Kony 2012, la propaganda pro Museveni y AFRICOM de Invisible Children

13/03/2012 | Opinión

Los objetivos iniciales de la ONG Invisible Children (Niños Invisibles) pueden haber sido dar a conocer la difícil situación de los niños atrapados en décadas de conflictos en Uganda; últimamente Invisible Children (IC) ha estado actuando como defensor de la dictadura del general Yoweri Museveni y el objetivo de Estados Unidos de imponer AFRICOM (el comando militar estadounidense para África) en el continente.

IC ha producido una película brillante que está dando la vuelta al mundo en Facebook.

Es un clásico, como son las campañas de propaganda. El filme corto pero arrolladoramente impactante usa todas las mejores técnicas lacrimógenas. Al final, la película denuncia a Joseph Kony, el líder del brutal Ejército de Resistencia del Señor, LRA – por sus siglas en inglés, mientras que da la impresión de que la dictadura de Museveni y su brutal ejército, que ha sido considerado responsable de crímenes de guerra cometidos en la República Democrática del Congo, por el Tribunal Penal Internacional, no tiene nada que ver con las atrocidades cometidas contra los niños en Uganda.

De hecho, la insurgencia de Kony contra Museveni fue lanzada después, lo cual significa que él también aprendió de Museveni a secuestrar a niños para ser utilizados como soldados.

Véase la forma en que IC explota a los niños americanos al principio de su documental; y después trasladan a la audiencia a Uganda, donde de nuevo se aprovechan de los niños ugandeses, que son las víctimas tanto del LRA como del ejército del gobierno de Uganda.

Las imágenes son poderosas. El doctor Joseph Goebbel y Leni Riefenstahl hubieran estado orgullosos de este golpe cinematográfico de IC.

Si IC fuera de verdad una organización seria que no hubiera sido absorbida por el régimen de Museveni y la agenda de política exterior de Estados Unidos, la organización informaría al mundo de que el general Museveni, que por ahora ha robado tres elecciones seguidas en Uganda, es la primera persona que merece ser detenida.

Esta pesadilla ugandesa y del África oriental tiene carta blanca de Washington, simplemente porque ha desplegado soldados ugandeses en Somalia a instancias de Estados Unidos. Así que, la democracia, los abusos de los derechos humanos y el genocidio, pasan a ser molestias menores, mientras la política exterior de Estados Unidos siga adelante y mientras exista interés para la organización IC. Esto va más allá de la hipocresía. Aquellos miembros de IC que puedan haber apoyado este equivocado proyecto de enviar más militares a África porque no eran conscientes de que estaban siendo engañados, deberían hacer un examen de conciencia serio.

A Museveni no le importa la dura situación de los niños en la región Acholi de Uganda. ¿Cómo si no iba a haber conducido a 2 millones de acholis a hacinados campos de concentración durante 20 años, donde, según la Organización Mundial de la Salud de la ONU, más de mil niños, mujeres y hombres murieron por causa de negligencia planificada –falta de instalaciones médicas; falta de alimentación adecuada; deshidratación y falta de instalaciones sanitarias y de aseo- suena esto como de alguien a quien le importan los niños?

Sus colegas han descrito a los acholis como “atrasados” y como “sustancias biológicas”. El propio general Museveni mostró una interesante patología, como un africano racista de primera categoría cuando declaró a la Atlantic Monthly Magazine, en septiembre de 1994 “nunca he culpado a los blancos por colonizar África: nunca he culpado a estos blancos por hacer esclavos. Si eres estúpido, debes ser hecho esclavo”. Irónicamente –o puede que no- después de esas declaraciones Washington abraza más si cabe el general. Museveni ha sido aliado de Estados Unidos desde los tiempos de Ronald Reagan.

Entonces ¿por qué IC sólo persigue a Kony y deja en paz de Museveni cuando en realidad son las dos caras de la misma moneda?

