La historia de dos mujeres: Bessie Chapman (1909-2013) y Renisha McBride (1194-2013). Cuanto más cambian las cosas, más iguales se quedan.

9/12/2013 | Crónicas y reportajes

Betsy Chapman, 104 años, y Renisha McBride, 19 años, murieron en la misma semana en Detroit. Chapman había dejado Georgia cuando era joven buscando un lugar más seguro al norte. McBride tuvo un final horrible, víctima de la misma violencia racista de la que habían «escapado las generaciones anteriores de Negros del sur».

«Wafer solo tuvo que pagar 25.000$ para salir de la cárcel después de asesinar a Renisha».

El primer párrafo del libro de Toni Morrison, The Bluest Eye, lamenta que las caléndulas no pueden florecer solo en el suelo y que la «tierra es árida». Su metáfora es instructiva. Las caléndulas representan a los niños negros y la tierra es el país en el que las flores intentan crecer. Estados Unidos ha demostrado ser el suelo contaminado para las aspiraciones y las vidas de los afroamericanos. En un entorno de una depravada moral generalizada, de una discriminación racial común, de una cultura de armas, malinterpretada por algunos como un derecho constitucional, suele tener desenlaces fatales.

Es en el otoño del imperio norteamericano, cuando las vidas de estas dos mujeres afroamericanas, separadas por generaciones y tiempo, se cruzarán en la ciudad de Detroit donde millones de Negros de los estados del sur emigraron para escapar de la violencia estatal. En esta ciudad, Betsy Chapman (mi tía abuela por parte de madre) murió en su casa el 25 de octubre y Renisha Mcbride fue asesinada el 2 de noviembre. Mi tía abuela tenía casi 104 años cuando falleció por causas naturales mientras que Renisha tenía 19. A pesar de la diferencia de edad y del espacio social, es importante que tengamos en cuenta las vidas de estas dos mujeres y reflejemos que las circunstancias en las que murió Renisha muestran el violento racismo de Estados Unidos.

Betsy Lou Chapman nació en Dublín, Georgia, el 6 de noviembre de 1909. Era la duodécima de trece de los hijos de mis tatarabuelos, Thomas y Mary Wood. Mi tía abuela recibió su educación escolar en la época de Jim Crow, cuando era ilegal que los Negros fueran a escuelas públicas. Afortunadamente para la tía Betsy, un tío suyo, que había estudiado en el norte, volvió a Dublín y abrió una escuela católica. Dublín, en 1907, estaba totalmente segregada y los negros, que principalmente eran agricultores, eran la diana de la policía, del Ku Kux Klan y de otros supremacistas blancos que les privaron violentamente de sus derechos constitucionales y humanos. A pesar de que la violencia del Estado estuvo dirigida a la comunidad negra, el deseo de libertad ardió sin cesar durante esta generación.

Mi tía solía decirnos que un ejemplo de este deseo de libertad es una tradición afroamericana poco conocida donde los Negros cuentan sus cumpleaños a partir de la Proclamación de la Emancipación en 1865, conocida como «El año de la libertad». Según esta tradición, la tía Betsy nació 44 años después de este «año de libertad». Este tipo de sabiduría y valentía era lo que promovió el movimiento Back to Africa y, más tarde, los movimientos a favor de los derechos civiles.

La época de 1930 representa al primer cruce entre la tía Betsy y la familia de Renisha McBride. Fue en este periodo, conocido comúnmente como La Gran Migración Negra, cuando millones de familias afroamericanas emigraron del sur a ciudades del norte, como Detroit. El objetivo era escapar de la brutalidad de Jim Crow y de la violencia que el sistema imponía a la comunidad negra. La generación que dejó el sur pronto se daría cuenta de que Detroit, aunque de manera distinta a Georgia y Missisipi, estaba infectada de violencia contra los Negros, particularmente contra las pequeñas comunidades étnicas de los alrededores de Detroit, como Dearborn, en Michigan, donde Renisha fue asesinada.

«Aunque nacieron en épocas históricas diferentes, sus vidas demuestran la persistencia de la supremacía blanca».

La brutalidad de la muerte de Renisha ha impresionado hasta a los habitantes más veteranos de las ciudades. El acusado, Theodore Wafer, de 54 años, literalmente le voló la cabeza a Renisha, a través de la puerta cerrada de su casa, con una escopeta de calibre 12.

