Las normas discriminatorias para las mujeres en Sudán y sus restringidas libertades civiles se consideran entre las más altas de África subsahariana, lo que frena el crecimiento económico, según el nuevo informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La desigualdad de género está costando al África subsahariana, un promedio de 95 mil millones de USD al año, alcanzando un máximo de 105 mil millones en 2014, lo que representa el 6% del PIB de la región, poniendo en peligro los esfuerzos del continente para el desarrollo humano inclusivo y el crecimiento económico, de acuerdo con el informe sobre el desarrollo Humano de África 2016: Avance de la igualdad de género y autonomía de la mujer en África, publicado por el Programa de desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD).
Arraigados obstáculos estructurales tales como la distribución desigual de los recursos, el poder y la riqueza, combinados con las instituciones sociales y las normas que sustentan la desigualdad están llevando a las mujeres africanas, y al resto del continente, hacia atrás.
Normas tales como la recolección de agua limitan significativamente el tiempo que las mujeres podrían emplear en educación y trabajo
El informe señala que mientras que el 61% de las mujeres africanas trabajan todavía se enfrentan a la exclusión económica ya que sus puestos de trabajo están mal pagados e infravalorados, y pertenecen, en su mayoría, al sector informal. Las mujeres africanas tienen el 66% de los todos los trabajos del sector informal no agrícola y sólo generan 70 centavos por cada dólar generado por los hombres. Las normas sociales son un claro obstáculo para el progreso de las mujeres africanas.
Discriminación en Sudán
En términos generales, la tasa de discriminación contra la mujer en Sudán se designa como muy alta, a través de un código de familia discriminatorio que restringe las libertades civiles. Sudán obtiene las puntuaciones más bajas en el índice de desarrollo de género y las más altas en los índices de desigualdad de género en el este de África. Esto último se mide en la salud reproductiva, en el empoderamiento (escaños), la educación y las actividades económicas.
Sudán se encuentra entre los diez primeros países con mayor prevalencia de mutilación genital femenina, de acuerdo con estadísticas de la ONU de 2002 a 2013.
Más del 30% de los miembros del Parlamento, y el Senado de Sudán, son mujeres; una puntuación positiva. Sin embargo, sólo el 3% de las empresas en Sudán están a cargo de altos cargos directivos femeninos, la tasa más baja de todos los países africanos.
El informe contempla también la función de la mujer en la resolución de conflictos y procesos de paz, que ha sido insignificante tanto en el Acuerdo de Paz de Sudán en 2005 como en el acuerdo de paz de Abuja Darfur en 2006.
Los investigadores de la colaboración entre el PNUD y los diferentes organismos en África ponen de relieve que también las mujeres se adaptan al concepto de lo que es normal en una comunidad. ‘Por lo tanto, las mujeres mismas contribuyen a reforzar las mismas normas sociales que las discriminan»; normas sociales, que incluyen la violencia doméstica y el papel de las madres en la organización de la mutilación de los genitales de sus hijas.
Banco de inversiones
El informe propone vías estratégicas para una mayor igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, incluyendo dos importantes iniciativas: la creación de un Banco de Inversión para mujeres africanas y la implementación de una certificación del sello de Género, un esfuerzo colectivo que afecta a los gobiernos nacionales, empresas del sector privado y la sociedad civil para lograr normas que permitan empoderar a las mujeres en sus lugares de trabajo.
Puede leer el informe sobre Desarrollo Humano de África 2016 completo aquí.
dabangasudan.org
Fundación Sur