Estos jóvenes que dirigen IC son extremadamente peligrosos para el bienestar de los ugandeses y otros africanos, en caso de que logren ampliar la presencia militar estadounidense en África. Si los Estados Unidos estuvieran de verdad solo interesados en eliminar a Kony ¿por qué desplegar sus fuerzas ahora cuando Kony abandonó Uganda en 2006, cuando estaba negociando un acuerdo de paz, que finalmente se hundió, con Museveni?

Cuando Kony y sus combatientes estaban acampados en Garamba, en la República Democrática del Congo, como se acordó durante las negociaciones de paz, ¿quién fue el que lanzó un ataque militar con aviones y helicópteros en diciembre de 2008? Fue el general Museveni, con la ayuda de Estados Unidos. Las negociaciones de paz, que fueron bien acogidas por los líderes tradicionales y religiosos de la región de Acholi, fracasaron. Según Jan Egeland, antiguo vicesecretario de la ONU para Asuntos Humanitarios, Museveni también quería adoptar un enfoque militar del problema e incluso ridiculizó sus propios intentos de negociar la paz.

Inmediatamente siguieron más asesinatos, esta vez en Congo, y como Museveni y Kony son dos caras de la misma moneda, no está claro quién cometió las atrocidades en Garamba, después de los ataques fallidos.

Después de los ataques, el LRA se dispersó y entró en la República Centroafricana. Uno podría pensar que si Estados Unidos y la organización IC estuvieran interesados de verdad en Kony, el despliegue militar se hubiera realizado en la República Centroafricana.

Los jóvenes que están detrás de IC no comprenden el conflicto en Uganda, y sin embargo se han proclamado sus portavoces. Han hecho campaña y han convencido a algunas celebridades, como Rihana y P. Diddy, para que envíen por tweeter la película de propaganda que sólo dice medias verdades. Esto es una forma de hacer que la información tendenciosa y parcial se convierta en “la verdad dominante” a nivel global, y se hundan los análisis críticos.

Es como si un grupo de jóvenes blancos impresionables llegasen a Harlem y dijeran: vemos que tenéis una gran crisis, dejadnos deciros cual es la solución. ¿Quién aceptaría semejante mal informada y destructiva arrogancia? Si esto es inaceptable en Harlem, también debe ser rechazado en la región Acholi de Uganda.

Los líderes tradicionales Acholi, los líderes religiosos, y miembros del parlamento de Uganda, se han opuesto todos a una mayor militarización. Pero no están en posición de expresar sus puntos de vista en la CNN, o el New York Times, o de hacer un documental de mucha labia, como el que ha hecho IC, titulado con el nombre de su organización “Invisible Children”. Es más, no se les concede la credibilidad que se otorga normalmente a los analistas blancos, en comparación con los ugandeses nativos.

Sin embargo, en lugar de escuchar los gritos de los líderes tradicionales y religiosos que viven en la región devastada por la guerra, IC ha decidido producir un bonito documental con una fea agenda, que sólo incrementa el conflicto y promociona al general Museveni. ¿Quién cree de verdad que es bueno que Estados Unidos envíe tropas a Uganda o a cualquier otra parte de África? ¿Por qué iban a actuar estos soldados de forma diferente a la de los enviados a Irak o Afganistán?

El gobierno de Estados Unidos e IC están utilizando al brutal Joseph Kony como el hombre del saco para justificar el plan a largo plazo de Estados Unidos, que es imponer AFRICOM en África. Como todo el mundo conoce las atrocidades de Kony, ¿quién podría oponerse a que Estados Unidos envíe a 100 “asesores” para ayudar a Uganda, después de todo? Brillantemente enrevesado. Por supuesto, esto nunca se queda en 100 “asesores”. Ese fue el despliegue anunciado, probablemente hay más tropas estadounidenses en la región. Incluso antes del despliegue, algunos ya habían estado entrenando a los soldados de Museveni. Y más que llegarán, sin ser anunciados.

