El objetivo de este «Cuaderno del CIDAF-UCM» es estudiar la diplomacia religiosa marroquí, centrándose en particular en su relación con España. La diplomacia religiosa es una modalidad diplomática al servicio de algunos Estados que ha ganado un notable desarrollo en los últimos tiempos. En el caso concreto del Estado marroquí, éste busca proporcionar unos determinados servicios religiosos a sus comunidades expatriadas, así como promover unas determinadas creencias religiosas en el seno de las mismas.
El estudio de la diplomacia religiosa no deja de ser algo hasta cierto punto novedoso. Debe tenerse en cuenta que es un fenómeno relativamente nuevo, por lo cual la bibliografía acerca del mismo es hasta el momento relativamente escasa. Hemos constatado que Marruecos en las últimas décadas ha desarrollado una política religiosa muy activa en relación con sus nacionales residentes fuera del territorio marroquí. Esta línea de actuación se inscribe dentro de un proyecto de construcción nacional más amplio en donde se considera que el islam es un elemento fundamental de la historia, la cultura y la identidad nacional del país. Si bien el islam es único, el modelo de islam promovido por las autoridades marroquíes presenta ciertas particularidades. Se postula no sólo su carácter sunni, su adhesión a la escuela jurídica malekí, a la teología asharí y a la rica tradición sufí del país, sino que además se defiende su carácter “moderado”. Se considera que estos tres elementos no solamente constituyen el zócalo de la identidad religiosa marroquí, sino que, en virtud precisamente de su talante “moderado” y “tolerante”, puede resultar un útil instrumento para erradicar el terrorismo e inhibir los procesos de radicalización. La lucha contra ambos ha adquirido un carácter central para el Estado marroquí, especialmente tras los atentados de Casablanca de 2003. No puede olvidarse tampoco que un número importante de personas de origen marroquí han tomado parte en atentados en suelo europeo o han marchado a Oriente Medio a sumarse al yihadismo. El notable éxito alcanzado por Marruecos con esta estrategia ha animado a sus dirigentes a exportarla a otros países. Siendo el islam un elemento intrínseco de la identidad nacional de Marruecos, la actividad dirigida a la comunidad marroquí expatriada tiene como objetivo preservar las especificidades de la identidad religiosa y, por ende, conservar, en la medida de lo posible sus nexos de unión con el país.
Las autoridades marroquíes quieren incluir a España en esta estrategia global, dado el elevado número de expatriados marroquíes residentes en el país. La colaboración en materia religiosa entre España y Marruecos todavía necesita ser desarrollada en mucha mayor medida. Las propuestas de colaboración por parte de las autoridades marroquíes han sido reiteradas. No obstante, desde el gobierno de España se limitan a agradecer este gesto cortés sin avanzar hacia la firma de un acuerdo global de cooperación hispano-marroquí. Existen algunas reticencias, ya que las autoridades españolas sopesan que esta colaboración puede servir como un arma de doble filo para el régimen alauí, permitiéndole extender así su control político sobre las comunidades musulmanas de origen marroquí. A ello deben sumarse las relaciones intrínsecamente complejas entre ambos países, además el islam español no es homogéneo y existen numerosas disputas entre las distintas organizaciones religiosas que actúan en el país.
Salma Kalil Al Aazzaoui
* El presente texto es un resumen de la tesis doctoral «La diplomacia religiosa marroquí en España. Islam, identidad nacional y comunidades expatriadas», defendida en 2025.



