Decían los antiguos escolásticos: “Intellectus appretatus discurrit qui rapiat”, podemos traducir este latín macarrónico más o menos así: “Cuando la mente está en apuros discurre a rabiar.” Eso es lo que pasa en la floresta de Kakamega, al oeste de Kenia, junto a la frontera de Uganda.
ROSELYNE SHIKAMI VENDEDORA DE HUEVOS DUROS
Durante más de diez años, Roselyne, joven mujer de 35 años, ha vendido huevos duros en la estación de autobuses de Kakamega, justo donde termina esta densa floresta.
A un periodista que la entrevistaba, le contestó: “Algunos días para llegar a vender dos docenas de huevos duros me pasaba más de 11 horas en la estación, de un autobús a otro. Eso me proporcionaba unos 200 chelines kenianos, lo equivalente de 2 €. Ahora con un par de mariposas gano mucho más.” La sra. Shikami forma parte de un pequeño grupo de mujeres, que han comenzado a criar mariposas, que venden en Kenia y por todo el Continente. Pero ellas esperan que su comercio alcance Europa y América del Norte. Dos mercados donde las mariposas son muy procuradas. Su marido, Joel, se ha integrado en el grupo. Ha dejado su oficio de leñador en la floresta, para dedicarse a las mariposas.
La floresta de Kakamega tenía en 1820, 240.000 Ha. y hoy su superficie se ha reducido a 23.000 Ha. Esta floresta es considerada como el resto del lado oriental de la selva tropical que cubría la planicie del África Central.
La deforestación extensiva se debe mayormente al crecimiento demográfico y al paro. Al aumentar la población son necesarios más campos de cultivo y se abaten los árboles, que los obreros en paro aprovechan para cortarlos y hacer leña y carbón vegetal para el consumo doméstico.
El gobierno se esfuerza por preservar lo que queda, impidiendo a los leñadores continuar cortando árboles y a los agricultores abrir nuevos campos.
El programa KEEP de educación medioambiental lleva adelante varios proyectos comunitarios, como el de la cría de mariposas, para conseguir ingresos alternativos, respetando la naturaleza.
EL PARAÍSO DE LAS MARIPOSAS
La floresta de Kakamega posee unas 500 especies de mariposas, lo que representa el 70% de todas las especies catalogadas en Kenia. Desde el lanzamiento de este programa en 2001, la cría de mariposas en cautividad se ha convertido en una mina de oro para las comunidades rurales, que viven alrededor de la floresta.
El Servicio de Protección de las Florestas de Kenia, en su informe anual, constata que los criadores de mariposas alcanzan son su comercialización unos 100.000 $ USA (+ ó – 75.000 €) anuales.
Benjamín Okalo, director del KEEP es rotundo: “La empresa de las mariposas es muy floreciente. Un ‘mariposero’ sólo necesita dos mariposas para obtener mil ninfas, con las que ganará en un mes más de 75.000 chelines kenianos o sea 750 €, mucho más dinero que los que crían aves de corral o venden huevos.” El sr. Okalo explica que la gente quiere comprar mariposas variadas de todas las especies existentes: Son los coleccionistas. Otros compran las mariposas más vistosas por sus colores y tamaño para hacer cuadros y decorar las paredes de las mansiones de lujo. Algunos institutos científicos las compran para la investigación. Cito las palabras de Okalo: “Las especies de mariposas de Kakamega son muy bellas. Los grandes hoteles y los turistas vienen a comprarlas. Los ricos hombres de negocios vienen a comprarlas para decorar sus casas de lujo con sus cuadros con ocasión de bodas y fiestas. Hay colegios que las adquieren con fines pedagógicos para los alumnos.”
La sra. Ana Moraah, otra ‘mariposera’ del grupo declara que algunos modelistas de Europa utilizan las mariposas para sus diseños.
COMO SE CRÍAN LAS MARIPOSAS
“Este negocio no necesita una gran propiedad, ni una nave industrial. Cualquiera puede lanzarse en esta empresa, que sólo precisa de un pequeño recinto cerrado,” afirma la sra. Shikami. Se trata de construir un pequeño recinto protegido con una tela metálica o plástica, donde se cultiven algunas plantas, que sirven de alimento a las mariposas, según la especie que se críe.
Una mariposa hembra es capturada y colocada en una caja de cría para que ponga los huevos sobre las hojas. Esos huevos son recogidos y cuidados hasta que llegue el tiempo de salir las larvas, que se transforman en ninfas y después en mariposas. Este proceso dura aproximadamente un mes.
LA BUROCRACIA ADMINISTRATIVA
El Servicio de Protección de la Fauna de Kenia concede licencias de crianza a los ‘mariposeros’ profesionales, para que puedan comercializar las ninfas de las mariposas y otros insectos vivos, tanto en Kenia como en el resto de África.
Según el KEEP, los proyectos KIPEPEO (mariposa en suahili) necesitan otra licencia para poder exportar las mariposas hacia la Unión Europea y América del Norte. El sr. Okala observa:”El mayor problema que se nos presenta es que el Servicio de Protección de la Fauna no está muy a favor de conceder licencias a las empresas emergentes para la venta nacional e internacional.”
LA 2ª CONFERENCIA MINISTERIAL SOBRE LAS CATÁSTROFES
Durante esta conferencia, celebrada en abril 2010, se discutió la forma de reducir os riesgos de las catástrofes. La directora de relaciones públicas del ministerio de la Protección de la Fauna y de las Florestas de Kenia, Mary Ngaruma, declaró que los criadores de mariposas deberían formar cooperativas y conseguir el registro en su ministerio antes de solicitar las licencias. El gobierno también se beneficiaría con ello, pues las mujeres ‘mariposeras’ cuidan de las florestas y dinamizan la economía local de forma que no existe ningún motivo para no concederles licencias comerciales.
VENTAJAS ECOLÓGICAS
Las ‘mariposeras’ afirman que mientras que otras empresas, que trabajan en las florestas las explotan y destruyen, ellas benefician el medio ambiente.
“Cuando en un lugar se encuentran muchas mariposas es signo de que el sitio es bueno. Si hay menos mariposas es porque el terreno está contaminado. Además las mariposas pueden servir de indicadores del cambio climático y de la meteorología,” opina Joel Shikami, marido de Roselyne.
Lamberts Morek, reponsable principal de investigación del centro Internacional de Fisiología de los Insectos y de Ecología, afirma que las mariposas son importantes para los ecosistemas, porque aportan su principal contribución al medio ambiente gracias a la polinización.
He aquí sus palabras: “Como científicos, nuestra visión es de tener un medio ambiente sano y rico. Esto será posible reforzando las capacidades de los criadores de mariposas.”
CONCLUSIÓN
Reza un proverbio castellano que “los catalanes de las piedras sacan panes”, pues nuestra admiración va hacia esos grupos de mujeres, que haciendo prueba de mucha inventiva e iniciativa, “de las mariposas sacan panes”.
Una vez más son ellas las auténticas locomotoras del desarrollo, no resignándose con la pobreza.