Autora Gemma Solés i Coll
Quizás a la mayoría de nosotros el nombre de Neo Muyanga no nos sea muy familiar, sin embargo, se trata de una de las figuras más rompedoras e internacionales de la escena musical y teatral sudafricana. Descendiente de mozambicanos pero criado en el famoso barrio de Soweto, Neo ha vivido y trabajado como compositor y arreglista en países como Italia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Etiopía, Camerún o Francia, creado proyectos como el aclamado dúo acústico Blk Sonshine y trabajado para cadenas de radio como la BBC. Después de licenciarse en filosofía y políticas, el sudafricano ha escrito para periódicos y revistas de gran prestigio internacional, pero su verdadero éxito y lo que le convierte en uno de los talentos más aclamados del momento es su exquisitez en la composición, una palpable crítica social de alto voltaje y una delicadeza en la orquestación que hibrida influencias muy diversas con gran sutileza. La síntesis de todo su recorrido profesional se puede ver plasmada en la obra que hemos querido compartir con vosotros, una pieza que se estrenó el verano pasado por los principales escenarios de Sudáfrica y que ensambla de una forma magistral danza, música y teatro.
La opereta “The Flower of Shembe” es un mito repleto de mesías, una obra a veces turbadora, a veces entusiasta, donde la imaginación transforma los caracteres de hombre a mujer o de mujer a hombre, donde se desafían los roles de género de una sociedad fuertemente marcada por el sexo con el que se nace, en la que el destino se convierte en algo contra lo que luchar y algo ineludible a la vez, o en la que la magia de la fe se erige como verdadera esperanza de la humanidad. Se trata de un melodrama que reta a los ideales de la burguesía y convierte la ópera en un espectáculo para los pobres. Para los africanos. En él, la estética del arte povera de los años 70 inunda el escenario de flores gigantes hechas con chatarra u otros materiales reutilizados, mostrando diferentes maneras de transformar la realidad, postrada bajo el filtro surrealista de los juegos de luces.
El reparto de bailarines y actores, provenientes de la compañía Jazzart Dance Theatre de Cape Town, fue dirigido por la alemana Ina Wichterich-Mogane -coreógrafa de grandes artistas como Pina Bausch-. Todos ellos cumplen papeles simbólicos en un escenario que representa a la sociedad. La actriz Chuma Sopotela (en el personaje de Addis), por ejemplo, personifica una niña a medio camino entre la humanidad y la espiritualidad, un dualismo del ser que se encuentra presente en las mitologías clásicas de todo el mundo. Pero el juego de la dualidad que encontramos en la obra también se hace extensible en la tierra, donde dos mundos conviven. El de la invisibilidad y el de la visibilidad; el mundo de los marginados y el de los privilegiados; el de los que tienen derechos y el de los que no. Otro de los personajes, el narrador, en la piel del actor Kabi Thula, representa a un sangoma (o curandero tradicional Shona) cuyo don es el poder de preservar el equilibrio y la paz entre un mundo y el otro. Su papel es crucial para la sociedad y encierra la esencial sabiduría de la tradición.
La energía de la composición y la angustia que tanto los cuerpos en movimiento como la música transmiten, mantienen al espectador en constante alerta. Compungen. Emocionan. Enrabian. Despiertan la duda. Hacen reflexionar. Cambian las perspectivas. La minuciosamente elaborada escenografía y una instrumentación que integró la música en cada escena cuál suave pluma dibujando palabras en un papel en blanco, levantó ovaciones en múltiples escenarios del país y trascendió las fronteras para hacerse eco en los medios más atentos al talento emergente de África. El alcance de la obra ha llegado también a Internet, y gracias al audiovisual hoy podemos apreciar el enorme trabajo que encierra la creación de una obra de la talla de “The Flower of Shembe” e incluso podemos sentir, a pesar de los más de 15000 kilómetros que separan Ciudad del Cabo del estrecho de Gibraltar, la emoción a flor de piel de la Flor de Shembe. Enhorabuena, Mr. Muyanga.
Original en : Wiriko. Artes y Culturas Africanas