La dote es una vieja tradición africana y todavía se practica como se hacía hace siglos. Se trata de una cuestión de suma importancia y es absolutamente incuestionable. Tanto es así, que la familia del novio y la de la novia se indignarían ante la idea de no adherirse a esta costumbre. Para los no iniciados, la dote es un proceso muy complejo de negociaciones formales entre las dos familias para llegar a un acuerdo mutuo sobre el precio que el novio tiene que pagar para poder casarse con la novia. Esto puede ser visto como un acto de compra-venta, pero esta costumbre no tiene nada de comercial.
Lo que hace que la dote sea de suma importancia para el matrimonio en África es que es sinónimo de unión, de dos familias. El respeto mutuo y la dignidad están presentes en todo el proceso y el amor entre el hombre y la mujer se amplía para incluir a la familia cercana y a la no tan cercana. Pero, como todas las costumbres tradicionales, está expuesta a las influencias del mundo moderno. El proceso de la dote a menudo es complicado y confuso para las parejas modernas porque conlleva ciertos protocolos que son obligatorios para las familias de los futuros cónyuges.
La familia es una parte vital de la cultura africana y, especialmente, en la institución del matrimonio. La ventaja es que si uno no se lleva bien con la familia paterna, por ejemplo, es el momento de intentar una reconciliación, ya que es un elemento importante en este proceso.
En otros círculos más modernos o en vías de modernización, la tensión entre las dos partes implicadas en la negociación se interrumpe, a menudo, con una botella de brandy, calabazas de cerveza de mijo y nueces sobre la mesa. Incluso si la botella no se abre en ese momento, indica la liberación de la tensión y la aceptación de las peticiones. Este gesto es conocido como la “apertura de la boca” (según la expresión tradicional).
Una vez que se ha fijado el precio de la novia o de la dote, las negociaciones, en principio, han terminado. Sin embargo, hay ciertas reglas que deben seguirse antes de la boda. En estas circunstancias, se prohíbe a la pareja cualquier posibilidad de verse. El porqué de toda esta etiqueta y decoro es crear un clima de confianza y un entendimiento mutuo entre las dos familias y lo más importante, un sentimiento comunitario.
Muchas personas no entienden que el propósito de la dote no es el enriquecimiento personal, sino que el dinero recibido por la familia de la novia es usado por ésta para crear su “hogar”. La dote es también un gesto de gratitud y reconocimiento de la familia del novio a la familia de la novia por haberla criado y cuidado de ella. Hoy en día, para algunas familias, la dote se utiliza para pagar deudas, aunque detrás de este gesto, algunos hombres ven a las mujeres como mercancías que han pagado. Una consideración que, a veces, hace que se cree un clima de tensión entre la pareja.
[Fuente: afriquefemme.com-Fundación Sur]