Saharen Lagunen Elkartea (Asociación de Amistad con el Sahara en Bizkaia) se creó hace más de 30 años con el objetivo de apoyar la causa del pueblo saharaui en su derecho a la autodeterminación. Una labor incansable que no ha cejado en ningún momento. El miércoles 2 de junio de 2010 en el Hika Ateneo de Atxuri (Bilbao) se entregaron por primera vez en su historia los premios de reconocimiento. Fueron concedidos a María Luz Armentia, quien tiene 91 años y es una veterana activista por la causa saharaui, y a Roge Blasco, periodista que desde hace 26 años informa sobre la situación del Sahara Occidental.
El acto consintió en la entrega de las placas con el Sol, la media luna y una estrella que simboliza la lucha del pueblo saharaui por su liberación. Es la reproducción del primer cartel de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Bizkaia.
Fueron concedidas a María Luz Armentia quien con 91 años continúa aportando su tiempo a la lucha saharaui. Desde los inicios de la Asociación colaboró en las actividades de distribución de propaganda, recogida de alimentos, concentraciones, etc. En la placa se leía: “A nuestra querida veterana”.
El otro reconocimiento fue para el periodista autor de este texto. Según los organizadores se me concedía porque: “Nos atendió desde los primeros momentos y divulgó desde el principio la causa saharaui”. En la placa se inscribe “Gure Deiadarkaria” (“Nuestro vocinero”, en referencia a los históricos montes bocineros de Bizkaia).
Después de la entrega de los premios hubo una merienda en el que compartimos con viejos amigos a los que he tenido la oportunidad de entrevistar a lo largo de los años. Entre los pioneros estaban Isabel Uria, José Esteban, Belar y Marta Brancas.
Ees es el sencillo discurso que ofrecí en la entrega de los premios.
Queridos compañeros y compañeras.
Agradezco este reconocimiento que me brinda la Asociación de Amistad con la RASD.
No creo que me lo merezca tanto como tantos hombres y mujeres que durante estos años se han volcado día a día en favor de la solidaridad con el pueblo saharaui.
Mi vinculación con las asociaciones de solidaridad con el pueblo saharaui tiene su origen con los mismos inicios de mis andanzas como locutor de Radio Euskadi allá por el año 1984.
ENTREVISTA CON KELTUM KAYAN
Recuerdo de el 13 de mayo de 1985 le entreviste a Keltum Kayan en la sede que por aquel entonces tenia la Asociación de Amistad con la RASD en la calle Lutxana de Bilbao.
Keltum me pareció una mujer de fuerte personalidad con ideas claras y profundas sobre la historia de su pueblo y su presente. Me impresiono por sus fuertes convicciones por su belleza y mirada.
Señalo en la entrevista que llevaban, por aquel entonces, casi once años de guerra contra el ejercito de Marruecos.
Explico como sacaban rendimiento a un desierto casi inhabitable. Experimentaban con plantaciones agrícolas con resultados positivos.
Estaban en continuo desafió, enfrentándose con una situación bélica, con una tierra árida, con una lucha por el reconocimiento internacional.
Keltum hacia una gira por los países mediterráneos para concienciar sobre la situación de los Campamentos de refugiados saharaui y el referéndum de autodeterminación. En ese momento estaban reconocidos por 64 países y todas las estancias internacionales reconocían su derecho a la autodeterminación e independencia.
También comento las grandes batallas que llevaba el Polisario contra el ejercito de Marruecos. El levantamiento de más de dos mil kilómetros de muro para dividir el Sahara Occidental y la guerra de desgaste que padecía Marruecos.
Me llamo la atención su discurso sobre la mujer saharaui. La gran fortaleza. Me decía: “Aguantamos el desierto y no estamos mejor fuera de nuestra tierra”.
Explico que la mujer saharaui siempre había sido más libre que en el resto del Magreb, por ejemplo no conocían el velo y han sido respetadas y participante en la sociedad, en la vida cotidiana, en la política y en la economía. La mujer en los campamentos de refugiados estaba en la vanguardia de la organización social con los diferentes comités establecidos, mientras los hombres se dedicaban a cubrir la defensa en el frente.
También aseguro que era un país islámico pero la religión no se lo tomaban como un dogma.
No me olvido de aquella entrevista con Keltum pues me situó en la realidad de un pueblo que luchaba con un altísimo grado de dignidad y convencimiento por recuperar su tierra usurpada.
Más tarde, en abril de 1989 lo comprobé sobre el terreno cuando con un equipo de Euskal Telebista fuimos al filmar en cine un documental al que titule: Saharaui, la voluntad del desierto”. Estuve en los campamentos de refugiados, en los territorios liberados con los nómadas y en el muro con los soldados. Visitamos sus cultivos, fuimos acogidos en las jaimas, presenciamos una reunión del Consejo de Ancianos, convivimos con los nómadas en los territorios liberados por el POLISARIO, estuvimos frente al muro con los militares saharauis, dormimos al raso y tuvimos un concierto de música y danzas bajo las estrellas del desierto.
En esta ocasión tuve la oportunidad de realizar numerosas entrevistas. Entre ellas a hombres y mujeres testigos de los bombardeos de nepalm del ejercito de Marruecos durante el éxodo.
Me gustaría agradecer todo el cariño y amistad de las personas reunidas en este acto sencillo, bonito e inolvidable. Gentes como Eneko Calle y su familia, Edurne “Sahara”, la gente de Bermeo, el Mago Zaki y un largo etc.
