La tolerancia, o la falta de ella, se encuentra en el centro de muchos de los problemas de África: los conflictos étnicos, la migración, la xenofobia, los derechos de los homosexuales. Como somos de tolerantes se refleja directamente en nuestra política. Eso es bueno, porque una nueva encuesta demuestra que los africanos son generalmente mucho más tolerantes con las “diferencias” de lo que normalmente se cree, excepto si eres gay.
No es difícil pintar una imagen de África como un continente intolerante. Históricamente, África ha estado estrechamente ligada a imágenes de guerra, de genocidio y de refugiados y un observador casual podría ser perdonado por llegar a la conclusión de que los africanos son lo contrario de fáciles de llevar o de aceptar, de que nos definen más nuestras diferencias que nuestras similitudes.
En ausencia de estadísticas este estereotipo ha sido difícil de cambiar.
La compañía de encuestas Afrobarometer de África ha sido pionera en lo que respecta a las estadísticas de África. Su enfoque, estándar en todas partes del mundo, es revolucionario aquí: en lugar de basarse en la «opinión experta» de los burócratas de Londres y Nueva York, que durante tanto tiempo han sido los árbitros de la percepción de África, esta compañía está midiendo las actitudes africanas preguntando a los propios africanos.
Su última encuesta es sobre la tolerancia. ¿Es África tolerante? Es una gran pregunta, y hasta ahora no ha habido más que evidencias anecdóticas para responder a ella.
La recogida de datos era una tarea enorme. Cerca de 50.000 personas de 33 países de África fueron encuestadas en entrevistas cara a cara, un triunfo en la recopilación de información por parte de un pequeño ejército de recolectores de datos. En conjunto, las respuestas representan los puntos de vista de cerca de tres cuartas partes de la población de África, no es perfecto, pero es una gran mejora sobre lo que había antes.
Pero ¿cómo se mide la tolerancia? «¿hola señor, es usted tolerante?» Es poco probable que esta pregunta genere una respuesta precisa. Las preguntas tienen que ser cuidadosamente elaboradas: tienen que ser hechas de una manera que no molesten a los encuestados y que éstos puedan responder fácilmente.
Después de considerar varias opciones, Afrobarometer se decidió lo que se conoce técnicamente como el enfoque «menos popular». Se preguntó a los encuestados que piensan/sienten acerca de diversas categorías de personas como por ejemplo: vecino, tomando estas respuestas como punto de partida para determinar la tolerancia general. Las categorías fueron: personas de una religión diferente; personas de un grupo étnico diferente; homosexuales; personas que viven con SIDA e inmigrantes o trabajadores extranjeros.
Además de contribuir a la visión global de la tolerancia en África, estas categorías individuales cuentan sus propias historias, mostrando el grado de tolerancia de diferentes sociedades africanas sobre grupos diferentes.
«La idea común sobre África es que la mayoría de los ciudadanos son intolerantes a la gente que es diferente independientemente de si esta diferencia se basa en el origen étnico, religión, nacionalidad, afiliación política u orientación sexual. Las respuestas a las preguntas sobre la tolerancia de Afrobarometer demuestran que esta generalización es incorrecta», señaló Afrobarometer en los comentarios que acompañaban los datos.
De hecho, lo que es cierto es justamente lo contrario. En general, los africanos son un pueblo de mente abierta, dispuestos a compartir su espacio con cualquiera, independientemente de las líneas divisorias tradicionales o históricas.
Las estadísticas, dentro de las categorías individuales, son totalmente contrarias a la intuición.
Curiosamente, dada la fuerte asociación existente entre África y los conflictos étnicos, al 91% de los africanos no le importa vivir al lado de alguien de un origen étnico diferente.
Lo mismo sucede con la religión, con el 87% de las personas encuestadas totalmente tolerantes con las diferencias religiosas. Alrededor del 81% son tolerantes con los inmigrantes o trabajadores extranjeros, una cifra que no debería sorprender a nadie que esté familiarizado con la larga historia de la migración en África. De hecho, las investigaciones sugieren que es precisamente esta historia la que ha hecho de los africanos personas tan tolerantes: cuantas más personas de diferentes orígenes se mezclen, menos probable es que nadie vaya a ser molestado por sus diferencias. La migración nos hace más tolerantes.
Las cifras son mucho menos buenas cuando se trata de personas con SIDA. Al 68% de las personas no les importa si su vecino está infectado, pero eso significa que para el 32% de las personas restantes esto sigue siendo un problema. Y los números son terribles cuando se trata de la homosexualidad: el 79% de las personas encuestadas dijeron rotundamente que no les gusta tener a una persona homosexual como vecino. Esto no es sorprendente, dado que la homosexualidad es ilegal en más de la mitad de los países africanos.
Por supuesto, estas cifras varían enormemente de un país a otro. En Senegal, por ejemplo, el 97% de las personas respondió negativamente sobre los homosexuales, mientras que en Sudáfrica más de la mitad dijo que no era un problema (en conjunto, Sudáfrica es un país muy tolerante, el octavo más tolerantes en África, excepto cuando se trata de inmigrantes, donde el país cae a la parte inferior del espectro africano con sólo el 68% de los sudafricanos diciendo que si querrían a un extranjero de vecino).
Las tendencias generales surgen claramente de los datos. Los jóvenes son más tolerantes que los ancianos; los educado más que las personas sin educación; y los habitantes de las ciudades más que los agricultores. Curiosamente, los cristianos tienden a ser un poco más tolerantes que los musulmanes. El acceso a los medios de comunicación es también un factor importante: cuantas más noticias recibe una persona más abierta tiene la mente a lo diferente.
Estas tendencias pintan una imagen positiva del futuro: en general, África es probable que se convierta en más y no en menos tolerante.
«Mientras que nuestros datos todavía no nos permiten el análisis de las tendencias en el tiempo, los resultados de este estudio nos dicen que la tolerancia en África no es una constante, pero puede puede ser “alimentada” y aprendida. Además de los efectos del contacto con personas de diferentes orígenes, la educación y los medios de comunicación son los conductores de una sociedad tolerante, al tener individuos con mayor nivel educativo y una mayor exposición a los medios de comunicación, éstos tienden a adoptar actitudes más tolerantes. El hecho de que los ciudadanos más jóvenes sean más tolerantes que los mayores también es un buen augurio para un futuro cada vez más tolerante en África», concluye Afrobarometer.
dailymaverick.co.za (Sudáfrica)
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