Utilizó la misma excusa que sus antepasados habrían usado (si se les hubiera preguntado) en Georgia o en Mississippi, alegando que temían por su seguridad. El abogado de Wafer, al igual que ocurrió en el caso de Trayvon Martin, citó la ley norteamericana de Stand Your Ground donde se permite el uso de la fuerza como legítima defensa.

La comunidad negra de Detroit y de todo el país está enfurecida con la rapidez con la que se ha acusado a la víctima. En vez de investigar el racismo que claramente ha tenido un papel fundamental en esta tragedia, los informes de los medios sobre la muerte de Renisha se han centrado en su autopsia, que parecía indicar altos niveles de alcohol y rastro de cannabis. El abogado de McBride respondió:

«No creo que el hecho de que estuviera intoxicada cambie nada. En todo caso, si estuviera intoxicada habría sido menos peligrosa, en vez de más. El fondo de la cuestión es que Wafer debería haber llamado al 911 cuando pensó que ocurría algo ya que sabemos a ciencia cierta que la policía habría llegado en dos minutos. Sin embargo, hizo lo contrario. Cogió su escopeta, salió al porche, le voló la cabeza y después llamo al 911».

El fiscal del condado de Wayne, Kim Worthy, presentó cargos en contra de Theodore Wafer, la semana pasada, de asesinato de segundo grado, homicidio y delito por posesión de armas. Wafer fue procesado y rápidamente liberado, después de que el Tribunal le impusiera una fianza inconsecuente de 250.000$ que se redujo un 10%, lo que supuso que Wafer solo tuviera que pagar 25.000$ para salir de la cárcel después de matar a Renisha.

Hace 150 años, el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó, en el caso de Dred Scott contra Sanford, que los Negros no eran humanos y que:

«(los afroamericanos) durante más de un siglo habían sido considerados como inferiores, y eran completamente incapaces de relacionarse con la raza blanca, tanto social como políticamente; Eran tan inferiores que no tenían ningún derecho que los blancos estuvieran obligados a respetar; Los negros podían ser esclavizados justa y legalmente por su propio beneficio. Se les podía comprar y vender y tratar como a una mercancía, para sacar cualquier beneficio posible».

A pesar de los 85 años que separaban sus nacimientos, Betsy Chapman y Renisha McBride murieron con solo unos días de diferencia cuando Renisha se encontró con la violencia de Detroit de la que generaciones anteriores habían escapado. Nacieron en épocas históricas diferentes pero sus vidas ilustraron la persistencia de la supremacía blanca. Ambas, experimentaron el viaje norteamericano como una continua inestabilidad.

Desde los asesinatos de las cuatro niñas pequeñas en Birmingham, Alabama, a la persecución y horrible asesinato de Trayvon Martin, el sistema ha permitido continuamente que los blancos destruyan los sueños y las vidas de los afroamericanos sin ninguna consecuencia. Renisha nunca podrá experimentar la longevidad de Betsy Chapman. Aun así, la lucha por hacer el «año de la libertad» una realidad significante está a nuestro alcance. Al comparar las discriminaciones raciales de estas dos mujeres que nacieron con 85 años de diferencia y en distintos lados de la línea de Mason-Dixon, nos encontramos con la moral imperativa de «restablecer» la orientación y la dirección de la lucha política afroamericana.

Marsha Coleman-Adebayo

Black Agenda Report

Dr. Marsha Coleman-Adebayo es la autora de No Fear: A Whistleblowers Triumph over Corruption and Retaliation at the EPA, que se puede conseguir en amazon.com. La Dr. Coleman-Adebayo trabajó para la EPA durante 18 años y alertó sobre el fraude de una empresa minera multinacional de Estados Unidos que ponía en peligro a los trabajadores en Sudáfrica. La exitosa demanda de Marsha llevó a la introducción y aprobación de la primera ley de alerta del siglo XXI conocida como: the Notification of Federal Employees Anti-discrimination and Retaliation Act of 2002 (No FEAR Act). Es la directora de la iniciativa de Transparencia y Responsabilidad del Green Shadow Cabinet.

Traducción, Mercedes Negueruela Maldonado

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster