Kenia lucha por terminar con el mito de que la vasectomía causa impotencia

15/07/2014 | Crónicas y reportajes

Determinado a eliminar los miedos sin fundamentos sobre la vasectomía, el gobierno keniata y una organización no gubernamental están reclutando embajadores —hombres corrientes que han pasado por la operación— para asegurar a otros hombres que este método no tiene ningún efecto sobre su virilidad.

Jared Wanjala, un guardia de seguridad de una empresa privada en la capital keniata, Nairobi, tiene cuatro hijos y no desea tener más. Wanjala no puede permitirse tener más descendencia. Su salario mensual, aproximadamente 10.000 chelines (115 dólares estadounidenses), apenas alcanza para cubrir las necesidades de su familia, con el alquiler de su casa y las tasas del colegio de los niños. Sin embargo, Wanjala deja toda la responsabilidad de la planificación familiar a su mujer, que se pone una inyección anticonceptiva cada tres meses y controla la situación para que no haya «accidentes». Los dos métodos anticonceptivos disponibles para los hombres —preservativos y vasectomía— son aberrantes, según él. Bajo la creencia de que sólo las parejas que no confían en la fidelidad usan preservativos, los evita por miedo de causar desconfianza en su matrimonio.

Wanjala nunca se plantearía realizarse una vasectomía porque cree que esta operación podría dañar su vida sexual, reducir su placer y, posiblemente, provocar que su mujer le deje. Para él, vasectomía y castración son sinónimos. «Aunque no deseo tener más hijos, quiero seguir siendo un hombre y poder realizar todas las funciones que se le suponen a un hombre», dice el hombre de alta estatura, huesudo y de piel oscura, dirigiéndose a sus dos compañeros que vigilaban la puerta, como buscando apoyo.

Los hombres en Kenia dicen que se oponen a la vasectomía porque temen que pudiera provocar impotencia. Con la determinación de derribar este mito, el gobierno y organizaciones no gubernamentales están educando a los hombres sobre el procedimiento médico a través de una red de embajadores y trabajadores del sistema sanitario de la comunidad. Kenia tiene una población de 43,2 millones de personas, según el Banco Mundial. La población aumenta en 1 millón aproximadamente cada año. La tasa de fertilidad se sitúa actualmente en 4,5 nacimientos por cada mujer, según el informe de análisis de la situación demográfica del país en 2013. El gobierno pretende rebajar esta tasa a 2,2 nacimientos por mujer.

El Ministerio de Salud no tiene datos sobre la vasectomía en Kenia, según Angela Njiru, coordinadora de salud reproductiva en el condado de Nairobi. Ahora se encuentra en pleno proceso de recolección de datos. En todo el mundo, alrededor del 2% de los hombres han pasado por el proceso de esterilización, según un informe de Naciones Unidas de 2013 con datos de 2011. Menos de un 1% de los hombres africanos han sido esterilizados.

Si tienen que elegir entre vasectomía y preservativos, la mayoría de los hombres en Kenia prefiere los preservativos, según Charles Ochieng, ginecólogo y fundador de Winam Safe Parenthood Initiative, una organización no gubernamental que fomenta la participación de hombres en la planificación familiar. Sin embargo, suelen dejar de usar los preservativos y delegan en sus mujeres la responsabilidad de la planificación familiar. Los anticonceptivos más comunes entre las mujeres keniatas son las inyecciones y la píldora, según el análisis sobre la situación demográfica del país.

Timothy Kibetu, un guardia de 25 años, dice que su mujer es responsable de la planificación familiar en su hogar. Ella utiliza anticonceptivos por vía oral. Sin embargo, si tuviera que elegir entre los preservativos y la vasectomía, escogería los preservativos. «No quiero quedarme estéril o impotente siendo tan joven», dice. Tiene un hijo y planea tener otros dos.

Mwende Karimi, de 35 años y madre de tres, es responsable de la planificación familiar en su hogar. Ella utiliza Implanon, un implante anticonceptivo que dura tres años. No obstante, sospecha que el método anticonceptivo le ha hecho aumentar de peso y dice que le alegraría mucho que su marido tomara las riendas de la planificación familiar. «Sería el mejor regalo», dice. «No quiero tener más hijos y no quiero usar anticonceptivos durante demasiado tiempo. Ya se sabe, la mayoría de los métodos anticonceptivos tienen efectos secundarios. Sin embargo, Mwenda duda que su marido se vaya a realizar una vasectomía. «Una vez intenté sacar el tema, pero ni siquiera me dejó terminar la prima frase. Él cree que si se hace una vasectomía no tendrá el mismo rendimiento sexual. No sé si eso es verdad…», dice.

Wairimu Michengi

Global Press Journal

[Traducción, Arantza Cortazar]

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