La ayuda al desarrollo no frena las migraciones, por Bartolomé Burgos

17/04/2018 | Bitácora africana

Se ha dicho, y esta es la estrategia de la Unión Europea, que la solución al problema de la emigración sería la ayuda al desarrollo. Desarrollar las economías africanas podría ser la solución, a largo término, y sin duda es necesaria. Pero a corto término no parece que sea eficaz En efecto, un estudio en Etiopía cuestiona la estrategia de la Unión Europea.

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¿Qué estrategia sigue la UE?

El blindaje de las fronteras a través de mecanismos directos e indirectos (como la externalización del control a países terceros) y el despliegue de programas de ayuda, orientados a ofrecer medios de vida alternativos a la emigración. En ambos casos, el propósito simple es evitar la llegada de más inmigrantes y solicitantes de asilo.

¿En qué medida son eficaces estas políticas?

Precisamente para contestar a esta pregunta, el ente británico Overseas Development Institute puso en marcha una serie de investigaciones, en 2016. Como consecuencia de estas investigaciones ha publicado dos informes:

En el primero ponía en tela de juicio las políticas europeas de frontera.

En el segundo, publicado hace unos meses, pone en tela de juicio que la ayuda al desarrollo y las políticas de reasentamiento tengan un efecto inmediato en reducir la emigración.

¿Cuáles son las conclusiones de estos dos informes?

Etiopía, y unos pocos países más, constituyen un primer espacio de refugio para millones de emigrantes, a pesar de las dificultades económicas y de integración a las que deben hacer frente.

Los programas para fortalecer los medios de los refugiados permiten a las familias mantener la cabeza fuera del agua, pero no son suficientes para detener el proyecto migratorio.

La única vía segura para reducir las pulsiones de emigración irregular es ofrecer alternativas legales para llegar a los países de destino.

En conclusión

Las políticas migratorias de la UE esconden una estrategia fallida. Y en el peor de los casos ocultan el objetivo real de las ayudas, que es comprar la colaboración policial de los Estados de origen y tránsito. Se requiere un debate público sobre el tema y el informe del Overseas Development Institute parece ser un paso en la dirección correcta.

Autor

  • Bartolomé Burgos Martínez nació en Totana (Murcia) en 1936. Sacerdote miembro de la Sociedad de Misiones de África (Padres Blancos), es doctor en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma, 1997. Enseñó filosofía en el Africanum (Logroño), en Dublín y en las ciudades sudanesas de Juba y Jartum. Fue fundador del CIDAF (Centro de Información y Documentación Africana) a finales de los setenta, institución de la que fue director entre 1997 y 2003.

    Llegó a África con 19 años y desde entonces ha vivido o trabajado para África y ha visitado numerosos países africanos. De 2008 a 2011 residió en Kumasi, Ghana, donde fue profesor de filosofía en la Facultad de Filosofía, Sociología y Estudios Religiosos de la Universidad de Kumasi. Actualmente vive en Madrid y es investigador de la Fundación Sur.

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