La cultura del miedo que silencia Angola

9/02/2015 | Crónicas y reportajes

El país, dividido, está celebrando los 40 años de su independencia pero le ha sido denegada la oportunidad de confrontar su pasado y curar sus heridas.

Angola conmemorará 40 años de su independencia de Portugal este año, así que se esperan las pompas al uso y la ceremonia asociada a tal aniversario.

Pero por debajo de la fachada de la celebración oficial se sitúa un país dividido haciendo esfuerzos para llegar a un acuerdo con su pasado y entender su futuro. Una lucha de liberación prolongada, escenificada en tres movimientos separatistas, seguidos de 27 años de guerra civil, que han dejado unas profundas cicatrices emocionales y políticas.

No había Comisión de la Verdad y Reconciliación en Angola, simplemente una declaración de paz a continuación de la muerte en 2002 del líder de UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola), Jonas Savimbi, y una amplia amnistía para todos aquellos involucrados en la guerra.

Las heridas pueden haber sido escondidas de la vista internacional, gracias al impresionante crecimiento económico y las oportunidades de inversión, pero siguen supurando.

Un reciente libro se pregunta que pasó en Angola el 27 de mayo de 1977, cuando presuntamente cientos de personas, quizás miles, (no se sabe cuántos) fueron asesinados tras lo que ha sido descrito como un intento de golpe de estado de una facción dentro del gobernante MPLA (Movimiento Popular de Liberación de Angola).

El libro “En el nombre del pueblo”, escrito por la periodista británica Lara Pawson, no sólo ha estimulado recuerdos emocionales vinculados al Veintisiete (27), como es conocido en Angola, sino que también reveló el grado de control del país de narraciones históricas y cómo existe un pequeño diálogo abierto.

El libro es un informe personal de Pawson, corresponsal de la BBC en Angola entre 1988 y 2000, de su intento por dar sentido a lo que pasó en mayo de 1977. Escrito como una novela detectivesca, se compone de entrevistas en Luanda, Lisboa y Londres con seguidores del MPLA, familiares de las víctimas, periodistas y académicos.

Uno sólo de un puñado de libros escritos sobre el “intento de golpe”, algunas cosas de las que habló la gente sobre ello, ha sido aclamado en los círculos académicos y los medios y fue recientemente seleccionado para un premio.

“El trabajo que Pawson ha hecho aquí es de hace mucho tiempo”, Antonio Tomás, un angoleño compañero en la Universidad de Ciudad del Cabo es citado al decir en la portada del libro: “Pawson se está preguntando cuestiones muy profundas y provocativas sobre la relación entre el pasado y el presente en la política angoleña”.

Tabú en Angola

Pero el libro ha recibido en cierto modo calladas respuestas en Angola, su tema aborda un tabú que algunos parece que están dispuestos a discutir abiertamente. Bastantes activistas de la sociedad civil y periodistas -del tipo de los que no son generalmente tímidos en expresar su opinión- admitieron que aún no habían leído el libro; otros declinaron ser entrevistados.

“El 27 de mayo es más que un tabú, es un tema en silencio porque nadie habla sobre ello”, dijo Ngoi Salucombo, un angoleño que mantiene un grupo en Facebook que comparten libros- son caros y de corta distribución en Angola-. “Puedo recordar cuando era más joven, mis padres sólo hablarían de ello en el idioma nacional (no el portugués)”, dijo.

Uno de 34 años que haya leído el libro de Pawson, culparía del limitado debate sobre su publicación al hecho de su venta en una sola tienda en Luanda, y porque había una pobre cultura de discusión literaria y reseñas en los periódicos y revistas locales.

Pero el añadió, “mucha gente ha leído el libro, incluyendo aquellos que estuvieron ahí en 1977, pero incluso ellos no hablarían sobre ello… No sé cómo explicarlo pero tengo la impresión que ellos mismos hicieron un pacto de silencio sobre el tema.

Elias Isaac, director del programa “Angola para la Sociedad Abierta Iniciativa para el África Austral” (Osisa), dijo: A menos que algo consiga una luz verde del partido dirigente, no se discute, y, en el caso de este libro y su materia de objeto no es de interés hablar de ello en el MPLA (Movimiento Popular por la Liberación de Angola).

“Ellos quieren limpiar la historia que afectó a la gente e intentar imponer una versión de su propia historia… No es sólo 1977; muchas cosas ocurrieron durante la guerra que jamás han sido contadas”, añadió.

En abril, Osisa y la organización no gubernamental angoleña, Associaçao Justiça, Paz e Democracia, planean celebrar una conferencia en Luanda titulada: “El Derecho a la Verdad y la Memoria Colectiva”.

