La derrota de Al-Shabaab no es el fin de los problemas de Somalia

22/12/2014 | Opinión

«¿Siguen luchando contra el ejército de Kenia en Nairobi?» me preguntó una mujer en el barrio Waberi de Mogadiscio mientras el pasado septiembre continuaba el asedio de Westgate Shopping Mall en Nairobi, la capital de Kenia.

«Las fuerzas de seguridad de Kenia están luchando para salvar a las personas atrapadas en el centro comercial», le contesté. «Al-Shabaab ha matado a muchas personas, entre ellas mujeres y niños”.

Entonces al pasar cerca de ella y las otras mujeres que estaban charlando fuera de la casa a la que me dirigía escuche a una de ellas decir:

«¿Cuántos niños y mujeres somalíes inocentes han matado también los militares de Kenya”?

Partidarios de Al-Shabaab, como estas mujeres, están por todas partes en Mogadiscio y otras zonas bajo control del grupo militante. A pesar de los crecientes éxitos militares contra al-Shabaab, su influencia es todavía importante en la psique de muchos somalíes. Es por eso que pueden mezclarse con éxito con la población local y llevar a cabo ataques frecuentes – ya sea en la capital o fuera de ella.

Mientras que el gobierno somalí y las fuerzas de la Unión Africana se centran en derrotar al grupo militarmente, los militantes de Al-Shabaab se retiraron tacticamente con todas sus armas y pertenencias. Desde que comenzaron las operaciones conjuntas no se ha encontrado artillería ni material pesado. ¿A dónde fue todo el poderío militar de al-Shabaab ? Se lo llevaron con ellos y todavía lo tienen en sus desplazamientos. Algunos de los militantes de hecho vuelven de nuevo a las mismas zonas de las que huyeron,- acogidos probablemente por sus simpatizantes – para planear ataques y conseguir munición.

Desde el bloqueo de carreteras para cortar el acceso humanitario a los pueblos más pequeños, a los ataques terroristas en las grandes ciudades como Mogadiscio y Nairobi, las tácticas de guerrilla de Al Shabaab han sido hasta ahora muy eficaces. Además , la ideología radical del grupo, arraigada profundamente en las mentes de la gente de los pueblos de la región, no desaparecerá con facilidad a menos que cambie el enfoque del gobierno federal hacia el extremismo.

Actualmente, los militantes controlan indirectamente algunos distritos de Mogadiscio, donde la presencia del Estado es limitada. Los pequeños puestos de policía en esas zonas sufren ataques casi todas las noches por esos grupos que utilizan bombas de mortero, granadas de mano e incluso enfrentamientos directos. Los ataques son tan frecuentes que la policía no intenta organizar patrullas en esos distritos. Permanecen a la defensiva mientras que los militantes se mueven libremente en estos barrios, matando, intimidando y radicalizando a los jóvenes.

Si caminas en estas zonas, incluyendo el principal mercado de Bakara, sin duda te das cuenta de la marcada diferencia de sus habitantes en la forma de vestir y de hablar con respecto a al-Shabaab. Esto es totalmente diferente de los barrios Hodan y Waberi, donde se concentran las fuerzas de seguridad del gobierno. Aquí, los residentes disfrutan de libertad para jugar al fútbol en las calles bien iluminadas y participar en las fiestas de bodas hasta altas horas de la noche.

Recientemente, me encontré con un señor llamado Ahmed, que trabaja en el gobierno. Me dijo que su familia vivía en el distrito de Huriwa, una de estas áreas conocidas por la presencia de militantes de Al-Shabaab. Ahmed dejó de vivir allí desde que consiguió trabajo.

«Vivo con familiares en el distrito de Hodan. Sólo voy a ver a mi madre en secreto una vez al mes «, dijo Ahmed, añadiendo que si los militantes de Al-Shabaab me vieran allí, me matarían automáticamente en plena luz del día”.

Tengo que permanecer lejos de Huriwa, dijo, «de modo que pueda mantener a mi familia con los pequeños ingresos que recibo de mi trabajo.»

Si bien la lucha armada contra Al-Shabaab es esencial, es importante no olvidar que es solo un factor más de los grandes problemas que enfrenta Somalia. Por lo tanto, el gobierno debe poner el mismo esfuerzo en iluminar las mentes de sus ciudadanos y formular programas que aborden las ideologías extremistas. A través de enfoques de base, el gobierno federal y sus socios internacionales deben apoyar las organizaciones locales y los grupos de jóvenes que tienen contacto directo con las comunidades locales.

Los líderes religiosos tienen sin duda una importancia clave en la respuesta a este reto. No sólo deben dirigirse a los jóvenes, sino también a los padres que apoyan a sus hijos ya radicalizados.

El proceso nacional de formación de Estados federales en Somalia está también alimentando los conflictos internos. Las élites políticas regionales en los Estados federales existentes están siempre en desacuerdo sobre temas que puedan favorecer el proceso de unidad nacional.

La formación de estados federales autoproclamados, respaldados por las Naciones Unidas y el gobierno central, ha sido un obstáculo para hacer de los últimos avances en seguridad un medio de progreso político y de desarrollo.

Los habitantes de estas administraciones enemistadas entre si no pueden cubrir las necesidades básicas de alimentación, agua y servicios sanitarios a pesar de la alerta de la ONU sobre el aumento de la malnutrición y la escasez de alimentos.

Por otro lado, la actual lucha política interna entre el presidente Hassan Sheikh Mohamud y el primer ministro Abdiweli Sheikh Ahmed sobre la reorganización del gabinete frena los progresos realizados hasta ahora en el país. También será un enorme revés para llevar a cabo las reformas políticas y económicas necesarias antes del proceso electoral en 2016.

Los más altos responsables en el gobierno deben dejar de lado sus diferencias por el bien del pueblo al que juraron servir.
La comunidad internacional también debe apoyar colectivamente los esfuerzos que atacan las causas fundamentales de los problemas que socavan la paz y la construcción del Estado en Somalia.

Moulid Hujale

Sahan Journal

Moulid Hujale es un periodista somalí residente en Mogadiscio. Síguelo en Twitter @MoulidHujale.

Traducción de Jesús Esteibarlanda

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster