L’Intelligent, de Jeune Afrique ¿Inteligente o Estafador?

16/05/2011 | Opinión

“Jeune Afrique” dispone de pasta y se dedica a hacer extorsión publicitaria: La Ruanda de un Paul Kagamé que maneja una “democratura” dominada por su etnia tutsi, minoritaria en el país, se gasta 350.000 euros para mejorar su imagen.

Fuente: Afrique Dossier

Sin duda se sabía que la prensa panafricana de París estaba haciendo méritos para buscarse la vida, pero las cifras publicadas por “Le gri-gri International” (periódico satírico quincenal) dan a conocer una realidad donde el “chantaje publicitario” de los Estados se junta con la corrupción galopante de la “Jeune Afrique L’Intelligent”, el más importante de los medios usados por los gobiernos sospechosos.

El asunto ha provocado un enorme revuelo en el pequeño mundo “mediático-político” de la “Françafrique”. En su edición del 10 de marzo de 2005, el equivalente africano del “Canard enchainé”, el afamado “Le gri-gri International” desveló las operaciones financieras, al borde de la corrupción, de “Jeune Afrique” convertido en “L’Intelligent” en la mayor parte de los países del África francófona.

Si la compra de sus conciencias por los dirigentes africanos no era un secreto para nadie en los círculos de la prensa panafricana de París y de ciertas redacciones africanas de grandes medios franceses, ningún periódico, tan temerario como él, nunca había publicado hasta ese momento elementos de prueba, incluyendo cifras. Aquí todo el mérito de la investigación es para la publicación satírica bimensual panafricana.

“Le gri-gri International” proporcionó los detalles de los ingresos africanos de “Jeune Afrique L’Inteligent” a fecha de 16 de enero de 2004. Presentados como “contratos de comunicación”, estos documentos que abarcan a una quincena de países del área de influencia francesa en África revelan que se pagaron por “potentados africanos” grandes sumas de dinero a la revista del franco-tunecino Béchir Ben Yamed. Varios ejemplos son suficientes para demostrar una práctica donde el denominador común es que se pagan artículos de prensa escritos a favor de regímenes que frecuentemente son conocidos por su mala gestión y su falta de democracia.

Se encuentran de este modo, por orden ascendente, Las Comoras del golpista reconvertido en el hombre de la unidad de la isla Azali, el cual aflojó la cantidad de 250.000 euros;

La Ruanda de un tal Paul Kagamé que maneja una democratura dominada por su etnia (tutsi) minoritaria en el país. Se gasta 350.000 euros para mejorar su imagen;

El Togo de Eyadèma, el sargento convertido en “sabio de África” que mató con sus propias manos hace cuarenta años al primer presidente electo de su país. Ha soltado 380.000 euros para dar una imagen de garantía de estabilidad y de paz duradera (¿para siempre?) Promovida por “Jeune Afrique L’Inteligent”, JAI.

La Mauritania de Maouiya Ould Taya, que encarcela a su principal opositor y ex presidente en la víspera de elecciones presidenciales, ha aflojado alrededor de 500.000 euros.

Obiang Nguema de Guinea Ecuatorial, engreído potentado gracias al petróleo y que fuerza a sus principales oponentes al exilia ha ofrecido una cantidad de 800.000 euros.

Bouteflika, en Argelia, que se hizo reelegir el año pasado con cerca del 70% de votos, a saber “sin fisuras”, aunque su ministro encargado de las elecciones haya prohibido al principal partido de la oposición escoger al candidato de su elección, ha entregado 950.000 euros.

Mohammed IV de Marruecos, “monarca democrático” que ha sido el primero en reconocer la toma de poder ilegal en Togo por el hijo del dictador muerto en pleno vuelo, Eyadèma, afloja alrededor de 994.000 euros.

El Camerún del presidente Paul Biya es el primero en alcanzar la suma del millón de euros. ¿Un “PPTE” [Países Pobres Altamente Endeudados] que pelea como un apuesto diablo para conseguir el puesto que se merece en la distribución de pequeños regalos a sus apoyos internacionales, incluso cuando se ocupa en enmascarar la desoladora realidad que sus valedores capitalistas y las cancillerías occidentales conocen de cabo a rabo y que le lleva de vez en vez al fracaso? Y paramos.

En cualquier caso, “Jeune Afrique” no deja de ofrecerse para contradecir los informes de ONG por la defensa de los derechos humanos. Como el de la FIDH, Federación Internacional de Derechos Humanos, sobre nuestro país [Camerún], titulado “La Tortura: una práctica trivializada e impune”.

