Las autoridades de Mombasa están inmersas desde 2016 en una carrera para poner en marcha la ambiciosa renovación urbana y la reurbanización de antiguos complejos en un programa destinado a crear al menos 30.000 viviendas. La inversión privada, estimada en 200.000 millones de chelines (cerca de
, ha sembrado el pánico entre los empleados públicos, que residen en su mayoría en las antiguas urbanizaciones, tras una serie de desalojos y demoliciones de viviendas en ubicaciones privilegiadas.Se han derribado casas antiguas en las urbanizaciones de Buxton, Mzizima, Changamwe y Likoni para allanar el camino a proyectos de viviendas asequibles, en medio de las protestas de cientos de inquilinos. Sólo Buxton ha sido reurbanizado y el resto de proyectos siguen inactivos aún meses después de la demolición de las antiguas casas. El siguiente en la lista es el barrio de Hobley Road, situado entre Buxton y el estadio municipal de Mombasa, donde se van a construir 1.500 viviendas y en el que más de 500 familias de funcionarios tienen de plazo hasta el 1 de octubre para desalojar sus casas. Las quejas de los inquilinos se centran en la decisión de poner fin a sus contratos de arrendamiento mediante un aviso de desalojo y señalaron que “también es injusto que se nos pida que abandonemos las casas que hemos estado manteniendo con nuestros escasos ingresos sin ningún tipo de compensación que nos facilite encontrar un alojamiento alternativo”.
Autor: Patrick Beja
Fuente: The Standard – Imagen: Leo Hempstone
[Traducción y edición, Paloma Vázquez]
[CIDAF-UCM]
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