La dimensión hospitalaria de la fraternidad en África

El 4 de octubre, el Papa Francisco publicará una encíclica sobre la fraternidad titulada Fratelli Tutti (Hermanos Todos). En vísperas de este evento, Sena Emmanuel Avonyo, dominico, doctor en filosofía política y social, vuelve a la noción de fraternidad en África.

La organización de las sociedades africanas parte de un doble principio: las madres introducen en la especie y los padres introducen en el grupo familiar. «Cada uno pertenece a la especie de una hembra y al grupo de un macho» (Benjamin Akotia, «Antropología de la familia africana: el caso de la familia akebu de Togo», 2014). Las madres aseguran el anclaje en la humanidad, los padres delimitan la extensión de las familias.

Es en el marco de la relación familiar definida por la autoridad del padre que la fraternidad nace y se comprende en África. En el núcleo familiar, los hijos e hijas de un mismo padre y / o de la misma madre son hermanos y hermanas. En la familia extensa, el hermano y la hermana no son necesariamente padres consanguíneos y uterinos. El niño tiene un padre y una madre. Pero también tiene un padre real y una madre real en los hermanos que no son sus padres. Por tanto, no es el vínculo biológico el fundamento de la fraternidad en África.

La forma familiar de fraternidad en África

El parentesco, que es bastante común en las sociedades africanas negras, puede considerarse como el lugar principal de formación e interpretación de la fraternidad familiar en África. Se trata de la relación de parentesco entre primos o primas, la relación familiar en virtud de la cual unos son engendrados por las hijas de otros. Gracias al parentesco, las relaciones de parentesco perpetuo se desarrollan entre los grupos humanos y forman la base de todas sus relaciones sociales. Son los padres quienes crean las relaciones entre primos. Cuando los hijos e hijas de una familia extensa tienen diferentes padres, ambos son primos y primos, y hermanos. Los lazos de hermandad que se forman así en una familia extensa continúan y se extienden gradualmente a toda la comunidad. Es por el matrimonio que uno se convierte en hermano y hermana en África.

Esta fraternidad familiar se puede extender a clanes cada vez más distantes. Al hacerlo, toda una comunidad se encuentra unida por lazos de fraternidad sin pertenecer necesariamente a la misma línea ancestral. En nombre del principio de afiliación familiar por matrimonio, el hermano y el cuñado son hermanos.

Hablaremos de hermanas generacionales, hermanos del mismo pueblo. La gestión del vínculo social a través de la alianza y la hospitalidad hace de la fraternidad africana una fraternidad abierta a otras culturas.

Hospitalidad africana y hermandad universal

La concepción familiar de la fraternidad en África es muy hospitalaria. Integra miembros de otras familias y otras comunidades. Prueba de ello es que las sociedades africanas no han dudado en dar una cálida bienvenida a los pueblos que han traído el Evangelio y la cultura occidental a África. La resistencia solo comenzó cuando esta misión reveló sus profundas intenciones.

En el contexto africano, la alianza es la forma paradigmática de fraternidad sin fronteras. La hermandad universal es la extensión concéntrica de una forma familiar de hermandad sin sangre. Está encarnado en la hospitalidad que se brinda a los demás en una sociedad en la que cada uno afirma tener un padre. A diferencia del modelo republicano o religioso de una sociedad de individuos sin padres o que tienen un solo padre, y posiblemente una sociedad de individuos con dos padres o dos madres, África valoraría una sociedad de comunidades federadas alrededor de los padres. Aboga por la hospitalidad fraterna entre hijos e hijas pertenecientes a grupos familiares tan diferentes y numerosos como los padres.

En tal sociedad familiar, el vínculo de hermandad, ya sea de sangre o de alianza, no es puramente político o virtual. El hermano es siempre hijo de una madre y un padre, la hermana es siempre hija de una madre y un padre. Si las madres permiten que la fraternidad se defina sobre la base de una humanidad compartida, el papel de los padres es igualmente crucial en la formación del vínculo social y político de la fraternidad por alianza.

Política de hospitalidad fraternal

En África, el espacio común de la fraternidad no requiere la eliminación de las identidades culturales y su fusión en una nación. Las diferencias culturales (wolof, senoufo, ashanti, éwé o yoruba) no son obstáculos para la fraternidad y los padres se mantienen de buen grado en su papel de marcadores de identidad familiar.

En lugar de afirmar que las afiliaciones comunitarias, los descendientes, las situaciones sociales, el sexo no cuentan en una nueva existencia, la hermandad universal de inspiración africana llama a los miembros de la sociedad a acoger sus diferencias y gestionarlas como sine qua non para la universalización de la fraternidad.

Si las sociedades africanas no son naciones es porque se ven a sí mismas como un mosaico de pueblos, mosaicos de hermanos y hermanas que conviven en armonía. No tienen problemas con la diversidad. Es el estado republicano, legado de una forma de colonización que apenas respeta la forma autóctona de los pueblos, que lucha con la diversidad cultural y las identidades sociales. ¿No deberíamos repensar ahora, en suelo africano, un modelo de Estado que sabe hacer convivir las diferencias sin destruir las identidades, comunidades y afiliaciones fraternales?

Sena Emmanuel Avonyo

Fuente: La Croix Africa

[Fundación Sur]

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