Cifras que dan vértigo

La palma de la generosidad sin embargo es recíproca para “JAI” quien ha devuelto al nuevo decano de los jefes de Estado de la “Françafrique”, Omar Bongo Odimba de Gabón, la importante suma de 2,9 millones de euros, cerca de dos mil millones de francos CFA. Tal vez le pagaron doble.

Si en la sede del semanario de la Calle d’Auteuil en París, se presentan estos importantes “cobros” africanos como el reglamento de ejecución de “contratos de comunicación” firmados en buena y debida forma entre estos países (¿clientes?) y “DIFCON”, la empresa publicitaria de “JAI”, queda claro que los especialistas de la deontología periodística no entienden muy bien por qué el célebre semanario no indica con la suficiente claridad, cada vez que escribe sus artículos, que se trata de un “publi-reportaje” y en consecuencia debería pagar el precio que corresponde al erario público por ello. Por otro lado estos especialistas de medios revelan a la vez que la revista abre sus páginas, por cierto reducidas, a la publicidad, publi-reportajes y “los puntos de vista”. Todo ello de pago.

De cualquier manera hemos remarcado que en numerosos casos el estilo de la redacción de “JAI” cambia radicalmente de un día para otro, sobre todo después de la firma de esos contratos con los diferentes países que tienen gobiernos criticables. Como ejemplo tenemos el caso de Ruanda, que a finales de 2003, Paul Kagame, que sin duda todavía no había comprendido lo que era necesario para asegurarse la complacencia de la prensa panafricana, sufría habitualmente mofas en el semanario de la Calle d’Auteuil. Eso fue así hasta que la presidencia de la república de Ruanda “habló bien”, como revela la factura de 350.000 dólares estadounidenses, del 31 de diciembre de 2003 enviada por “DIFCOM” por otra parte confirmada un mes más tarde, exactamente el 22 de enero de 2004, con una carta de François Soudan, vicepresidente y director de redacción de “JAI”, destinada a su “querido Modeste (Rutabayiru, el más influyente consejero de Kagamé encargado de prensa, nota de la redacción)”, esta carta contiene el plan para el reportaje de Ruanda del jefe de redacción de “JAI”. Desde entonces, Kagamé y su Ruanda son de lo más bonito que hay, democráticos y modelo de país unido en una conflictiva región, la de los grandes lagos africanos.

Periodismo mercenario y extorsión publicitaria

Sin duda es la misma estrategia que se ha llevado a cabo durante el año pasado en Congo Brazzaville. Aunque que los ingresos directos desde Brazzaville no aparecen en los documentos señalados, se observa desde el segundo semestre de 2004 un cambio radical del tono de “JAI” (y de François Soudan) acerca de Sassou, el suegro de Bongo, antaño criticado por su tendencia a recurrir a la fuerza para recuperar el poder perdido en las urnas, después de la conferencia nacional a principios de los 90. Ya sólo es percibido a partir de ese momento por Soudan y su revista como un hombre de experiencia, capaz de asegurar en el Congo la estabilidad necesaria para su desarrollo. Hasta tal punto, que un asunto como el de los “desparecidos de Beach”, que antes era regularmente tratado, se convierte, en una reciente edición, en una simple historia rocambolesca inventada por los opositores contra el “bondadoso” general Sassou.

Otros países en crisis, tales como el Congo Kinshasa son tratados por “JAI”, hasta hace poco, con menos deleite, que los vale un tratamiento menos periodístico, en espera, sin duda, a que decidan destinar una parte de sus escasos recursos para asegurarse la “grandeza” y “seriedad” en el semanario de la calle d’Auteuil de París.

Algunos sostienen que el método de la revista de Bechir Ben Yamed, que durante una época fue acreditada para formar un accionariado que comprendiese un número de dirigentes de estados africanos descolonizados, deviene en un chantaje vitriólico a los dirigentes africanos, generalmente ilegítimos. Que terminan siempre por pagar, sobre todo cuando tienen algo que ocultar. Un sistema condenable cuando además esta revista da lecciones de ética y de profesionalidad a las tan a menudo reprochadas publicaciones locales africanas, para desacreditarlas mejor. ¡El cazador cazado al final!

Por Alex Gustave Azebaza.

[Periodista camerunés]

Tomado de Sources du Nile, donde fue publicado el 10 de mayo de 2011.

Traducido para Fundación Sur por Juan Carlos Solís Santander.

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