La ciénaga del desarrollo político en Sudán (parte 3)

22/06/2018 | Opinión

sudan_map-2.jpgAl pasar por alto el interés de las partes asociadas, inmediatamente después del acuerdo de Abuja, el gobierno explotó la brecha entre los «movimientos» y la mayoría silenciosa provocando que la sociedad se fragmente a lo largo de líneas verticales y horizontales. No es de extrañar que la situación variase de motín a guerra civil a «um-Kuwak» (un término tradicional para definir la anarquía o guerra contra todos). Al proporcionar armas y municiones, el gobierno actúa como facilitador, no solo como agitador de guerra entre las tribus.

La intensificación del conflicto tuvo graves consecuencias para la UNAMID, ya que fracaso en cumplir sus obligaciones de la siguiente manera:

– No facilitó el acceso humanitario completo en todo Darfur, ni aseguró un entorno propicio para el regreso sostenible de los desplazados internos y los refugiados a sus hogares.

– No contribuyó a la promoción de respeto y protección de los derechos humanos y libertades fundamentales en Darfur.

– No ayudó a promover el estado de derecho, incluyendo la creación de instituciones, y el fortalecimiento de las capacidades locales para combatir la impunidad.

– No logró garantizar una capacidad adecuada de derechos humanos y presencia de género.

– No apoyó la implementación de disposiciones incluidas en el Acuerdo de Paz de Darfur (DPA).

A pesar de todas estas deficiencias, la continuidad de la UNAMID es necesaria si queremos evitar una mayor aniquilación de los desplazados internos. Como civiles están atrapados en la guerra entre las milicias del gobierno y los movimientos; peor aún, al concentrarse como población en un lugar, pueden convertirse en objetivo para empresarios étnicos que en algún momento de desesperación pueden decidir cometer un acto de agresión. Campamentos de desplazados internos y campamentos de la UNAMID fueron recientemente asediados por el ejército y las milicias del gobierno cuando se corrió la voz de que al presidente sudanés se le negó la salida de Sudáfrica. No fue hasta que huyó de Sudáfrica que esas poblaciones fueron liberadas.

Sin embargo, se ha hecho evidente que el régimen sudanés está trabajando estratégicamente contra el desarrollo de Darfur y Kordofan Sur (ya que percibe a la gente de la periferia, tanto social como geográficamente, donde sea que estén, como una amenaza a su largo régimen de minoría, sin olvidar su ideología racista), los intentos, en forma de conferencias descarriladas y declaraciones vacías, se exponen continuamente para ocultar exactamente esta verdad. No logran nada más que exponer la impotencia de los acuerdos forzados de paz que durante mucho tiempo adoptaron una visión paternalista que no dejaba espacio para la reciprocidad entre los enfoques de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. Más gravemente, destaco el papel de líderes de las milicias/militares, a expensas de las élites intelectuales, culturales, civiles y políticas. Adoptando así un enfoque miope que influyó negativamente en la sostenibilidad de los acuerdos integrales de paz tanto en Sudán como en Sudán del Sur.

Un grupo de académicos/activistas, originarios de Sudán, han estado preocupados, desde hace tiempo, por el estancamiento que impide que las partes involucradas logren una paz sostenible en Sudán. Han estado trabajando diligentemente para establecer el Foro de Políticas de Sudán (FPS), cuyo objetivo es permitir a Sudán un margen de maniobra para escapar valientemente de la intensa polarización que caracteriza su panorama político y social. Para hablar por sí mismo de manera integral, cohesiva y representativa, la visión del SPF debe institucionalizarse y sus miembros deben someterse a una amplia capacitación en cuestiones relacionadas con la gobernanza. Para que su causa no sea manipulada por ONG gubernamentales (GoNGO) o saboteada por nuevos «confederados». Este grupo debe incluir organizaciones no gubernamentales, asociaciones de mujeres, jóvenes y estudiantes, IDPs y asociaciones y foros de refugiados, y las sectas religiosas. Aquellos que luchan por el bienestar social enfatizan valores de paz y mejoran nuestra comprensión de democracia integrada.

Es muy obvio ahora que el régimen de Sudán caerá de rodillas muy pronto por razones económicas, si no políticas. En lugar de esperar que se dé un vacío político, la comunidad sudanesa debe trabajar para establecer un foro que pueda allanar el camino hacia un cambio democrático. El tipo de campaña negativa que ha estado alabando el régimen y el lema al que la población ha sucumbido, «¿Quién es la alternativa?» permanece para servir los deseos de los criminales, que nunca desean que venga el día de la verdad. Es imprescindible preguntar: ¿Cuál es la alternativa? La alternativa es la conciencia moral del pueblo y su voluntad de unirse voluntariamente en una unión que preserve su dignidad.

En algún momento, un grupo de expertos de la ONU se atrevió a decir que el «Rey está desnudo». Estos expertos instaron a la comunidad internacional a enfrentar la realidad y admitir que el DDPD está muerto. Presentaron una evaluación honesta de la situación en Darfur. Tal informe factual puede haber causado vergüenza a algunas entidades. Tras la renuncia de este último grupo, se asignó un nuevo panel de expertos de la ONU que presentó un informe ficticio que contradecía las observaciones incluidas en el informe original de la siguiente manera: la aniquilación masiva de civiles se convirtió en una iniciativa voluntaria de repatriación; limpieza étnica se convirtió en una mezcla incoherente de violencia y las obstrucciones a la ayuda humanitaria paso a ser expresado como no presión o interferencia. Anunciar el Acuerdo de Doha como vigente es, según algunos expertos, decidir adoptar una engañosa postura política frente a una tragedia. Sin embargo, es menos el fracaso de un acuerdo específico que el fracaso de la comunidad nacional e internacional en proporcionar una cobertura diplomática y política/civil para esa acción. Sin olvidar, su renuencia a diseñar un mecanismo de implementación.

Delineando con tacto futuros contornos cívicos y políticos, en lugar de contentarse con la apariencia icónica que ha prevalecido hasta ahora entre las comunidades de embajadas en Jartum, el establecimiento de un foro civil orientado a políticas puede ayudar al pueblo sudanés a superar el actual conflicto político y estancamiento militar, brindando así la visión y el liderazgo necesarios para llevar a Sudán hacia el futuro. En segundo lugar, organizando seminarios sobre formulación de políticas y cuestiones relacionadas con la gobernanza, puede contribuir a involucrar a los ciudadanos (tanto a nivel local como en la diáspora) de manera objetiva y basada en principios, movilizando así a la mayoría silenciosa y desatando el potencial de la juventud que representa aproximadamente el 70% de la población sudanesa. En tercer lugar, al reconfigurar los contornos sociales contemporáneos y asignarles a los individuos sus merecidos pesos políticos e históricos, como una técnica esencial de mapeo y una herramienta indeleble para el establecimiento de la paz, el Foro puede comenzar a construir gradualmente núcleos de cambio en diversas localidades.

Waleed Adam Mousa

*El autor doctor en Gobernanza y Desarrollo Internacional y fundador y presidente de Sudán Policy Forum

Fuente: Sudan Tribune

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]


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