El Tribunal Penal Internacional, ICC, de La Haya, ha desestimado el caso de crímenes de guerra contra un líder rebelde sudanés, después de que los jueces declarasen el día 8 de febrero que no había pruebas suficientes para juzgarlo.
Bahr Idriss Abu Garda, el líder del Frente de Resistencia Unido de Darfur, URF, ha negado insistentemente que él hubiese ordenado el ataque a la base de las tropas de la Unión Africana, en 2007, en el que murieron 12 soldados y otros 8 resultaron heridos, según documentos del tribunal.
Fuentes diplomáticas han confirmado que él era uno de los dos comandantes rebeldes perseguidos por el ICC, que habían decidido presentarse voluntariamente ante los jueces, para enfrentarse a los cargos relacionados con el asalto contra los soldados de la misión de la UA, en 2007.
Los cargos contra Abu Garda fueron presentados oficialmente en octubre de 2009, incluyendo la acusación del fiscal general del ICC de que él y otros dos organizaron el ataque en el que unos 1.000 rebeldes irrumpieron en la base de los soldados de la misión de la UA en Darfur, y se llevaron equipos y vehículos.
“Esta información no es verdad”, asegura Garda, el único de los tres comandantes rebeldes que ha comparecido ante el ICC para responder a los cargos.
Sin embargo, el gobierno de Omar Hassan Al Bashir ha restado importancia a la comparecencia de Garda como una “interpretación teatral”, puesta en escena por el fiscal del ICC para presionar a las autoridades de Jartum, para que cooperen con el Tribunal.
El presidente sudanés está acusado por el tribunal de La Haya de siete cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, cometidos en Darfur.
La semana pasada, la cámara de apelaciones del ICC revocó la decisión de la cámara de juicio previo de excluir los cargos de genocidio, solicitados por el fiscal.
(African Press Agency, 09-02-10)