarrollo internacional. Sin embargo, el proyecto no es simplemente unidireccional.

Hace unas semanas, Costa de Marfil, en África occidental, completó la instalación de su mayor estación de energía hidroeléctrica, que fue financiada por un préstamo a bajo interés del Export-Import Bank de China y construida por la estatal Sinohydro Corp.

china-africa-2.pngEntre 2015 y 2016, China lideró la inversión totalmente nueva en África, representando el 23.9% del total de inversión greenfield anunciada en el continente. En las últimas dos décadas, los cambios dramáticos en la economía mundial han ayudado a aumentar el compromiso económico de África con los países emergentes. China e India, que se ubicaron en los puestos nº 8 y 9 en 2000 en términos de comercio total con África, son ahora los socios comerciales más grandes y secundarios del continente, según African Economic Outlook (AEO), el producto de la colaboración del Banco Africano de Desarrollo, el Centro de Desarrollo de la OCDE y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas.

El compromiso económico de China en África ha provocado mucha controversia en los últimos años entre las economías desarrolladas, que son los donantes tradicionales de África.

Una visión de la iniciativa centrada en Beijing minimiza su influencia potencial en las regiones a lo largo de la ruta. NRS es importante por el efecto que podría tener en la integración local y regional en el camino. Uno de los puestos avanzados menos discutidos de la ruta NRS proporciona una ilustración útil: África Oriental.

Se prevé que la parte sur de la Ruta de la Seda Marítima del siglo XXI, llegue a África en el puerto keniata de Mombasa, donde se encuentra con una línea ferroviaria hacia el interior de Nairobi. La ruta marítima luego continúa hacia el norte hacia el Canal de Suez y Grecia..

Nairobi es un nodo regional, gracias a una enorme red ferroviaria y de carreteras financiadas por China que conecta las ciudades de Kenia y se extiende hacia otros países de la subregión. Una línea entre Mombasa y Nairobi se completó a fines de mayo y ahora transporta 7.000 pasajeros por semana. Otra línea recién abierta enlaza a la capital de Etiopía, en tierra firme, Addis Abeba, con el puerto de Djibouti. Cuando termine, la red conectará Kenia con Etiopía, Sudán del Sur, Uganda, la República Democrática del Congo, Ruanda y Burundi, y también tendrá un enlace entre Nairobi y el puerto secundario de Lamu.

El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, recalcó durante la cumbre de NRS que si la estrategia de ganar-ganar de Beijing va a funcionar, debe significar que, justo cuando África se abra a China, China también debe abrirse a África”.

La posición del pequeño país de Djibouti, a la entrada del Golfo de Adén le otorga una clara importancia estratégica. Varios países, incluidos Francia, Japón y los Estados Unidos tienen bases en Djibouti. China se ha unido a ellos con su propia base, su primera base militar en el extranjero. La base china será un centro de coordinación para una serie de operaciones militares que, al ser anterior a NRS, también lo fortalecerán de manera crucial.

Si la Ruta Marítima de la Seda del siglo XXI se convierte en realidad, tendrá el efecto, tal vez inadvertido, de vincular estos nodos de manera aún más concluyente. Las inversiones chinas en ciertas economías del este de África posiblemente ya desempeñen ese papel. El ejemplo más notable de esto es Etiopía. Durante mucho tiempo un centro para la marroquinería, Etiopía ha recibido cada vez más a los fabricantes chinos de ropa y calzado, motivados por el aumento de los costos laborales en China y los incentivos ofrecidos por el gobierno etíope. La inversión china en zonas económicas especiales desarrollada conjuntamente por compañías chinas y el gobierno etíope está aumentando.

Conclusión

Desde su acuñación en 2013, el gobierno chino ha exigido sistemáticamente una mayor integración regional, y enfatizaron la provisión de transporte transfronterizo y redes de logística como la clave para todo el proyecto.

Si bien África ha realizado con entusiasmo negocios con China en las últimas dos décadas, persisten las dudas sobre el desequilibrio de poder entre los dos. Es exactamente al ofrecer oportunidades de desarrollo anidado a nivel local, regional y global, que OBOR realmente habla a África.

Fuente: Global TimesJames Town

[Traducción y edición, Muriel Balda Aspiazu]

[Fundación Sur]


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