Cañones, lanza-cohetes, fusiles de asalto, tropas apuntado hacia Goma: es el espectáculo que ofrece Ruanda al mundo. Tras las humillantes derrotas sufridas por el M23, Kigali se muestra al descubierto. Ha colocado sus tropas en alerta y las ha desplegado a lo largo de la frontera con la RDC. Justo en el momento en que se convoca una urgente cumbre extraordinaria de la CIRGL (Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos) en Kampala. Kigali desafía la dinámica político-diplomática. Este encuentro, convocado con urgencia dada la resurgencia de las tensiones y enfrentamientos armados ha recibido el apoyo de la comunidad internacional: Mary Robinson, enviada especial del Secretario de la ONU, Boubacar Diarra, representando a la Unión Africana, Rus Feingold, enviado especial de los EEUU y Koen Verbaeke de la Unión Europea estarán presentes. Se trataría de forzar a los beligerantes en la crisis congoleña a que depongan las armas.
La iniciativa es loable, pero no se tiene en cuenta la actitud de Kigali que siempre ha evolucionado a contracorriente, y en este momento en contra de la dinámica definida por el acuerdo de Addis-Abeba del 24 de febrero. A pesar de lo acordado, Ruanda ha seguido apoyando de manera desvergonzada al grupo rebelde M23, como ha sucedido estos últimos días. Tras los fracasos del M23 en los últimos enfrentamientos contra las FARDC, ha anunciado que se estaba preparando para una guerra en toda regla; ha amasado material militar y abundantes tropas en la frontera con la RDC. Da la impresión de que la guerra es inevitable, dado el carácter belicoso del régimen ruandés, entre Ruanda y el Congo, salvo si la comunidad internacional y la UA, garantes de lo acordado en Addis-Abeba en febrero (desmantelamiento de grupos armados nacionales y extranjeros, prohibición de injerencias de los países vecinos, entre otras cuestiones) es capaz de hacer que Kigali entre en razón. Mary Robinson y la Unión Africana tiene mucho trabajo en este sentido.
Lo contradictorio o paradójico reside en que Kagame, a la par que proclama su adhesión al acuerdo-marco firmado para garantizar la paz, la seguridad, la cooperación en los Grandes Lagos, multiplica los gestos y las acciones belicosas, eso sí, afirmando que lo que hace es prepararse para defender a sus ciudadanos, cuando es el régimen ruandés el que desde hace tantos años agrede, ocupa y explota territorios congoleños.
(Le Potentiel Online 04/09/2013)
Resumen del texto de Le Potentiel de Ramón Arozarena.
