Señor presidente,
soy padre de una niña de 6 años y de un niño de 2. El año pasado tuve una experiencia con mi hija que no voy a olvidar.
La bicicleta de mi hija llevaba estropeada desde hacía algún tiempo y ella me pedía que se la arreglara. Mi respuesta cada vez que me lo pedía era: «ya lo haré». Esta situación se prolongó y se prolongó hasta que un día llegué a casa y me encontré a mi niña con unas pinzas intentando arreglar ella misma su bicicleta. Me sentí muy avergonzado. Había fracasado en mis responsabilidades como padre y el mensaje que le comuniqué indirectamente a ella era: «arréglatelas como puedas». Puede estar seguro de que no dormí esa noche hasta que no arreglé la bicicleta.
Tal vez se pregunte adonde quiero llegar con esta historia. Hablando en sentido figurado usted es el padre de la nación. Es por ello que el 9 de Abril de 2013, los keniatas, y el mundo en general, vieron como se le daban los instrumentos de poder necesarios para liderar nuestro país. Pídale a su equipo de prensa el video de la toma de posesión para que pueda ver lo emocionados y optimistas que los keniatas estábamos ese día.
Un avance rápido hasta los tres años de su liderazgo y Kenia yace, como la bicicleta de mi hija, en el balcón. Los keniatas hemos estado pidiendo a “nuestro padre”, durante ese periodo, que nos arregle la «bicicleta». Por desgracia, Sr. Presidente, todo lo que hemos oído de usted es: “ya lo haré». Usted ha dicho eso tantas veces que ya no nos lo tomamos en serio. El mensaje es claro: “que nos las arreglemos como podamos”.
Sé que el argumento será, que esta “bicicleta” no la puede reparar usted sólo y que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar. Hasta cierto punto estoy de acuerdo, pero, sólo como un recordatorio, le digo que los instrumentos de poder sólo están en manos de una persona y esas son las suyas, Sr. Presidente. Imagínese lo desesperados que nos sentimos cuando la persona que nos tiene que mostrar el camino, no parece conocerlo ni ella misma. El otro día mientras iba conduciendo detrás de un matatu (minibús) leí la etiqueta que llevaba: «no me siga, yo también estoy perdido”.
Escuchando uno de sus últimos discursos, frente a unos alumnos israelitas, quedó claro que el bosque es demasiado espeso y que, incluso nuestro líder, no está seguro de qué es lo que debe hacer hacer.
El principal defecto de la bicicleta es la «corrupción». Estábamos muy emocionados cuando leyó una declaración y habló sobre desvelar la lista de los corruptos. Lo que no sabíamos es que esto era sólo otra estratagema para engañar a los keniatas y hacerles ver que se estaba haciendo algo. No sólo nunca se publicó esa lista de la “vergüenza”, sino que la corrupción parece haber ido creciendo. Incluso después de nuestras súplicas y gritos para que Ud. Sr. Presidente hiciera algo, lo único que nos dio fue un reproche diciéndonos que la bicicleta funcionaba bien.
Sr. Presidente ¿cómo se siente al ver los miles de millones que son robados y sin embargo, los pacientes del hospital nacional de Kenia están compartiendo las camas? ¿Cómo se siente cuando un agricultor en Mumias no puede llevar a sus hijos a la escuela debido a que la industria azucarera se ha derrumbado? Puedo seguir y seguir.
Debido al fracaso del gobierno nacional para hacer frente a la corrupción, los gobiernos de los condados están en permanente saqueo.
La independencia de la Comisión de Constitución para luchar contra la corrupción no puede utilizarse como excusa de su falta de acción. Usted es el presidente. La responsabilidad es suya. Para su información, Sr. Presidente, yo soy un partidario convencido de su partido. Rezo por Ud. todos los días. El problema, sin embargo es que la poca esperanza que quedaba en su capacidad de transformar este país está desapareciendo a pasos agigantados.
Por favor haga algo.
kenya-today.com
Fundación Sur