Los líderes regionales han decidido tras en el encuentro celebrado en Suráfrica, que Zimbabue deberá formar un gobierno de unidad en el próximo mes de febrero de 2009, pero la oposición de este país asegura sentirse decepcionada con el resultado, ya que sigue teniendo muchas dudas sobre las posibilidades de terminar con la crisis.
Las 15 naciones de la Comunidad para el Desarrollo del África Austral, SADC, después de reunirse en Suráfrica, en su quinto intento de asegurar que se forme el gobierno de unidad en Zimbabue que se acordó en septiembre, ha acordado que el líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, debe jurar su cargo en próximo 11 de febrero.
Todas las partes acordaron que el control del ministerio de Interior, el centro de la discordia, que ha supuesto el mayor obstáculo para la implantación del acuerdo final, deberá ser dividido entre el partido del presidente Robert Mugabe, el Zanu PF, y el de la oposición de Tsvangirai, el Movimiento para el Cambio Democrático, MDC, decisión que fue recordada por el presidente de Suráfrica, Kgalema Motlanthe.
“Todas las partes han expresado su confianza en el proceso y se han comprometido a implementar en acuerdo”, señaló Motlanthe, actual presidente de la SADC.
Pero el MDC emitió rápidamente un comunicado, después de que fuese leído el de la SADC, dejando clara su decepción y planteando la posibilidad de que el punto muerto se alargue, mientras que los zimbabuenses se enfrentan a unas difíciles condiciones económicas.
Reunión de la oposición
El MDC afirma que “claramente, las conclusiones alcanzadas, como se reflejan en el comunicado final de la SADC, se quedan muy cortas ante lo que nosotros esperábamos”.
El partido de la oposición de Zimbabue ha declarado que su consejo nacional se reunirá el fin de semana siguiente para definir su postura en la cumbre. La firma del acuerdo de reparto de poder, en septiembre, fue considerado como una oportunidad de prevenir un derrumbe económico que se añadiría a la serie de países vecinos que ya acogen a millones de zimbabuenses que huyen de su país, en busca de trabajo. Otros escapan de la epidemia de cólera que ha matado a casi 2.900 personas desde agosto.
Un analista insiste en que hay pocas razones para ser optimista y describió el compromiso de repartir el ministerio de Interior como algo “irrealista”. “No creo que el MDC se muestre de acuerdo con esta decisión. Incluso si se ponen de acuerdo, el acuerdo de reparto de poder no llegará muy lejos”, señala Aubrey Matshiqi, una analista político del Centro para Estudios Políticos de Johannesburgo.
La SADC declara que los ministros jurarán sus cargos en 13 de febrero, y que esto “concluirá con el proceso de formación del gobierno de inclusión”. La designación de los ministros será revisada seis meses después de la inauguración del gobierno, según añade la SADC.
Los líderes occidentales quieren que Mugabe dimita y que se forme un gobierno democrático que acometa reformas económicas antes de ofrecer miles de millones de ayuda, pero Mugabe se niega.
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, ha declarado que se siente “muy preocupada” por la negativa de Mugabe a llegar a un acuerdo, y quiere que Suráfrica, que tiene el mayor peso económico y diplomático de la región, ejerza más presión sobre él.
En Bruselas, la Unión Europea ha aumentado la presión sobre Mugabe, añadiendo 27 personas y 36 compañías, a la lista de sanciones de la UE, que les impide pisar suelo europeo ni tener posesiones en su territorio.
Mugabe, en el poder desde 1980, y su partido, el Zanu PF, han pedido a la oposición que participe en el gobierno de unidad, pero a la vez asegura que no dudará en formar un gobierno sin contar con el MDC.
Las partes rivales en la crisis de Zimbabue permanecen estancadas por las disputas por el control de los ministerios más importantes, mientras que los precios de duplican cada día. Los alimentos y el combustible escasean y la moneda local ha quedado prácticamente sin valor alguno.
(IOL, 27-01-09)
