¿Quién dijo que en República Democrática del Congo las elecciones estaban abiertas a cualquier congoleño? El proyecto de ley electoral que se va a examinar en breve plantea un marco de exclusión. Para pretender el puesto de Presidente, los candidatos deben pagar una fianza no reembolsable de 100.000 dólares (en 2006, eran 50.000); a los candidatos a diputados se les exigirá 5.000, en vez de los 250 de 2006.
Tras el éxito de la revisión constitucional (supresión de la segunda vuelta), el Parlamento prepara otra bomba. En principio se trata de un proyecto hecho a la medida de los ya instalados en las instituciones que sólo espera ser aprobado en breve plazo en las dos Cámaras (Parlamento y Senado).
Según diversas indiscreciones recogidas, todo candidato a Presidente deberá presentar un resguardo de haber depositado una fianza a fondo perdido de 100.000 dólares al Tesoro público y el candidato a Diputado 5.000. Es evidente que se trata de medidas excluyentes que impiden que el ciudadano medio congoleño pueda mostrar sus ambiciones políticas. La fianza que se exige dobla la establecida en 2006 para las Presidenciales y aumenta en un 2.000% la fijada para las Legislativas. La pretensión de facilitar las condiciones de acceso a las instituciones a los ciudadanos se queda en nada; es algo que no interesa a los legisladores actuales. Se argumentó para suprimir la segunda vuelta que así el Estado ahorraba gastos. Con esta nueva reforma parece afirmarse que los individuos son más ricos que el Estado.
Es evidente que en las próximas elecciones sólo tendrán cabida como elegibles los ricos y los que han amasado fortunas estos cinco años. Los pobres sólo podrán ser electores. Asistimos a una confiscación del proceso electoral y habría que poner fin a esta maquinación por medio de una movilización popular. Las reglas del juego democrático no deben tener gérmenes de exclusión.
(Resumen de un artículo de Le Potentiel 09/04/2011)
Resumen y traducción de Ramón Arozarena.