AFRICOM, el objetivo último, permitiría a Estados Unidos combatir a China, hambrienta de recursos, teniendo las botas de sus militares sobre el terreno, cerca de la zona rica en petróleo del norte de Uganda, Sudán del Sur, la región del Congo que bordea el lago Alberto y la República Centroafricana. Las tropas también andarán cerca, en caso de que se tome la decisión de apoyar el cambio de régimen en Jartum, Sudán. Después de todo, el razonamiento de la política exterior de Estados Unidos es que puesto que el presidente de Sudán, Omar Al Bashir, y su ministro de Defensa, están ambos acusados por el Tribunal Penal Internacional, poca gente llorará por ellos.

Estados Unidos es consciente de que los países africanos se oponen a AFRICOM. Entonces ¿qué hace Estados Unidos? Ir a perseguir a un “malvado” y en este caso es Kony. Le dice al mundo –con la ayuda de IC- que nuestra misión es ayudar a librarse de este malvado; que por cierto se esconde en alguna parte de la República Centroafricana, mientras que el dictador que más recientemente robó las elecciones, el pasado mes de febrero, se sienta en Kampala y se reúne con los oficiales estadounidenses y líderes de Invisible Children.

Si el objetivo real fuera solo Joseph Kony, Estados Unidos hubiera usado el cazador armado no tripulado, drone; así es como los Estados Unidos han eliminado a varios líderes sospechosos de ser miembros de Al Qaeda o talibanes, después de todo.

No parece que IC sea una organización independiente bienhechora salva-niños. Está allanando el camino, con Kony, tan brutal como es, como el hombre del saco, para AFRICOM.

Kony es una pesadilla, pero Museveni ha causado la muerte de millones de personas en Ruanda, Uganda y el Congo. En 2005, el Tribunal Penal Internacional encontró culpable a Uganda de lo que puede considerarse crímenes de guerra en el Congo [RDC]; violaciones masivas de mujeres y hombres; destripar a mujeres embarazadas; quemar a la gente viva dentro de sus casas; masacres y saqueo de materias primas. Congo ha perdido seis millones de vidas después de la ocupación de Uganda [junto con otros países como Ruanda, también principal acusada de estos crímenes a cuyo dictador Kagame protegió y entrenó Museveni en Uganda] de algunas partes de la República Democrática del Congo. El Tribunal dictaminó que Uganda pagase 10.000 millones de dólares a la RDC en concepto de reparación, aunque no se ha pagado ni un céntimo.

Después Congo remitió los mismos crímenes al Tribunal Penal Internacional de La Haya, por cargos de crímenes de guerra. El 8 de junio de 2006, el Wall Street Journal informaba de que el general Museveni contactó personalmente con Kofi Annan, entonces secretario general de la ONU, y le pidió que bloquease las investigaciones criminales.

Parece que Estados Unidos y el fiscal general del TPI, Moreno Ocampo, podrían haber obligado a que el general Museveni y algunos comandantes del ejército ugandés [y ruandés] permanecieran sin ser acusados por los supuestos crímenes de los que el TPI ya había considerado responsable a Uganda; solo una parte de la misma moneda, Kony, fue acusada. El fiscal Ocampo también ha quedado totalmente desacreditado, recomendamos a los lectores que pongan en google “Ocampo and South African journalist case” (Ocampo y el caso del periodista surafricano).

Hay otro documental que intenta explicar la tragedia ugandesa, de una forma más sobria, no como la elocuente pieza propagandística de Invisible Children.

Esperemos que este comentario motive a la gente a hacer su propia investigación y a demandar que la comunidad internacional persiga tanto a Kony como a Museveni.

Esperemos que más gente también haga su propia investigación y no sea vulnerable a la palabrería de la propaganda como la de Invisible Children.

Por ejemplo, los lectores pueden buscar en google términos como «Yoweri Museveni and Congo genocide», «Museveni and Kony», «Museveni and Rwanda genocide», «Museveni and Acholi genocide» and «U.S. support for dictator Museveni». (“Yoweri Museveni y el genocidio del Congo”, “Museveni y Kony”, “Museveni y el genocidio de Ruanda”, “Museveni y el genocidio acholi” y “Apoyo de Estados Unidos al dictador Museveni”).

Editorial: «Speaking Truth To Empower»

Publicado en Black Star News, el 08 de marzo de 2012.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster