La agonía de los buscadores de empleo en Botsuana

23/01/2012 | Crónicas y reportajes

Desde el comienzo del año, la oficina laboral regional de Selebi-Phikwe [localidad minera en el nordeste de Botsuana] ha estado rodeada de un masivo número de personas que buscan empleo, una señal del desempleo generalizado en la ciudad minera. Hombres y mujeres, incluidas embarazadas, llegan a la oficina de empleo en grandes cantidades cada día.

Para muchos de los buscadores de empleo, que comienzan a hacer cola aquí hasta a las dos de la madrugada, el pájaro más madrugador caza el gusano más gordo. Sin embargo, este esfuerzo normalmente se queda en nada, porque algunos siempre han madrugado más todavía, han pasado la noche allí, en la cola ante el edificio.

La semana pasada, la multitud de solicitantes de empleo caso afectó al tráfico, ya que llegaba hasta la carretera. Una especie de estampida tuvo lugar cuando abrieron las oficinas, y los desesperados solicitantes de empleo se empujaron unos a otros, destruyendo la puerta principal de la oficina. Tuvo que intervenir la policía para poner bajo control la situación, después de lo cual los abrumados funcionarios utilizaron caravanas detrás de la oficina para registrar a los solicitantes de empleo. “El lunes vine aquí a las 2 de la madrugada, para registrarme, pero créeme, era el número 842. La verdad es que me dio pena de los que habían venido más temprano”, dice un parado. Otro dice que empezó a hacer cola antes de que la oficina abriera, con la esperanza de que los empresarios que buscaban trabajadores le cogieran. “Si hacer cola aquí fuera un trabajo, yo tendría una gran experiencia gratuita. Prácticamente vivo aquí, pero no sale nada”, dice otro.

Aunque las compañías locales ocasionalmente vienen aquí de verdad para contratar a gente, no supone una gran diferencia, en la masa de la cola, porque sigue llegando gente. Una parte del problema es que si los solicitantes de empleo pudieran elegir, apenas ninguno aceptaría trabajar para una compañía china, porque, como ellos dicen “Ya nadie quiere ser explotado por los chinos”.

“Ahora lo que quiero es que me de trabajo una mina en la que sepa que mi familia tendrá un seguro sanitario decente, a través de mi asistencia médica y otros beneficios, no el habitual paracetamol”, dice uno cuyo número para registrarse es el 705 “Se imagina, ¡tengo que esperar a que más de 700 personas que están por delante sean contratadas primero!”, exclama. Mientras esperan su turno para ser registrados, los solicitantes de empleo pasan el tiempo jugando a las cartas o al mhele. Pero por muy desesperada que sea la situación de estos parados, alguna gente emprendedora ha encontrado en ellos una oportunidad de vender comestibles, principalmente pasteles de mantequilla, cigarrillos, recargas telefónicas y dulces.

El enorme número de personas que buscan trabajo aumentó después del cierre de las industrias textiles y otras compañías. El fracaso de muchos jóvenes en la región de Selebi-Phikwe para llegar a la educación superior, no ha ayudado a mejorar la situación.

ONALENNA MODIKWA

(Mmegi, Botsuana, 23-01-12)

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