“Queremos empezar una discusión y dar a la gente una plataforma para que se expresen abiertamente”, dijo Isaac.

“la gente está viviendo con heridas en sus corazones y en las almas porque no se les está permitido hablar sobre su pasado. Hay una cultura en este país de reprimir la memoria política de la gente y, por eso, la sociedad no se mueve hacia delante en términos de reconciliación. Más bien el país se está construyendo sobre la lógica del ganador y el perdedor.

En un artículo publicado el último mes en la Revista de Estudios del África Austral, Justin Pearce, un periodista sudafricano que se convirtió en académico, que ha informado extensamente sobre Angola, describe el 27 de mayo como “el espacio más negro en la historia de Angola”, y afirma: “Ambos la estrategia del gobierno y la del partido, durante la guerra y desde entonces, ha sido tanto silenciar las versiones inapropiadas de la historia como promover sus preferidas”.

Historias

Paula Roque, angoleña y analista avanzada del International Crisis Group, dijo: “Es un viejo cliché el que la historia está escrita por los vencedores, y los perdedores son silenciados, pero es lo que exactamente ha pasado en Angola”.

No es difícil ver qué historia quiso aceptar el gobierno. Los libros de texto de las escuelas se refieren sólo a las victorias del MPLA, que son regular y públicamente celebradas.

Las historias de los otros dos partidos de liberación del país, UNITA y el FNLA, se mantienen fuera de la corriente de los principales medios, a menos que sus miembros sean inculpados por los problemas del país, por su papel en la guerra o de incitadores a la disidencia

Agostinho Neto, el antiguo líder del MPLA que se autonombró presidente después de la liberación de Angola de Portugal en 1975, fue aclamado como un visionario y poeta. Hay una fundación bien financiada dedicada a los los logros de su literatura, varios museos en su nombre y sus restos permanecen en un monumento gigante en Luanda.

Savimbi y muchos otras figuras de alto rango de la UNITA no recibieron un entierro oficial y el paradero de sus restos se ha mantenido en nombre de sus familiares.

“Ha habido más de un partido de liberación en Angola”, dijo Isaac. “Pero todo está centrado alrededor del partido gobernante. Si tú observas en cosas como el Día de la Independencia en noviembre, todo gira alrededor del MPLA. Los otros partidos no están implicados, y esto es un gran problema para nuestra identidad nacional. Después de 40 años, todavía no estamos unidos.

Roque declaró que no se sorprendía por la limitada reacción del público en Angola al libro de Pawson, aunque la gente quiso saber más sobre su historia.

“Este país está construido sobre una fachada, y cualquier cosa que se remueva muy profundamente es vista como peligrosa porque se expone a la vulnerabilidad y a contradicciones”, dijo.

“Es difícil reconciliarse con lo que pasó en 1977 con la imagen que el MPLA está intentando promover hoy en día, y que es el portador de la paz, la prosperidad y el desarrollo”.

Ella dijo que, aunque el MPLA no quiso hablar sobre el 27 de mayo, el partido había utilizado, por algún tiempo, la memoria del evento para mantener una cultura del miedo para suprimir la posibilidad de protestas.

Pearce está de acuerdo en que el 27 de mayo y otras narraciones históricas impuestas han sido usadas por el partido gobernante para sus propios fines, pero cree en un interés creciente en el pasado por parte de las jóvenes generaciones que poco a poco están girando las mesas sobre eso.

Dijo que las entrevistas con jóvenes activistas que habían estado involucrados en protestas -aunque pequeños, fueron significativas a causa de su rareza- revelaron una conciencia de “el uso estratégico de la historia por el gobierno” y “evidencia la deshonestidad del gobierno”, que gira para reforzar su creencia en la rectitud de su propia causa.

Salucombo es parte de esa nueva generación, y está preocupado de que la prisa por reconstruir Angola físicamente después de muchos años ha pasado por alto los aspectos más fundamentales de su desarrollo.

“La palabra desarrollo está en todas las esquinas del país, pero aquellos responsables que a través de su uso excesivo y la trivialización de esta expresión olvidan muchas veces que su significado no solo es el de altos edificios y coches caros”, dijo.

“El desarrollo de un país es también la capacidad de su gente para confrontar sus tabúes, sus errores, sus debilidades, incluso si esto trae amargura y heridas abiertas que se piensa curar. Creo que el día que nosotros confrontemos los temores históricos de nuestro país entonces llegaremos a ser un país más desarrollado”.

Mail and Guardian

Traducción : Miguel Obregón

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster