El G20, que ha tenido lugar recientemente en Johannesburgo, se ha comprometido a impulsar “las energías renovables, la resiliencia ante desastres, las reformas financieras y la innovación responsable en inteligencia artificial” para que su incorporación al mundo sea inclusiva y sostenible. La cumbre ha podido establecer intercambios sobre el “cambio climático, la desigualdad y el desarrollo de África”. Lo que supone una victoria para Sudáfrica, a pesar de las presiones ejercidas por el presidente de Estados Unidos para detener estos avances.
Cyril Ramaphosa, el presidente de Sudáfrica, celebró el éxito de sus propuestas como el camino a un multilateralismo real, remarcando “las prioridades de África en la agenda global” y reafirmando “los objetivos compartidos más allá de las diferencias”. El país organizador consiguió el consenso de los líderes presentes en la cumbre, la primera en el continente africano, para una declaración conjunta, apuntando la gravedad del cambio climático y la necesidad de adaptarse a él, “elogiando los (…) objetivos para impulsar las energías renovables” al mismo tiempo que tuvo en cuenta la deuda que sufren los países más pobres.
Sudáfrica ha rechazado la propuesta estadounidense, país que debería hacerse cargo de la presidencia del foro, de enviar a un funcionario de la embajada para el cambio de presidencia en lugar de Donald Trump. La administración del país africano ha declarado que dicha sustitución supondría “una violación del protocolo”. Desde la Casa Blanca se ha considerado de forma muy crítica esta negativa.
El G20, un foro internacional compuesto por 19 países, más la Unión Europea y la Unión Africana, tiene como objetivo la cooperación política y económica del mundo, estando compuesto por “2/3 de la población mundial y el 80 % del producto bruto mundial”.
Fuentes: Qiraat Africa – All Africa – Ministerio de Economía Comercio y Empresa de España


