La guerra del agua

1/06/2011 | Crónicas y reportajes

Lo habían predicho varios expertos. Las tensiones en torno a las aguas del Nilo presagian una batalla sin precedentes entre los países de la cuenca del Nilo.

El Nilo, con sus dos ramas (Nilo Blanco y Nilo Azul), de 7.000 km, atraviesa o bordea una decena de países africanos (entre ellos los gigantes Sudán, Etiopía y Egipto) que agrupan unos 380 millones de habitantes.

Egipto, país que se considera como un “don del Nilo”, ha decidido batirse con todas sus fuerzas para defender su razón de ser en cuanto Estado. El abandono de Hosni Mubarak del poder, para nada ha modificado la voluntad del país de las pirámides de defenderse para salvar “sus” aguas. Las divergencias entre Egipto y Etiopía han quedado expuestas a la luz. Los dos países reclaman ser detentadores de la mayor parte de las aguas del Nilo. Siempre han existido tensiones entre estos dos Estados, pero no con la intensidad que observamos desde hace unos meses. Últimamente se ha firmado un nuevo acuerdo en Uganda entre los países de la cuenca del Nilo con el objetivo de garantizar un reparto equitativo de las aguas. El nuevo tratado, firmado por Etiopía, Kenia, Uganda, Ruanda, Burundi, Tanzania, modifica íntegramente el de 1929, que había sido elaborado bajo la égida de Gran Bretaña y enmendado en 1959 por Egipto y Sudán. La República Democrática del Congo rehusó firmar el nuevo acuerdo a última hora.

El problema reside en que el primer tratado, apadrinado por los británicos, reservaba la parte del león a Egipto y Sudán y las dos naciones gozaban del 90% de las aguas del Nilo. Además, Egipto poseía un derecho de veto sobre las aguas del Nilo, hasta tal punto que nada se podía hacer en la cuenca sin su previo acuerdo. Así pues, el resto de países, despechados, han decidido revisar las cláusulas, consideradas desequilibradas, del tratado de 1929, de modo que en el enmendado de 2010 todos gozan de los mismos derechos.

Etiopía, jefe de fila de los contestatarios y país que siempre se ha considerado marginado en el reparto de las aguas, se ha lanzado enseguida a actuar. Acaba de lanzar públicamente un proyecto de construcción de una presa hidroeléctrica, que será la mayor de África. Tendrá una capacidad de 5.000 megavatios y debería retener cerca de 63.000 m3 de agua, lo cual cambia totalmente la situación en la cuenca. Para Egipto, el proyecto etíope es un suicidio y ha prometido una respuesta.

La guerra del agua está en nuestras puertas y la RDC aunque finja ignorarlo está concernida por lo que suceda entre Egipto y Etiopía; debe definir su posición ante este espinoso problema del reparto de las aguas del Nilo.

(A partir del Editorial de Le Potentiel –Kinshasa, RDC. 30-05-11)

Traducción y resumen de Ramón Arozarena.

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