La carta más relevante escrita por Malcolm X

30/10/2015 | Crónicas y reportajes

Malcom_X_meca.jpgLa Meca, Arabia Saudita – 26 de abril 1964

Acabo de terminar mi peregrinación (Hajj) aquí a la ciudad santa de La Meca, la ciudad más santa en la tierra, que está absolutamente prohibida para los no musulmanes , incluso contemplarla. Esta peregrinación es el evento más importante en la vida de todos los musulmanes, y ahora mismo hay aquí más de 226.000 personas que no son de Arabia. El mayor grupo, de unas 50 000 personas, llegó de Turquía en más de 600 autobuses. Esto refuta la propaganda occidental de que Turquía se está alejando del Islam.

Conozco solamente a otros 2 estadounidenses que han hecho la actual peregrinación a La Meca y los dos son antillanos también convertidos al Islam. El Sr. Elijah Muhammad, 2 de sus hijos, y un par de sus seguidores visitaron la Meca fuera de la temporada de Hajj, y su visita es conocida como la «Omra» o peregrinación menor que es con-

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siderada como una bendición en el mundo musulmán. Dudo mucho de que 10 ciudadanos estadounidenses hayan visitado la Meca, y creo que yo podría ser el primer estadounidense negro en hacer el Hajj. No estoy diciendo esto para presumir, sino solamente para señalar que es un logro maravilloso y una bendición y también para darte la posibilidad de que puedas evaluarla mejor intelectualmente en su propia luz y luego con tu propia inteligencia puedas colocarla en su lugar apropiado.

Esta peregrinación a la más santa de las ciudades ha sido una experiencia única para mí, que me procuró numerosas inesperadas bendiciones más allá de mis más amplios sueños.

Poco después de mi llegada a Jeddah, fui recibido por el príncipe Muhammed Faisal quien me informó que su ilustre padre, su Excelencia el Rey Faisal, había ordenado que yo fuera su huésped. Lo qué ha ocurrido desde entonces necesitaría varios libros para describirlo, pero a través del ***** de su Excelencia, desde entonces he estado en hoteles de ***** en Jeddah, Meca, Mina – con coche privado, chofer, guía religioso, y muchos sirvientes a mi disposición.

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Nunca he recibido tan gran honor y nunca tal honor y respeto me hizo sentir más humilde e indigno. ¿Quién iba a creer que tal bendición podría concederse a un americano negro?!!! (Pero) en el mundo musulmán, cuando uno acepta el Islam y deja de ser blanco o negro, el Islam reconoce a todos los hombres como hombres, porque la gente aquí en Arabia cree que Dios es Uno, cree que todas las personas son también Uno, y que todos nuestros hermanos y hermanas son una sola familia humana.

Nunca antes había sido testigo de tanta hospitalidad sincera y de la práctica de la verdadera fraternidad como lo he visto aquí en Arabia. De hecho todo lo que he visto y experimentado en esta peregrinación me ha obligado a «reorganizar» gran parte de mi esquema de pensamientos y a abandonar algunas de mis anteriores conclusiones.

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Este «ajuste a la realidad» no me fue difícil ya que a pesar de mi firme convicción en lo que yo creo, siempre he tratado de mantener una mente abierta, que es absolutamente necesario para reflejar la flexibilidad que debe ir siempre de la mano con cualquier persona en la búsqueda inteligente de la verdad que nunca llega a su fin.

Hay aquí musulmanes de todos los colores y de todas las partes de esta tierra. Durante los últimos días aquí en La Meca (Jedda, Mina, y Mustaliph), comprendiendo el sentido de los rituales del Hajj, he comido del mismo plato, bebido del mismo vaso y dormido en la misma cama o alfombra – con reyes, potentados y otros dirigentes – ******* con otros musulmanes cuya piel era la más blanca que pueda haber , cuyos ojos eran del más azul de los azules, y cuyo pelo era el más rubio de lo rubio – Yo podía mirar en sus ojos azules y ver que me consideraban como un igual (hermanos), porque su fe en un solo Dios (Alá) había realmente eliminado «blanco» de su mente, lo cual cambia automáticamente su actitud y su comportamiento hacia la gente de otro color. Sus creencias en la Unidad los hacían tan diferentes de los americanos blancos que su color no jugó ningún papel en mi mente ni en mi trato con ellos. Su sincera

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fe en un solo Dios y su aceptación de todas las personas como iguales hace que los llamados «blancos» acepten también como iguales en la fraternidad del Islam a los no blancos.

Si los estadounidenses blancos pudieran aceptar la religión del Islam, si aceptaran la Unicidad de Dios (Alá) podrían entonces aceptar también sinceramente la Unidad de los hombres, y dejar de medir siempre a las otras personas en términos de su «diferencia de color». Y con el racismo que ahora azota América como un cáncer incurable todos los estadounidenses que piensan deberían ser más respetuosos con el Islam como una solución ya probada al problema racial.

El americano negro nunca puede ser culpado por sus «animosidades» raciales porque son solamente reacción o mecanismo de defensa que en su subconsciente le han obligado a reaccionar

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MalcomXperiodico.jpgcontra el racismo consciente practicado (iniciado en contra de los negros en Estados Unidos) por los americanos blancos.

Mientras una insana obsesión racial en América la conduce hacia un sendero suicida más cerca del precipicio que lleva a un abismo sin fondo, creo con firmeza que los Blancos de las generaciones más jóvenes, en los colegios y universidades, gracias a sus propios intelectos jóvenes menos contaminados, verán la «escritura en la pared» y se dirigirán a la religión del islán buscando salvación espiritual, y forzarán a la vieja generación a acompañarles en ese camino.

Esta es la única manera de que la América blanca pueda alejarse del inevitable desastre al que siempre conduce el racismo y la Alemania nazi de Hitler es la mejor prueba de ello.

Ahora que he visitado La Meca y conseguido ajustar mi propio camino espiritual personal donde puedo entender mejor la profundidad de mi religión (el Islam), me pondré en camino en un par de días para continuar mi viaje a nuestra África patria de nuestros padres. Si Alá lo permite, para el 20 de mayo, antes de mi regreso a Nueva York, habré visitado Sudán, Kenia, Tanganyika, Zanzíbar, Nigeria, Ghana y Argelia.

Usted puede utilizar esta carta como lo desee.

El-Hajj Malik El-Shabbazz

(Malcolm x)

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

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