La «gran hipocresía» de Europa frente a la inmigración De todos modos, llegarán
En la noche del sábado 18 al domingo 19 de abril murieron 800 inmigrantes. Habían salido de Libia, en dirección de Italia. «Con ellos, el número de inmigrantes muertos desde el comienzo del año asciende a más de 1.500. Treinta veces más que en todo el año pasado. Y las 11 000 personas rescatadas en una semana por las autoridades italianas, no son más que el 10% de las que llegaron el año pasado», afirma el periodista Renaud Bernard en la página web de France TV info, este lunes, 20 de abril de 2015. Una cumbre europea extraordinaria se celebrará el jueves, 23 de abril, sobre esta crisis de inmigrantes en el Mediterráneo. La Unión Europea promete considerar nuevas medidas para evitar naufragios o detener el flujo de ilegales. Pero, ¿se puede esperar de verdad que ataquen las raíces del mal? ¡Lo podemos dudar!
Si fuese invitado a preparar esta Cumbre de Jefes de Estado europeos, propondría incluir en el programa, entre otros, dos documentos.
El primero sería un documento con el título: “Acuerdo de Empobrecimiento Económico (AAE)” ¿Cómo podemos seguir con una política de avestruz, mientras los inmigrantes y Boko Haram nos muestran que la solución está en el desarrollo verdadero de los pueblos de África occidental? El Parlamento Europeo tiene intención de ratificar este AAE el 7 de julio de 2015. ¿Podrá este último drama hacer comprender al Parlamento Europeo que sería un grave error político ratificar este acuerdo?
El segundo documento, del 5 de abril 2006, se titula: «De todos modos, llegarán…». Se trata del nº 180 de abcBurkina de nuestro colaborador Jacques Lacour. (Leer lo que sigue).
Llegarán de todos modos…
«Una de vuestras preocupaciones actuales, es la de detener el flujo constante de refugiados económicos que asedian las fronteras de la Unión Europea; refugiados que, en su mayoría, vienen de África negra.
Sabíamos desde hace tiempo que la presión era fuerte: miles de cadáveres jalonan las rutas del desierto, cuando los viejos camiones decían basta; el estrecho de Gibraltar, cuando las frágiles embarcaciones se hundían; y las autopistas de Europa, cuando se olvidaban de airear las cisternas o los contenedores en los que viajaban.
¡Que se cierre un camino, otro se abre… y así será por mucho tiempo!
Podéis fletar esos humillantes vuelos chárter de «regreso a casa», que hieren profundamente el alma hospitalaria africana, que recuerda haber sido llamada para defender la madre patria,
Podéis poner una tercera fila de alambrada en Ceuta y Melilla (¿Qué hacemos aún allí?) o eliminar el campamento Sangate.
Podéis organizar regresos a la frontera bajo los focos de las cámaras de televisión.
Todo eso podrá, quizá, tranquilizar la opinión pública desinformada, pero no impedirá la llegada de refugiados económicos.
Llegarán de todos modos porque los gobiernos franceses y europeos nunca quisieron que los agricultores de África Occidental (80% de la población) puedan vivir del trabajo de sus tierras. No aceptáis comprar sus productos a precio rentable que les permita quedarse en casa. No queréis invertir en agricultura familiar, la única capaz de asentar a las poblaciones en su tierra. Habéis preferido distribuir ayuda destructuradora cuando ya era demasiado tarde y que los más débiles habían muerto. Preferís aportar una ayuda tardía con vuestros stocks invendidos y transportados a gran coste, en vez de crear un entorno favorable que permita a los agricultores africanos desarrollar sus propios productos y sus propios stocks. Desestabilizáis sus mercados con los precios ficticios de un falso mercado mundial, que amañáis a vuestro antojo (con subvenciones o dumping). Y proclamáis a todos ésta mal-llamada verdad:
Comercio ultra liberal = desarrollo
mientras estamos viendo día tras día que esta receta solo enriquece a los ricos y empobrece a los pobres…
Llegarán de todos modos porque vuestros colegas responsables del desarrollo se han reducido demasiadas veces a ayudas presupuestarias o a préstamos puntuales que favorecen a regímenes corruptos al frente de los Estados donde reinan la ilegalidad, la corrupción y la expoliación organizada de los más débiles. Poca posibilidad de motivación tienen los jóvenes en este contexto. Quieren venir a Europa, y vendrán.
Llegarán de todos modos porque, los jóvenes, al dejar el campo por ciudades subdesarrolladas, no encuentran ni trabajo, ni consideración, ni perspectivas de futuro. Los pocos trabajos que existen están en manos de una minoría que se los reserva. Solo les queda un único camino: el de la aventura que la televisión (TV5monde) hace brillar a sus ojos. Sueñan con Europa.
Llegarán de todos modos porque, finalmente, los necesitáis:
En la agricultura (hortalizas, frutas y verduras), porque los supermercados, al romper los precios, no permite pagar normalmente a los que producen y cosechan,
En la construcción, ya que los subcontratos de nuestros principales grupos de construcción, aunque favorecen la creación de importantes beneficios, no permiten remunerar la mano de obra en este sector,
Y porque será necesario reemplazar la importante generación de «baby boom» que comienza a bajar.
Cuándo la comunidad europea se dé cuenta de que el mundo necesita a todos los agricultores del mundo, cuándo la comunidad Europea decida que es correcto y apropiado que África proteja sus nacientes cadenas de producción (agrícola y otros) para lograr la soberanía alimentaria,
Cuándo la comunidad europea abra de verdad sus mercados a los productos del África subsahariana para que pueda ser finalmente solvente, uándo la comunidad Europea renuncie a imponer sus Acuerdos de Asociación Económica (que son en realidad acuerdos de libre comercio) que arruinarán lo que aún queda de la producción local y empobrecerá un poco más a los estados africanos,
Cuando la comunidad Europea deje de apoyar las «aparentes-democracias» africanas,
Entonces, Señor Ministro, Señores Ministros, y sólo entonces, la presión será, tal vez, menos fuerte en sus fronteras.
Ánimo!
Jacques Lacour
Kudugu, 5 de abril 2006
Para el conjunto del artículo
Kudugu 20 de abril 2015
Maurice Oudet
Presidente del SEDELAN
[Con la Colaboración y Traducción de Gontxalo Bonilla]
[Fundación Sur]